¿Samantha o Serena?
En 1967 debuta la cuarta temporada de La Hechizada. Su protagonista Samantha, dulce bruja obligada por su marido a prescindir de sus poderes, recibe de visita a su prima Serena. La chica mala no solo lleva al set una moda revolucionaria, sino también el ideal de la libertad femenina.
Paula 1234. Sábado 9 de septiembre de 2017. Especial moda, inspiración 1967.
Suburbio estadounidense de los 60, la familia inicia como siempre su jornada. El marido publicista viste traje y lleva el pelo corto y bien peinado. La rubia dueña de casa prepara el café y luce un vestido hasta la rodilla y zapatos de taco medio. La pequeña hija, también rubia, mira atenta la televisión.
No es Mad Men, como quizás apostaría un millennial. Se trata de La Hechizada (1964-1972), una de las comedias más exitosas de todos los tiempos, que recreó una era de cambios, especialmente para las mujeres, e inmortalizó la moda, el maquillaje, el pelo y la decoración del periodo.
En la trama, Samantha Stephens, interpretada por Elizabeth Montgomery, está siempre atrapada entre la promesa que le hizo a su marido mortal, el cascarrabias Darrin (Dick York/Dick Sargent), de prescindir de sus poderes de bruja con el fin de formar una familia tradicional y ser fiel a su identidad, orígenes y embrujos que pueden liberarla de la cocina, el aseo y la compleja vida terrenal.
Sam despliega en pantalla el guardarropa de la mujer clásica estadounidense, con pantalones capri para pasar el plumero, camisolas corte imperio para dormir, vestidos hasta la rodilla para recibir en casa o inspirados en los looks de la diseñadora de cine Helen Rose (ganadora de dos Oscar) para salir de noche. El peinado de una primera etapa sigue la moda bouffant (enlacado y levantado), que estrellas como Brigitte Bardot masificaron. Los encargados de armar el look fueron los vestuaristas Vi Alford y Byron Munson, del staff de la cadena NBC, que vieron en este show su más reconocido trabajo.
En el capítulo 4 de la temporada, estrenado en 1967, entra a escena la prima Serena, interpretada también por Montgomery. Un personaje que sintetizó la rebeldía de esos años. Soltera, independiente, orgullosa de sus poderes de bruja, aportó la tensión entre los dos mundos que se enfrentaban entonces: el de la mujer anclada en la esfera doméstica a pesar de sus capacidades, y aquella para la cual se abre un mundo de posibilidades al margen de su rol histórico. La idea de que entrara Serena fue de la propia actriz, aburrida de interpretar a la "chica buena". Fuera de pantalla, Montgomery era bastante libre: tenía un historial de tres matrimonios y romances con Gary Cooper y Elvis Presley.
El look de Serena transita desde una melena tradicional hasta un pelo corto y asimétrico muy Vidal Sassoon (el ideólogo de la peluquería moderna), un tatuaje en la cara, minifaldas, y estampas sicodélicas. El estilo de las calles de San Francisco y de Londres. La casa de los Stephens no les cierra las puertas a esos movimientos.
Revolución vestida de comedia para un show que, según el texto Domesticando al enemigo: La Hechizada y las sitcoms de los 70, de David Allen Case, "desafiaba al patriarcado".
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