Actualmente la educación sexual en las salas de clases es una decisión que pasa por el director o el sostenedor de cada establecimiento y que muchas veces al incorporarse se hace a través de personas que no necesariamente cuentan con las herramientas pedagógicas necesarias. Es por esto que desde hace cuatro años que la Asociación Chilena de Protección de la Familia (APROFA) instaló una línea específica de educación y sexualidad. Chile fue el último país de Latinoamérica, cuando recién en 2010 hizo obligatoria la educación sexual en enseñanza media.

Independiente de la ideología o estratos social de cada colegio, la preocupación que existe en torno a la sexualidad de los adolescentes es transversal, sobre todo en tiempos en que los jóvenes inician su vida sexual mucho más temprano; mientras las mujeres que hoy tienen más de 50 años perdieron su virginidad a los 23, las que hoy tienen entre 18 y 30 lo hicieron a los 16.

La falta de obligatoriedad en las unidades educativas ha traído consecuencias: el embarazo de 22.340 adolescentes en 2016, dentro de los que más de 650 fue en menores de 14 años. Además, según United Nations Programme on HIV/AIDS (UNAIDS) 2017, entre 2010 y 2016 Chile fue el país con el mayor cambio porcentual en nuevas infecciones por VIH, aumentando en un 34%.

Dado que no existe obligatoriedad para seguir un plan a nivel nacional, ¿cómo se aborda actualmente la educación sexual en los colegios?

Casi solo desde la biología. Y eso es un tremendo problema, porque hoy se debiese enfocar no sólo en los jóvenes, sino también en parte de la familia. Cuando no tienen a quién recurrir, o cuando la persona a la que recurren no tiene las respuestas, se van reproduciendo mitos y estereotipos. Y como muchas de las dudas quedan sin respuestas, nuestros hijos buscan en Internet, donde la información disponible no es siempre correcta y no existe ningún sistema de control para ver a lo que llegan. Hemos analizado la información que hay en la web y hemos encontrado grandes aberraciones. La escuela es un punto neurálgico, por lo que el Estado tiene que tener una política de educación sexual ahí. La educación en sexualidad es un conocimiento que los jóvenes deberían estar viendo en sus salas de clase de manera permanente, y no solo mediante la charla de una matrona.

¿Por qué crees que a pesar de la importancia no se ha incorporado como obligatorio?

Porque aún existen muchos mitos del tipo de que no debemos sacar una ley porque si lo hacemos, estamos fomentando las relaciones sexuales. Para mí, esto es similar a lo que pasó cuando se debatía el divorcio. Esa ley costó siete sacarla, ya que el discurso era que, al aprobarse, promovería más divorcios y se rompería la familia. A diferencia de lo que creían quienes defendían este argumento, después de estos años hay menos divorcios que anulaciones, que era la opción que existía antes. Chile es un país al que le cuesta mucho avanzar en estos temas, pero creo que los chiquillos y chiquillas nos van a dar una buena clase, porque ellos van para adelante y avanzan, aunque es lamentable que debido a una falta de legislación lo tengan que hacer sin tener la información ni los métodos de barrera para protegerse.

¿Cuál es el rol que cumplen los padres en esto?

Uno fundamental, y es por eso que deben informarse y resolver aquellas dudas que siempre se han tenido ellos mismos pero que no encontraron con quién resolverlas. Con la familia se debe crear un lenguaje para que la conversación permita que conozcan mejor a su hijo o hija. Porque esto no solo implica hablar de genitales y coito, sino también hablar del tema de las relaciones humanas que tienen relación con esto, como por ejemplo la violencia en el pololeo y las relaciones de género. Los papás no tienen la obligación de saberlo todo, pero sí de reconocer cuando no saben algo e informarse. Lo peor que les puede pasar es que los hijos encuentren una barrera de "esto no se habla en la casa". Las dudas que se tienen son transversales y no difieren si los adolescentes asisten a colegios particulares, privados, laicos o católicos. Las inquietudes de las familias son las mismas.

