Paula 1159. Sábado 25 de octubre de 2014.
Los pies, soporte del cuerpo, sufren enfermedades traumatológicas y dermatológicas que tienen sus orígenes en factores genéticos y, en el caso de las mujeres, están especialmente asociadas al uso de tacos.
Problemas traumatológicos
Las enfermedades de los pies tienen, en su mayoría, antecedentes genéticos, por lo que es fundamental conocer el tipo de pie de la familia y las dolencias que los han afectado. Ese debe ser el punto de partida para cuidarlos, prevenir y, muy importante, elegir los modelos de zapatos que se usarán habitualmente.
Juanete: esta deformidad, la más común en los pies de las mujeres, es causada por la desviación del primer metatarsiano (el hueso que forma parte del empeine) de su posición inicial, lo que genera un "cerrito" y, luego, la desviación hacia fuera del dedo gordo. La mejor manera de prevenir es usar zapatos sueltos y cómodos, que no ejerzan presión en la punta del pie. Si el juanete ya se formó y causa dolor, dos son los pasos a seguir: cambiar el tipo de zapato (eliminar los con taco de más de cuatro centímetros) y ver qué sucede con unos anchos que le den espacio al pie. Si la dolencia persiste, acudir a un traumatólogo que determinará si hay o no que operar. La operación, que requiere de anestesia raquídea, que garantiza poco dolor en el post operatorio, consiste en la corrección del hueso desviado. Dependiendo de la gravedad se puede empezar a caminar desde el día siguiente, pero la recuperación final tarda dos meses.
Metatarsalgia: es el dolor en la planta del pie, justo debajo de los dedos, llamada la zona metatarsal. Se produce por la inflamación de las articulaciones ubicadas entre el pie y los dedos. Además de dolor, aparecen callosidades que pueden dejar una marca en la plantilla del zapato. En las mujeres, además de los antecedentes genéticos, está asociada al uso de tacos, ya que estos hacen que toda la presión del pie se centre en la parte de adelante. En la etapa precoz de la enfermedad se debe usar plantilla, cambiar el tipo de zapato y, si hay sobrepeso (y más presión sobre los pies), bajar de peso.
Dedos en garra: está asociada a la metatarsalgia y se produce cuando los dedos se mantienen encogidos. Si se detecta y trata a tiempo puede corregirse con el uso de plantillas. De lo contrario, y si el dolor es insistente, existe la opción de operar. En la intervención se corrige la posición de los huesos. Es una cirugía pequeña, con anestesia local, y permite caminar de inmediato tras la salida de pabellón.
El traumatólogo Giovanni Carcuro cuenta que ocho de cada diez mujeres que llegan a su consulta tienen problemas en los pies producto del uso diario de taco alto.
Problemas dermatológicos
Toda la presión del cuerpo sobre ellos, poca ventilación, humedad y, en muchos casos, falta de humectación son factores que pueden enfermar a los pies desde el punto de vista dermatológico. Pero, además, está el peligro de no saber cortarse las uñas correctamente y ocupar zapatos muy ajustados. Estos son los trastornos más comunes y cómo tratarlos, desde el punto de vista dermatológico.
Uña encarnada: además de factores genéticos, puede formarse debido a un mal corte o al uso frecuente de zapatos muy ajustados. Debe tratarse con un dermatólogo o traumatólogo. Si el problema persiste, a través de una operación realizada por uno de los dos especialistas, se corrige la raíz de la uña en un procedimiento quirúrgico con anestesia local. Para prevenir que la uña se encarne, se debe cortar de forma recta, ocupar zapatos que no presionen y que permitan un crecimiento normal.
Callos: son causados por el mal apoyo del pie, sobre todo cuando se ocupan zapatos con un taco que produce una marcada diferencia de altura entre la punta del pie y el talón, o que deformen la pisada. Para tratarlos se debe ocupar plantillas y cambiar el tipo de zapato, ojalá por uno anatómico.
Perionixis: es la inflamación de la piel que rodea la uña causada por alguna lesión o por cortar los cueritos que la rodean. Para prevenirla hay que evitar ocupar herramientas contaminadas (ojo con los centros de podología y pedicure), no cortar los cueritos y no manipular las uñas en forma constante. Para eliminarla se debe procurar una buena limpieza. De haber una mayor complicación, el dermatólogo puede recetar antibióticos y, en casos graves, un drenaje, que consiste en abrir la zona inflamada con un bisturí y sacar el contenido infeccioso.
Pie de atleta: son hongos que proliferan en la planta del pie y suelen picar. Contagiosos, hay que poner atención cuando se usan duchas en gimnasios. El tratamiento dermatológico consta de cremas o fármacos antimicóticos.
Especialmente en verano se recomienda humectar los pies con cremas con urea, debido a que en altas concentraciones –10 a 30%– remueve la capa superficial de la piel permitiendo que se humecte y quede suave.
Consejos de una podóloga
La podóloga Katherine Maldonado, del centro www.saluddelpie.com, recomienda lavarse todos los días los pies antes de ir a acostarse, secarlos con el secador de pelo (para no dejar ni una gota de humedad) y luego masajearlos con una crema especial para la zona, con énfasis en el talón y debajo de los dedos. Al dormir, sugiere no ocupar calcetines, para que la piel pueda respirar.
* Para la elaboración de este artículo fueron entrevistados el traumatólogo Giovanni Carcuro y la dermatóloga Amaranta Luzoro, de Clínica Las Condes.