Ser representadas importa: La lucha de las mujeres afrodescendiente por normalizar su presencia en la esfera pública
Desde el fondo del mar, mirando esperanzada hacia la superficie, el mítico personaje de La Sirenita le canta a un mundo desconocido: El exterior/ quiero formar/ parte de él….Es la nueva versión del clásico infantil que estrenará Disney en 2023, y que ha pasado las últimas semanas envuelto en una polémica tras develarse que aquel personaje, que anhela pertenecer, es interpretado por la cantante y actriz afrodecendientes de 22 años Halle Bailey. La decisión de ponerla como protagonista volvió a impulsar la reflexión sobre la importancia de diversificar los rostros y referentes en el mundo del cine; al mismo tiempo, algunos denuncian una “inclusión forzada” que no respeta la historia original. Sí, aunque parezca increíble: en pleno 2022 el color de piel de una actriz sigue generando descontento, y uno innegable: el número de dislikes en el video del trailer oficial ya supera la cantidad de likes. La polémica, que se intensifica con el pasar de las semanas y hoy arriesga incluso el estreno de la misma película, no es el único caso donde se cuestiona la presencia de afrodecendientes en la ficción; ya se vieron críticas frente a la inclusión de personajes racializados en la serie de época Bridgeton y en la nueva serie Los anillos de poder, basada en las historias de Tolkien. Frente a todo, el mensaje de “la representación importa” sigue con fuerza en la voz de niñas, jóvenes y activistas afrodescendientes que luchan por abrir, masificar y normalizar su presencia en películas y medios de comunicación. ¿Logrará la nueva Ariel pertenecer a ese otro mundo? Le preguntamos a la activista dominicana Milena Martínez, @soyelsantoafro, radicada hace 10 años en Chile, conocida en redes sociales por darle un espacio a la corporalidad afro en la industria de la belleza, por qué sigue siendo tema la aparición de personas afrodescendientes en ciertos espacios.
¿Cómo manejas tu activismo en redes sociales?
Mi presencia en redes sociales va ligada a las representatividades de mujeres negras con opiniones súper claras y fuertes, defendiendo la corporalidad, los orígenes y el porqué nosotras también tenemos derecho a opinar o a formar parte de esos estándares y prototipos de belleza que nos muestra en general las redes sociales y la televisión. Pero para mí no es solamente hablar de belleza, sino visibilizarnos.
¿Cómo es la respuesta de tus seguidores chilenos frente a los temas que abordas?
La respuesta de la gente en general ha sido maravillosa, entendiendo que los temas que hablo por lo general son conflictivos. No a todo el mundo le gusta descubrir que ha tenido conductas racistas, es súper fuerte hablar de racismo y mirarte y empezar a analizar, ¿he sido racista? ¿soy racista? Encontrarte en ese punto no es muy agradable, así que yo trato de encontrar formas respetuosas de abordar el tema. Siento que la gente recepciona mejor el mensaje cuando le hablas desde el respeto y el amor, en positivo.
¿Te encuentras con mucho racismo?
Recibo muchos “pero”. Cuando tú usas el “pero” hablando de temas raciales de inmediato vas hacia la línea del racismo. Y es que creo que hay mucho desconocimiento y cierto tipo de negación respecto al tema, a la gente le cuesta un poco hablar de las diferencias, reconocerlas. Y parte del problema es ese, que crecimos con una cantidad de información limitada donde el tema racial era excluido, no se conversaba. Ahora tenemos la oportunidad de hablarlo y creo que eso a la gente le llama mucho la atención, poder aprender del tema y corregir desde el aprendizaje.
¿Por qué crees que la representatividad en lugares como el cine o en la televisión es importante?
Tiene que ver básicamente con un tema de seguridad. Para mí la representatividad tiene que ver con cómo me siento yo respecto al mundo y cómo me ve el mundo. Yo nunca me imaginé a los 6 años hacer lo que hago ahora, porque estos espacios de mostrarse socialmente, de hablar, de formar parte de campañas donde se habla de belleza, no era un mundo para mí, yo no formaba parte de eso, yo sentía que mi destino estaba limitado a ciertas cosas. Yo iba a tener una carrera universitaria, obviamente tradicional, dentro de los parámetros que la sociedad me había impuesto, pero jamás, jamás me imaginé, por ejemplo, ser actriz. ¿Porque una actriz sería negra? Los papeles no estaban hechos para nosotras… La representatividad es súper importante porque te da la oportunidad de ir más allá, de entender que tú puedes hacer y tú puedes cumplir tus sueños más allá de lo que la sociedad tiene como asimilado que es para ti.
