Sicología senior
La sicóloga chilena Daniela Thumala Dockendorff se ha especializado en adultos mayores, un área nueva de la sicología. En su consulta recibe a hombres y mujeres que deben adaptarse a sus cambios y limitaciones físicas, la pos jubilación, la muerte de sus parejas y amigos, entre otras pérdidas, y la discriminación o "viejismo". Así y todo registran niveles de felicidad más altos que el resto de la población. "Es la paradoja del envejecimiento", dice la especialista.
Paula 1128. Sábado 17 de agosto de 2013.
Daniela Thumala Dockendorff es sicóloga clínica, magíster en Antropología y doctora en Sicología de la Universidad de Chile con una tesis titulada "Formas de afrontamiento a las pérdidas asociadas a envejecer". Miembro del equipo creador y coordinador del Programa de Atención Sicológica para Adultos Mayores AMYSAM, en su consulta, donde atiende a adultos mayores, cuenta que este grupo recién comenzó a ser estudiado por la Sicología en la década del 70 y que el envejecimiento de la población ha producido una revolución porque han aparecido necesidades de un segmento que antes era minoritario. "Se piensa, equivocadamente, que su salud mental solo está relacionada con la demencia senil o el Alzheimer, pero en esta etapa la terapia puede ser tan relevante y útil como en cualquier otra", dice Daniela.
Agrega que la principal característica de este grupo es la diversidad, una que no se observa tan marcada en ninguna otra etapa de la vida debido a las biografías y los puntos de vista adquiridos. Esta diversidad está también determinada por la edad ya que, aunque caigan en la misma categoría, es muy distinta una persona de 65 años que una de 82.
El viejismo se reproduce entre los mismos adultos mayores. Me ha tocado escuchar a mujeres saludables y autónomas que al enviudar se preguntan si no tendrán ahora los hijos que tomar determinaciones por ellas. Si les preguntas por qué, dicen que están viejas", dice Daniela Thumala.
Varios estudios dicen que en esta etapa aumentan los índices de felicidad.
Eso está descrito como "la paradoja del envejecimiento" o "la paradoja de la felicidad". Los estudios demuestran que los niveles de bienes sicológicos o de felicidad en los adultos mayores son muy buenos, aunque sea en un contexto de gran concentración de pérdidas afectivas y materiales, por eso la paradoja. La teoría de la felicidad socioemocional dice que al ir percibiendo más de cerca la finitud de la vida, las personas concentran su energía en aquello que les es más significativo. Otra teoría dice que los mayores no comparan su estado actual con parámetros absolutos, sino respecto de cómo están en comparación a otros que están peor. Y otra explicación es que con los años se aprende a enfrentar las dificultades y a ajustar las metas al nuevo contexto.
Thumala habla de la sabiduría de la vejez y de la gerotrascendencia o capacidad de algunas personas a esta edad de trascender las dificultades físicas, los cambios estéticos y aspectos materiales y concentrarse en lo más importante.
¿De qué depende alcanzar esos estados?
Una persona que ha podido darle un sentido a las cosas que ha hecho, que mira su vida y comprende que hizo lo que pudo en ciertas cosas y puede perdonarse lo que no pudo hacer, es una persona que va a sentirse tranquila durante la vejez y no desesperada.
Según Thumala, en esta etapa de la vida los proyectos personales adquieren una importancia fundamental. "Es muy distinto jubilar y sentarse en la plaza a tirarle comida a las palomas que tener un proyecto propio. Eso es determinante en los niveles de bienestar. Aunque hay que tener ojo con este concepto de la vejez activa, del baile entretenido y ese tipo de actividades. Meter a todos los adultos mayores en el saco de que les interesan esas actividades es discriminatorio".
¿Cuáles son los temas que más se repiten en tu consulta?
