Paula 1145. Sábado 12 de abril de 2014.
En las recientes semanas de la moda (NY, Londres, Milán, París), los 60 fue la década más citada para pelo y maquillaje. El color más aplicado en los ojos fue el celeste y el rasgo de la cara más destacado, las cejas.
Contrariamente a lo que muchos podrían pensar, cada día se revela con mayor claridad que lo que más anhelan los consumidores de moda es parecerse unos a otros, lo más posible. La errónea idea de que las personas buscan diferenciarse y realzar su individualidad solo puede ser cierta cuando se circunscribe a los límites de una determinada tribu: los que se visten punketamente, solo quieren diferenciarse de los "no punk", pero quieren homologarse con lo que ellos entienden como punk. Quieren estar uniformados y ser partes activas de un look, más grande y clásico que cualquier ardid de inventiva que pueda aflorar de sus mentes creativas y originales. Y si las cosas se manifiestan así con la ropa, aún más conservador es lo que ocurre con el pelo y el maquillaje. En ese plano, los cambios ocurren con una lentitud que puede abarcar siglos.
Como el look tomboy está viviendo su año de máximo esplendor, las cejas, sus aliadas naturales a la hora de realzar el look, han tenido una importancia vital. Las cejas tupidas y destacadas llevan varias temporadas como centro gravitante de la atención en el maquillaje.
En las pasarelas recientes volvieron a aparecer, al igual que siempre, el ponytale, el maquillaje natural (casi inexistente), los labios rojos, el smokey eyes, los trazos tipo ilustración sobre los ojos, los peinados inacabados, las trenzas. Los mismos diseñadores mostrando sus colecciones –que cada día cambian menos entre una temporada y la que le sigue–, y los mismos artistas del pelo y maquillaje, cuyas propuestas no son más que una eterna cita a sí mismos. Pat McGrath, Charlotte Tilbury y Tom Pecheux llevando el pandero en maquillaje, y Eugene Souleiman, Guido Palau, Orlando Pita y Sam McKnight como maestros del pelo. Así como Chanel cada vez es más parecido a Chanel, los maquillajes de Pat McGrath cada día se parecen más a sí mismos.
Las claves de 2014
1. Sal de mar
Christopher Kane
El producto estelar de la temporada es un spray que emula algo tan antiguo y simple como el efecto que produce en el pelo la sal del agua de mar. Hay muchos spray en el mercado que aportan esa particular textura salina, que deja las hebras del pelo con un acabado relajado que está a medio camino entre el pelo salvaje de surfista y la cabellera inmunda de quienes miran en menos el champú y cuidan con pasión que el agua no se desperdicie.
2. Pelo de casco
Marni
El pelo pegoteado y desordenado, resultado del quita y pon del casco de motocicleta, es un look que fue explorado en las pasarelas de invierno 2014. Giles, Marni y Gucci, en diferentes versiones, crearon ese desparpajo de pelos que cuando queda bien es muy agraciado.
3. Trenzas
Alexander McQueen
Marc Jacobs
Con aires de la antigüedad más remota, la pasarela de Alexander McQueen se llenó de trenzas gruesas y de carácter histórico ancestral. Givenchy también trabajó la trenza, pero en un remate de ponytale, más discretamente. Y Marc by Marc Jacobs mostró las trenzas al costado.
4. Ojos celestes
Giles
Dior
El trazo celeste delineando la parte inferior del ojo de la súper estrella del momento Cara Delevingne durante el desfile de Giles en Londres, es un asunto que perturba, al igual que cada vez que aparece el color celeste manchando un párpado. Difícil apuesta que apareció con inusual frecuencia en las semanas de la moda.