"Grandilocuente", "caprichoso", "excesivamente decorado" son algunos de los adjetivos que intentan definir el arte barroco. La colección de Rodarte Otoño 2019 goza de todos estos atributos y de algunos más.
En el mundo actual es difícil dilucidar un discurso expresado tan intrincadamente como el de las hermanas Mulleavy, y es aun más incomprensible cuando este se inscribe en el rubro del 'ready to wear'.
¿Qué priorizan estas creadoras? ¿El vestido creado para la mujer o la mujer sometida al yugo de un vestido?
Look 1. ¿Un abrigo? ¿Un vestido? La pregunta se hace inevitable ¿Efecto o defecto? La proliferación de volantes dobles rígidos desbalancea torpemente la prenda y complejiza la silueta.
Look 2. Una indigesta combinación de colores, solo puede ser superada por las múltiples texturas y motivos bordados, superada a la vez por unos gigantescos volantes dobles al estilo cubrecama de satén.
Look 3. ¿Cómo describir algo carente de síntesis? ¡Así!
Look 4. ¿Cómo lidiar con lo espectacular, la elegancia y no caer en la extravagancia? Pierpaolo Piccioli (Valentino) puede darles algunos tips al respecto.
Look 5. ¿La modelo lleva el vestido, o el vestido la lleva a ella?
¿Cuántos golpes de efecto son necesarios para captar nuestra atención? ¿Cuántos más son necesarios para causar nuestro rechazo?
En este delicado balance entre atracción y repulsión insisten en pendular las fundadoras de Rodarte.