Uno es la obligación de adaptarse a los cambios físicos. Un tema, especialmente sensible en las mujeres, son las arrugas y la identidad. Una vez una mujer me dijo que se había dado cuenta de que estaba vieja cuando salió a la calle y nadie la miró. Luego, está la patología, cómo enfrentar un Parkinson, pérdidas de funcionalidad y limitaciones que requieren la ayuda de terceros. Otro tema son los cambios que se producen en sus relaciones afectivas significativas. Por ejemplo, el caso de un hombre que sigue casado con la mujer de toda su vida, pero ella ahora tiene Alzheimer, entonces ni ella ni la relación son las mismas. O frases como "mis nietos son encantadores, pero no vienen a verme o viven lejos", porque dejan de trabajar, tienen más tiempo y en muchos casos tienen expectativas de pasar más tiempo con los hijos y los nietos y esas personas no tienen los mismos espacios. Un tercer tema es la muerte de los seres queridos, no solo la viudez, sino que hoy hay adultos mayores que sufren la pérdida reciente de su madre y de su padre. En ese ámbito se repiten comentarios como "me gustaría juntarme con mis amigas, pero se me murieron todas". Un cuarto tema es el tener que ajustarse a nuevas formas de integración social: "Jubilé, y ahora qué hago", "pido un préstamo para comprarme un auto y como tengo 70 años no me lo dan". Otra cosa que preocupa a este grupo son los cambios en las condiciones de vida material: el que tenía mucha plata tiene menos y el que tenía poca puede quedar en condiciones miserables. Esa pobreza y las dificultades físicas provocan aislamiento. Y, por último, el gran terror en esta etapa es la pérdida cognitiva. Terror a hacer una demencia o sufrir Alzheimer. Ese fantasma provoca mucho estrés. Cualquier olvido, por normal que sea, se aborda con mucho miedo.
¿Existen diferencias entre los temas de hombres y mujeres?
En los hombres el tránsito del mundo laboral al pos laboral tiende a ser mucho más fuerte que para las mujeres. Muchas no han trabajado y las que lo han hecho se ven favorecidas por esa característica tan femenina de poner los huevos en el trabajo, las amistades, la familia, entonces cuando se termina el trabajo quedan los otros espacios. También hay personas que se jubilan y se liberan, y uno escucha frases como "por fin voy a dedicarme a hacer lo que siempre quise". Cómo se vive ese proceso depende de dónde pones tu identidad. En el caso de los hombres suele ser el trabajo, en el caso de las mujeres la capacidad de ser atractivas.
¿Cómo asumen el cambio de su apariencia?
Para todos es difícil envejecer, porque la sociedad asume que la juventud es la etapa del éxito, de los proyectos, de la belleza, todo lo que la sociedad valora. Envejecer significa lidiar con esos cambios que se producen tarde o temprano. Para algunas mujeres supone un duelo y para otras es un tema bastante menos relevante de lo que habían supuesto.
Según el estudio Fuerza Mayor, en Chile 60% de las mujeres y 80% de los hombres mayores de 70 se declaran sexualmente activos.
Así es. En la vejez no hay razón alguna para no llevar una vida sexual activa y placentera. Es completamente erróneo eso de que la sexualidad desaparece con la vejez y que es casi inadecuado, incluso grotesco. Se habla de "viejo verde", de "vieja fresca" o se les despoja de su sexualidad y se habla de "abuelitos", aunque ni siquiera todos tienen nietos.
¿Cómo viven las mujeres la viudez?
Se abre un tiempo distinto. Estas mujeres ya criaron, ya trabajaron y por primera vez están solas. Las mujeres, durante toda su vida, tienden a establecer redes sociales y afectivas. En mis investigaciones he observado a viudas que, junto con las redes familiares, tenían una rede de amigas no menor con las que hacían paseos y todo tipo de panoramas. Los hombres, en tanto, viven la viudez más solos o contenidos por la familia.
"En la misma categoría que el racismo y el sexismo está el viejismo: actitudes discriminatorias que afectan la vida de los adultos mayores, relacionadas a ideas negativas sobre lo que creemos es envejecer".
¿Qué quieren los adultos mayores ?
Estar integrados. Hay ideas sobre lo que es envejecer muy negativas. Ser viejo sería sinónimo de deterioro, dependencia, fealdad y soledad. Eso genera actitudes discriminatorias que afectan la vida de los adultos mayores. Se trata del viejismo, que está en la misma categoría de discriminación que el racismo y el sexismo. Lo peor de todo es que este viejismo se reproduce entre los mismos adultos mayores. Me ha tocado escuchar a mujeres saludables y autónomas que al enviudar se preguntan si no tendrán ahora los hijos que tomar determinaciones por ellas. Si les preguntas por qué, dicen que están viejas.
Se inhabilitan ellas mismas.
Así es. Si una mujer a los 70 años considera inadecuado volver a formar pareja, se está restringiendo una posibilidad de felicidad y bienestar simplemente porque se está comprando este viejismo. O una vez una mujer me contó que fue al consultorio y la doctora no le quería operar una verruga del pie porque para qué a esa altura de la vida. La mujer quería hacerlo, quería usar chalas y tener los pies bonitos como cualquiera. La pregunta es por qué no, si esa era su voluntad y su derecho.
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