¿Cuáles son las preocupaciones que actualmente ustedes ven en torno a la sexualidad en los adolescentes?

En promedio los adolescentes inician su vida sexual a los 15,5 años, habiendo algunos que parten a los 12 o 13 años. Lo más preocupante de eso es que al no existir educación sexual, se producen varios embarazos a esa edad, lo que altera la biografía de cualquier persona. Las cifras oficiales son preocupantes también respecto al el contagio de VIH en adolescentes. El último dato que tenemos es que de cada 10 jóvenes menores de 18 años que tuvo relaciones sexuales el mes pasado, solo dos usaron condón. Eso significa que hay ocho en situación de riesgo de quedar embarazada, de contraer enfermedades de transmisión sexual y de contraer VIH. Otro dato es que las relaciones anales han aumentado considerablemente y no por la búsqueda de placer, sino porque los jóvenes lo ven como una alternativa para evitar embarazos, sin preocuparse de las enfermedades de transmisión sexual. Otro dato preocupante tiene que ver con el embarazo. En Chile hace bastantes años la cifra de embarazo adolescente se ha mantenido entre los 15 a los 19 años, pero ha aumentado considerablemente en menores de 15 en el último tiempo. Hay un tema con el estatus también. Los hombres, por ejemplo, tienden a socialibilzar más que las mujeres su primera relación sexual. Dado que eso los pone en una cierta posición dentro de su grupo social, en muchos grupos comienzan las mentiras para pertenecer. Hay mucha presión en el varón, en que ellos tengan que ser proveedores de alguna manera, y eso los angustia. Muchos jóvenes dicen que no quieren ser los responsables de que las mujeres lo pasen bien porque no saben cómo se hace.

¿Qué rol cumplen las redes sociales en la manera en que los adolescentes viven la sexualidad?

Cumplen un papel muy importante, y creo que eso es en parte por no tener educación integral de sexualidad en los colegios. Me ha tocado atender varios casos en cursos que entran en crisis porque a través de redes sociales se supo que dos niñas eran pareja y se mandaron fotos besándose. Ellos se pueden mandar las fotos que quieran, el punto es que tengan conciencia de cómo se identifican los riesgos y cómo se exponen. Las redes sociales son un espacio en donde pocos se hacen responsables de lo que plantean, y existe mucha grosería y agresión. Nosotros buscamos explicarles que las redes o sistemas que tienen en sus celulares efectivamente son un sistema de comunicación, tal como lo es conversar o mandarse un correo. Y hay que hacerse responsables de eso. Hace un tiempo un grupo de hombres de segundo medio mixto nos dio acceso a la conversación que tenían entre ellos. Había una categorización de todas sus compañeras en relación al tema sexual. Aunque ese mismo grupo interactuaba con las niñas, y eran sus amigos, nos dimos cuenta de un alto número de agresiones. Y trabajamos con ellos haciéndolos ver que no debían referirse a una mujer con frases del tipo "a esta me la voy a follar". Que el sistema de conversación sea por una red social, no les quita responsabilidad de lo que están diciendo. Las niñas, por su parte, se sintieron muy traicionadas, porque los que se referían así de ellas eran los mismos amigos del recreo.

¿Hay un cambio en el uso del lenguaje?

Sí, las épocas van determinando las terminologías. Por eso es importante que los padres conozcan las palabras que se están usando. Deben saber qué es "pelar", que actualmente es la palabra con la que los jóvenes se refieren a darse besos o incluso tener relaciones sexuales. Esto no es para fomentar ese tipo de lenguaje, sino para entender cómo se comunican entre ellos. La familia debe romper esas barreras de comunicación, aunque a veces pueda resultar duro enfrentarse a que esa guagua que tuviste ahora tenga 14 o 15 años y quiera acceder a condones porque va a empezar a tener relaciones sexuales con su pareja. Por más de que para algunos resulte difícil, ya que te lo diga es una excelente noticia. Hay que entender que es mejor acompañarlos, porque lo va a hacer igual. Y es mejor que lo haga acompañado por uno a que lo haga solo.