Tres mujeres cuentan sus razones para entrar a OnlyFans

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Tres mujeres cuentan sus razones para entrar a OnlyFans

Más allá de la discusión moral y feminista sobre el uso de la plataforma, algunas mujeres encuentran ahí un lugar que honra su cuerpo y las hace sentir deseadas.




A Valentina (26) siempre le gustaron las cámaras. Su papá tenía una casa de celebración de cumpleaños y, cuando era niña, se iba caminando para allá después del colegio. Al llegar, lo primero que hacía era meterse al armario de disfraces para probárselos y, con música de fondo, comenzaba a bailar y posar para su papá mientras la grababa. “Mi relación con la fotografía siempre ha sido bastante cercana, son momentos íntimos para mí. En 2020, cuando empecé a crear contenio para OnlyFans, se me dio muy fácil. Nació de forma recreativa, como una manera de explorar mi cuerpo”.

Valentina estudia Terapia Ocupacional en Temuco, y su cuenta de OnlyFans le da los ingresos suficientes para mantenerse económicamente. Más allá de eso, considera que la plataforma funciona, al mismo tiempo, como una especie de terapia; se transformó en un lugar donde puede honrar su cuerpo. “Hay momentos en donde me miro al espejo y no me siento tan hermosa, pero aún así decido fotografiarme y al final logra ser algo terapéutico y un momento íntimo conmigo misma. Publicarlo en OnlyFans es sólo parte de esa terapia. Jamás he expuesto mi cuerpo de una manera muy grotesca ni con un erotismo que me pase a llevar”.

Kimberly (26) era muy activa en redes sociales mientras trabajaba en la Fuerza Aérea. “Siempre he tenido muchos seguidores. Muchas veces me sentía bonita y quería subir una foto en bikini, o no sé, de mi trasero. Los de la Fuerza Aérea me discriminaban, decían que no correspondía y que ese tipo de fotos no iba con los valores de la institución”. Después de siete años trabajando allí, decidió retirarse y comenzó a crear contenido para Arsmate, una plataforma chilena que funciona prácticamente igual que OnlyFans. “Además del dinero que deja, igual me entretiene. Me hace sentir más linda y más segura. Antes no estaba 100% segura de mi cuerpo y ahora sí, porque me siento deseada. Lo que estoy haciendo es contenido solo mío, entonces siento que me desean a mí simplemente por ser yo”.

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Florencia (25) es argentina, y mientras estudiaba turismo en Buenos Aires, comenzó a crear contenido con fines económicos. “Es muy importante entender los contextos de las personas. Hay mucha gente que juzga sin entender el contexto, porque juzgar es gratis” dice. “Soy de otra ciudad, y cuando me vine a estudiar a Buenos Aires mis papás me dijeron ‘vos no vas a trabajar, nosotros vamos a hacer lo posible por mantenerte’. Pero en 2019 mi papá fundió su panadería (quedó en bancarrota) y yo necesitaba comprarme cosas pero no quería seguir dependiendo de él. Y un día dije, ¿qué puedo hacer? Fue en pandemia, justo en medio el auge de OnlyFans, y dije, bueno, lo intento. Ya en el primer día gané mucha plata y nada, ahí arranqué”.

Si bien Florencia comenzó motivada por las sumas de dinero que se ganaba, la plataforma terminó por convertirse en un hobbie. “Ahora lo hago porque realmente me gusta. Muchas personas creen que OnlyFans es una plataforma en donde la mina solamente sube fotos en bolas, pero detrás hay muchas cosas. Hay que sacarse las fotos, editarlas, preparar la estrategia. Y todo eso me encanta. Trato de volcar en OnyFans todo lo que me gusta hacer”.

El lado B

El funcionamiento de la plataforma creada en 2016 es sencillo. OnlyFans entrega un espacio que facilita la publicación de contenido personal o íntimo sin las censuras que existen en otras redes sociales como Instagram o Facebook. Por lo tanto, los usuarios que quieran crear contenido pueden hacerlo con total libertad y obtienen ingresos a partir de la suscripción – mensual o única – de los usuarios que deseen acceder a lo que comparten. Las suscripciones mensuales van desde los $4,99 hasta los $49,99 dólares, pero ahí no están incluidos los pagos extras por contenido más sugerente ni la propina. La red social se queda con un 20% de los ingresos, mientras que el 80% restante cae en manos de quien produjo el contenido.

Para este año ya son 1,5 millones de personas las que decidieron ganar dinero a través de OnlyFans, y se estima que un 80% de ellas son mujeres. Las ganancias son estratosféricas. Las celebridades Blac Chyna, Bella Thorne y Cardi B encabezan el listado de las personas que más ganan mensualmente, con 20, 11 y 9 millones de dólares respectivamente. El cuarto lugar lo ocupa el rapero Tyga, que llegó a recaudar casi 8 millones de dólares al mes.

Como cualquier otro trabajo, tener éxito en OnlyFans requiere de esfuerzo y dedicación. Es por esto que Valentina –literalmente– cruzó fronteras para sorprender a sus clientes. “He posado desnuda en las dunas del Desierto de Atacama. Después me pregunté: ¿Por qué no hago contenido en la Torre Eiffel? ¿O en Turquía?, así que decidí irme a Europa por un tiempo”, dice entre risas. “Entendí que si quería que me fuera bien, debía esforzarme en crear contenido nuevo”. Florencia, por su parte, ha tenido que desarrollar sus dotes artísticos. “Hay clientes que incluso me piden actuar. Me encanta la actuación, así que no tengo problema en hacerlo”.

Sin embargo, Valentina, Kimberly y Florencia son majaderas: crear contenido en OnlyFans no es para cualquiera. Si bien para ellas se trata de un hobbie –que además les deja dinero– a veces no es fácil tener que lidiar con prejuicios y acosos. “Para hacer esto hay que tener cierta madurez. Hay mucho juicio social y eres más propensa a sufrir algún tipo de acoso”, dice Valentina. “Como estamos más expuestas, la gente se cree con el derecho de juzgarte o cuestionar tus principios o tu inteligencia. Que una mujer sea libre de sí misma y tenga ganas de exponerse no significa que esa mujer no se ame o que necesite aprobación. Eso es súper violento”, agrega.

Kimberly y Florencia creen que la filtración de sus fotos y/o videos es la peor parte de crear contenido erótico. “Me ha pasado que andan compartiendo videos míos en grupos y cosas así. Y también han dicho que soy una prostituta”, dice la ex FACh. La argentina relata algo similiar. “Yo ya estoy mal acostumbrada, me ha pasado muchas veces que se filtren fotos. Pero no hay nada que yo pueda hacer”.

La discusión feminista en torno al uso de la plataforma sigue abierta: ¿Se trata de una elección libre o estamos frente a una nueva nueva forma de explotación sexual? Lo indudable es que -lejos de dejarse llevar por el juicio social que existe al respecto– las mujeres que crean contenido erótico están más que satisfechas con los resultados. No solo les entrega tiempo libre, flexibilidad laboral, y mucho, mucho dinero, sino que además, se sienten libres, queridas y deseadas.

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