Paula

Siete consejos para empezar a dibujar, con Catalina Bu

Catalina Bu es una ilustradora chilena. Trabaja de forma independiente ilustrando libros y artículos de prensa y ha publicado tres libros: dos volúmenes del cómic Diario de un solo, editados por Catalonia en Chile y Tusquets en México, y el libro de actividades Libro Libre (Editorial Hueders). Aquí nos da siete consejos para quienes quieran empezar a dibujar, pero no se animan.

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Catalina Bu nació en Concepción en 1990 y estudió Ilustración en el Instituto Arcos, donde presentó como tesis el primer borrador de su cómic Diario de un solo, un conjunto de viñetas sobre un jovencito solitario que sufre mucho ante la presión de ser sociable: no quiere celebrar su cumpleaños, no quiere ir a las fiestas de otros, no quiere ni encontrarse con los vecinos en la escalera de su edificio.

Probablemente porque se trata de un sentimiento popular, este cómic tuvo mucho éxito y ya va por su cuarta edición. "El Solito", como llama a su personaje, es la exacerbación de un aspecto de todos los humanos, y su gracia reside en eso: mientras las personas reales tenemos que saludar a todo el mundo, ir a fiestas y poner buena cara aunque estemos de pésimo humor, El Solito vive en un mundo de fantasía en el que no necesita de otros seres humanos. No le da vergüenza ni le importa arrancar de todo el mundo. Lo hace gustoso. Por supuesto, el paraíso a menudo se le convierte en pesadilla, y su desazón es constante, lo que hace las viñetas mucho más graciosas.

Según me dice Catalina Bu, en el dibujo —como en muchas otras disciplinas— lo importante es empezar. Empezar como sea, con lo que tengas a mano. Dice que ella partió dibujando con un lápiz Bic y papel de impresora, y ese es su primer consejo: Parte con materiales simples y que ya conozcas. "Yo suelo comprarme libretas muy sencillas y baratas. Cada vez que compro un bloc carísimo y profesional para acuarelas me estreso tanto que me bloquea: ¿y si me equivoco en todas las hojas y las desperdicio? Al final siempre terminan guardados en mi cajón".

Catalina lo remarca: no es necesario comprar acuarelas (que son difíciles de dominar) o papeles delicados (que son muy caros), y esos implementos tampoco te aseguran empezar con más ánimo o mayor disciplina. Es como proponerse salir a correr y comprar todo el equipo: si no eres capaz de salir a correr con tus zapatillas normales, ¿por qué crees que unas zapatillas nuevas y especiales van a traer consigo la disciplina?

Su segundo consejo es de una lógica implacable: Dibuja cosas que te gusten. Según Catalina Bu, hay que olvidarse de lo que uno cree que debería ser un dibujo o ilustración: no es obligación hacer paisajes o retratos realistas, porque si esas cosas no te interesan, difícilmente vas a entusiasmarte lo suficiente como para seguir practicando. "Dibuja cosas que te gusten. Por ejemplo, comida. ¿A quién no le gustan los completitos? Dibuja uno y hazle una cara". Pienso en las cosas que dibujaría yo: perros, gansos, un pastel.

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Catalina Bu, ilustradora chilena[/caption]

Su tercer consejo es: Suelta la mano, es decir, practicar, y para esto recomienda llevar siempre contigo una libreta y usarla para dibujar cosas que te llamen la atención. "Quizás creas que no tienes tiempo para hacerlo, pero puedes dibujar si estás aburrido en la sala de espera del dentista o si tu mejor amiga te dejó esperando. Llena libretas con dibujos de cosas que hay a tu alrededor, sólo para soltar la mano. Por ejemplo: sillas. Son muy divertidas de dibujar y están por todas partes".

Para su cuarto consejo, Catalina Bu cita a un famoso: "Creo que fue Van Gogh el que lo dijo: las grandes obras son un conjunto de otras más pequeñas". Su consejo es, entonces: Ponte pequeñas metas. "En general, los proyectos más grandes no parten con la ambición de ser gigantes, uno va pasito a pasito, y eso ayuda a quitar la ansiedad". Hay que hacer una cosa a la vez: ¿quieres dibujar todos los perros de tu cuadra? Dibuja uno al día. "Cuando estaba preparando mi libro, Diario de un solo, me propuse hacer una página a la vez, sin pensar en la totalidad del libro, sino en ir avanzando. De pronto, un día, tenía suficientes viñetas como para publicarlas".

Esos son sus consejos en cuanto a práctica y técnica, pero tiene otros, unos que evitarán que, durante el proceso, tengas la moral por los suelos. El primero es: No te compares con otras personas. "El mundo está sobrepoblado: querer ser el mejor es una batalla perdida. Siempre va a haber alguien mejor que tú y probablemente sea japonés". Entonces: dibuja para disfrutarlo, porque te gusta. En una isla desierta no tendrías con quién competir y dibujar sería igual de divertido. El siguiente es: Toma talleres con distintos ilustradores.

"No sólo porque van a enseñarte la técnica, sino porque es un alivio ver que toda la gente, incluso esos dibujantes a los que más admiras, tienen los mismos miedos y frustraciones". Conversamos sobre el trabajo creativo y coincidimos en algo: no es como otros trabajos. No es como hacer la receta de un queque: puedes seguir todos los pasos al pie de la letra y aun así no estar conforme. "Por eso —dice— se necesita de muchos momentos que te inspiren a seguir, e ir a un taller es una buena manera de ver que todos pasan por eso y se sobreponen".

Por último, aconseja dedicarse a otras cosas también. Distraéte. "A veces paso días frente al computador, esperando a que me lleguen las ideas, y nada. Lo que hago es dejar de esperar a que pase algo y salgo a caminar, me junto con amigos, miro libros de dibujos o leo otros que compré y nunca leí. Olvídate de que estás dibujando por un rato y al volver vas a ver que las ideas aparecen solas".

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