¿Cuál fue la reacción de tu hija cuando vio el trailer de La Sirenita?
Su reacción fue de impacto, repitió varias veces “Mamá, es Ariel, es Ariel” y yo, “sí hija, es Ariel”. “Mamá, qué bonita es ahora”, dijo, y ahí me desarmó entera. Me di cuenta que ella reconocía que era una corporalidad distinta y esa corporalidad distinta la encontraba bonita porque le es familiar. Eso para ella es importante, porque le demuestra que no hay límites. No hay límites para soñar, no hay límites para cumplir tus sueños, para hacer lo que quieres hacer. Y la corporalidad no debe ser un límite. Obviamente yo también me emocioné al verlo, porque sé que las niñas que verán la película se darán cuenta de que pueden llegar al mundo del cine y pueden tener personajes importantes, de que así como una niña colorina, o una niña asiática, o una niña blanca tuvo la oportunidad de ser representada, ellas igual. En mi niñez eso era impensado.
¿Por qué crees que la gente vio con suspicacia esta inclusión?
Yo creo que la gente no ha entendido que Halle no fue elegida por ser negra, sino porque tiene una voz impresionante, porque corporalmente sus facciones eran muy similares a la edad del personaje y actoralmente es muy buena. Entonces es súper injusto decir que esto es una inclusión forzada, no nos ponemos a pensar que hay una persona ahí, que tiene cualidades que le dan el mérito de ese personaje. O sea, ella no está ahí por ser negra, ella está ahí porque sus capacidades la ponen ahí, y eso es algo a lo que todavía no estamos acostumbrados. Cuando a una persona negra se le incluye en algún lugar, siempre se dice que es para diversificar el ambiente y no por sus capacidades.
¿Te ha pasado a ti también, has tenido esa duda?
Eso a mí me afecta, sobre todo en el ámbito en el que yo me muevo, las redes sociales. Al principio cuando me llamaban para campañas yo me sentía mal, decía, ¿por qué será que me están llamando? ¿Será por eso de la inclusión? Claro, porque las marcas hoy en día están obligadas a tener diversidad. Tuve que cambiar ese razonamiento racista y decir no, te están llamando porque tú tienes las competencias para hacer eso, no por tu color de piel, ni para diversificarlo, es que tú tienes las capacidades para hacerlo. Por eso hay un tema de seguridad que se siembra muy profundo cuando se habla de representatividad. A mí me insegurizó toda la vida el no estar representada. Yo, probablemente, no hice cosas durante toda mi vida, o en mi período más productivo de la vida, por temor y porque entendía que eso no era para mí, o porque si lo hacía era simplemente para, como un corpóreo, llenar un espacio y diversificar.
¿Qué le dirías a la gente que se ha manifestado en contra de la película?
Les diría que es súper importante ampliar un poco la perspectiva de cómo vemos las cosas. Tenemos que reconocer que hay una diversidad en el mundo, y que no se reduce solamente a un grupo de personas. Segundo, que es súper importante analizar las situaciones antes de hablar y antes de expresar. Mucha gente ha dicho que la historia original es danesa, y por eso les molesta el color de piel de la nueva protagonista, pero esos son libros. Los libros, del origen que sean, cuando pasan a lo cinematográfico, cambian. Sebasthian es un cangrejo, un crustáceo que solamente está presente en el caribe, entonces, ¿por qué si la historia es danesa uno de los personajes principales, Sebasthian, es un cangrejo caribeño con una voz jamaiquina o cubana? Nunca ha sido tema. Estoy muy segura que del 85% de la gente que criticó la película – que ni siquiera se ha estrenado- nunca leyó el libro real de La Sirenita; ahí está el racismo. Cuando empiezas a buscar excusas para que ese personaje no sea así, cuando, le niegas a un grupo racializado y que ha sido abusado, su presencia en posiciones y lugares en donde debían haber estado hace mucho tiempo, ahí hay racismo.
¿Y qué crees tú que hace falta socialmente para que se vaya desmantelando ese racismo?
Yo creo que más allá de seguir colocando figuras corporales distintas a la vista y potenciar la representatividad, hay que hacer un trabajo profundo desde el origen. Hay que empezar a formar niños que no tengan estos estereotipos errados. Entregarles las herramientas a los niños para que entiendan que hay diversidad y que ser distinto está bien, pero eso se hace desde el origen. Yo tengo 30 años, crecí en una sociedad racista y todavía para mí ha sido complejo empezar a erradicar conceptos interiorizados en mí. Por esto tenemos que empezar por los referentes de la infancia. Como La Sirenita.
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