Tres Datos Paula con enfoque LGTBIQ+
1. Esperancita Cocina y Barra: nueva apertura
“Si Pedrito Lemebel siguiera con nosotros, este sería su favorito. Un vino con malicia y especias de producción local, enguindado de la reserva de la Esperancita, jugo de naranjas y Johnnie Walker Black Label”. Esa es la descripción de Tengo miedo torero, parte de la carta del nuevo restobar Esperancita, que abrirá sus puertas este jueves. Fue este trago el que hizo triunfar a Franco Muñoz, bartender y jefe del local, en el concurso World Class Chile 2023 y que lo llevará a representar al país en la versión internacional de este certamen, uno de los más importantes de coctelería a nivel mundial. “La Esperancita aún no abre y la patuda ya tiene un premio”, dice Karla Martínez, quien junto a Beatriz Solari son dueñas de este nuevo local y también de Siam Thai, el popular restorán de comida tailandesa del barrio Italia.
Inspiradas en la cultura pop de los noventa y en personajes de teleseries chilenas como la Olguita Marina (Sucupira) y la Potoloco (El circo de las Montini), hace años soñaban con tener una fuente de soda que representara ese concepto y estuviera dirigida a la comunidad queer. Por eso, los nombres de los platos y los tragos provienen de canciones icónicas del pop o de personajes del mundo LGTBIQ+. “Nos pasa mucho con la Bea (su socia y pareja) que no tenemos lugares ricos donde ir. Es todo muy heteronormado y con cero onda. Por eso queremos algo más despeinado y rebelde, y que al mismo tiempo sea un lugar seguro para la comunidad”, explica.
Para la elaboración de la carta -que definen como “comida simple pero rica, sin pretensiones”- contaron con la asesoría de Maximiliano Muñoz, fundador y chef de Guappo Bistró. Se espera que algunos de los éxitos sean el sándwich de pescado, con salsa tártara, lechuga y encurtido; o el arroz meloso con setas, que puede ser vegano.
Sta. Magdalena 51, Providencia.
2. Tango queer en Santiago
Históricamente, el tango ha sido una práctica que dominan los hombres, donde ellos marcan el ritmo y la mujer se dedica a acompañar. Sentada de piernas cruzadas, debe esperar que algún hombre la saque a bailar. Por eso se dice que el tango es el sitio por excelencia del machismo y la heteronormatividad. Como respuesta, a fines de 2000 nació en Alemania el Tango Queer, una forma de bailar fuera de las normas y códigos tradicionales, sin roles de género definidos y donde son frecuentes las parejas de baile del mismo sexo. El movimiento ha crecido a pasos agigantados, tal como muestra el documental Tango Queerido (Liliana Furió, 2016) que retrata “la paradoja de cómo el tango, una danza tan tradicional y machista, ha brindado al colectivo de personas LGTBIQ una herramienta de comunicación, contención y de lucha política inigualable”, dice en la sinopsis de Film Afinitty.
Como parte de este movimiento, en enero de este año nació Santiago Milonga Queer, un colectivo liderado por el psicólogo Felipe Sandoval y el actor Paolo Parada, quienes desde hace seis años practican este baile rioplatense en Santiago y Buenos Aires. Dictan talleres los días jueves y viernes ($20.000 la serie de cuatro clases, $15.000 para estudiantes o tercera edad, también hay cupos para quienes no puedan pagar el aporte completo); y hacen clases gratuitas y abiertas a todo público una vez al mes en el Palacio Pereira.
“Las personas que nos identificamos como parte de las disidencias sexuales, cuando vemos que una milonga o una clase de tango tiene la palabra queer, inmediatamente nos sentimos más cómodos para expresarnos, nos sentimos más seguros, sabemos que no se nos va a exigir comportarnos de determinada manera o bailar con personas del sexo opuesto exclusivamente. Esa es la diferencia, porque históricamente nos hemos sentido incómodos y en algunos casos maltratados”, dice Felipe Sandoval. Y agrega: “en nuestras actividades las personas que quieren bailar el tango tradicional también son súper bienvenidas. En general no son actividades separatistas, sino que más bien tratamos de asegurar que cada quien baile como quiera y con quien quiera”.
La próxima convocatoria es el viernes 1 de septiembre en el bar Contramano (Bombero Núñez 388, Recoleta) a las 19:00 hrs.; con aporte voluntario. No es necesario tener pareja ni experiencia.
www.instagram.com/santiagomilongaqueer
3. El éxito de Barbacius en Chile y México
Cuando Franco Vira tenía seis años, su mamá lo metió a un taller de baile de la junta de vecinos; y además era parte del taller de teatro de su colegio. “Estaba en sexto básico cuando se estrenó High School Musical y caché que podía actuar, bailar y cantar al mismo tiempo. Tomé talleres de canto en la Municipalidad de Maipú y un compañero del colegio me enseñó a tocar guitarra en los recreos”, cuenta Franco.
Cuando entró a estudiar pedagogía en inglés en la USACH descubrió que habían muchos espacios para tocar. “Me lancé cantando canciones propias y covers en los pastos de la universidad. Era chistoso, porque mientras tocaban trova o rock, yo siempre era el momento pop de la tocata, y creo que era una forma de resistir políticamente en espacios dominados por hombres”, cuenta. Fue el año 2017 cuando se lanzó a grabar sus canciones y subirlas a plataformas, buscó un nombre artístico (Barbacius) y se propuso crear canciones que visibilizaran experiencias y situaciones sociales que le afectasen a él como persona no binaria y a su comunidad.
En mayo de este año realizó una gira por México, llamada Error 404, que además de contemplar seis fechas y dos charlas en universidades de CDMX, le permitió recibir los premios de “EP del año” y “artista del año” de la radio de música independiente Efervescente FM. “Nunca me vi dedicándome a la música porque nadie en mi familia lo hace, y también por sobrevivencia, porque mi familia es de clase trabajadora como la mayoría en este país. Ser artista no era compatible con tener un buen vivir. Por suerte, seguí este sueño y es lo que me apasiona hacer día a día, me ha llevado a lugares y experiencias hermosas”.
Franco es el fundador de AMIK, una plataforma que busca generar comunidad y compartir conocimiento entre trabajadores de la industria musical chilena que pertenecen a la comunidad LGTBIQ+. Actualmente están produciendo el festival AMIK FEST ‘23, que se realizará en el GAM en septiembre.
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