Aunque los problemas para concentrarse existen desde antes de la pandemia, el posicionamiento del teletrabajo ha hecho que cumplir con las tareas diarias dentro de los plazos establecidos sea aún más difícil, así como el mantenernos productivos y comprometidos con nuestros quehaceres. Es por esto que muchas personas se han volcado a internet en busca de técnicas para mejorar la concentración, siendo la Pomodoro la más popular.

Pomodoro es una estrategia creada por Francesco Cirillo a finales de la década de los ochenta, cuando era un estudiante universitario en búsqueda de una forma eficaz para concentrarse en sus estudios. En la actualidad son más de dos millones de personas las que dicen usar esta estrategia a diario, quienes aseguran que les ha ayudado a administrar sus días centrados en sus objetivos.

Según Cirillo, cuando trabajamos una tarea específica puede pasar que tengamos interrupciones constantemente, o que nos distraigamos por las redes sociales y otros estímulos, y al no llegar a las fechas de entrega sentimos frustración y molestia. Pero la técnica Pomodoro ayudaría al cerebro a examinar esos momentos y aprender cómo responder de manera eficiente a cada uno de esos episodios, sin perder de vista el objetivo por el que se está trabajando.

Para aplicar esta técnica es necesario dividir el día en periodos de 30 minutos, a los que llama pomodoros –básicamente porque su temporizador de cocina tenía forma de tomate–, y en los cuales se enfoca la mente en lo que realmente necesita nuestra atención en ese momento. El proceso consta de seis pasos que se van repitiendo hasta lograr cada tarea pendiente del día.

1. Elegir una tarea específica a realizar dentro de ese periodo.

2. Establecer 25 minutos en el temporizador.

3. Trabajar en la tarea.

4. Al sonar la alarma, descansar entre tres y cinco minutos.

5. Retomar el trabajo

6. Tras cuatro ciclos cortos, descansar entre quince minutos y media hora.

Quienes avalan esta técnica explican que programar descansos entre intervalos de trabajo tendría un impacto positivo sobre la capacidad de rendimiento mental, permitiendo mantener la concentración durante varias horas.

Para llevar a cabo la técnica Pomodoro se necesita un reloj de arena o temporizador, pero también autodisciplina para controlar los impulsos que nos llevan a revisar los aparatos tecnológicos y otros distractores. Por eso se recomienda alejarlos del espacio de trabajo o estudio. Y es que en la medida que este sistema sea aplicado, la productividad podría aumentar y con ello las horas de tiempo libre, puesto que al ser eficientes con su tiempo las personas pueden disponer de espacios para realizar las actividades que más les gustan.