“A mí me diagnosticaron con infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH) en octubre del 2019. Como todos los años, fui a hacerme el PAP*, porque soy bien ordenada y me gusta tener todos mis chequeos al día; y salió alterado. Fue una noticia bien abrumadora en ese momento, como un balde de agua fría porque, cuando uno no tiene información, se asocia de inmediato al cáncer. Piensas que te vas a morir.
El médico que me estaba atendiendo tampoco tuvo demasiada sensibilidad al contarme esto. Recuerdo que me dijo mira, el PAP salió alterado y esto es por el número de parejas sexuales que has tenido. Me sentí juzgada y atacada. Ahora entiendo que fue violencia ginecoobstétrica, porque ¿qué tiene que ver eso? El VPH te puede dar aunque tengas incluso un solo compañero sexual. Estaba bloqueada, me sentía sucia. Salí de la consulta media aturdida y con una orden para hacerme un PCR de VPH, que es un examen que permite detectar y tipificar qué tipo específico de virus tienes en el cuerpo. Ahí me apareció que tenía la cepa 16, clasificada como de alto riesgo por su asociación con el cáncer.
Ingresé al sistema público, derivada por el GES** y la atención mejoró muchísimo. No solo fue rápida, sino que los profesionales eran más jóvenes y me explicaron con detalle qué era lo que me estaba pasando. Conversaron conmigo, sin juzgarme y eso fue un alivio. Ahí me siguieron haciendo exámenes, entre ellos, una colposcopía*** para ver si tenía células cancerosas en el cuello uterino, en la vagina o en la vulva. Gracias a Dios, no tenía ninguna. Creo que fue porque tuve el tiempo a mi favor. Como me hacía los chequeos todos los años, no permití que esto avanzara, aún cuando esta cepa ya se me había activado. La pillé en el momento preciso.
Así, quedé solo en observación semestral. En paralelo, me puse a leer harto sobre el tema de la vacunación contra el VPH que no existía cuando era chica. Yo tengo 35 años y en los colegios no se administraba de manera obligatoria como sí se hace ahora. Sin embargo, como tenía el virus activado, no estaba segura si me serviría o no, así que hablé con varios doctores que me explicaron que, si bien yo estaba infectada con una cepa, existían otras de las que me podía proteger a través de la vacunación. Así que me la puse.
Durante todo este proceso, me di cuenta que había mucha desinformación que fue, de hecho, lo que más me afectó cuando me enteré de este diagnóstico. Uno comete el error de meterse a internet y lo que aparece es tan terrible que te deprimes más. Así que me intenté nutrir de blogs y redes sociales. En Chile, no había nada en relación al tema, pero sí encontré a dos activistas, una en México y la otra en España, que compartían relatos y anécdotas súper necesarias. Ahí fue cuando se me ocurrió la idea de crear mi propia comunidad para hablar sobre VPH y abrí un Instagram donde me dedico a difundir información, responder dudas y sobre todo, generar un lugar para que las personas que viven con esto, se conozcan y compartan su proceso emocional.
Antes, eso sí, tuve que hablar con mi familia porque inicialmente se lo había contado solo a mi mejor amiga y mi hermana. Sabía que si salía al público diciendo que tenía VPH, era importante que ellos también supieran desde mis propias palabras de qué se trataba todo esto. Igual es un tema contarle a tu mamá que tienes una infección de transmisión sexual. Puede ser común, pero existen prejuicios y tabúes que no siempre hacen que sea una tarea fácil. Entonces, para anteponerme a cualquier cosa, busqué información para responder sus preguntas con una base sólida. Quería explicarle bien y que el diagnóstico no le asustara. Y así fue. Recibí mucho apoyo y contención, ya que su principal preocupación era que esto no se transformara en cáncer. El hecho de que fuera de transmisión sexual pasó a segundo plano.
En todo este período, nunca me he sentido juzgada ni por mi familia, ni por mis amigos o compañeros. Lo que sí pasó es que estaba soltera cuando supe del VPH, entonces dejé de tener citas o salir por un tiempo. Después, cuando retomé, recuerdo a un chico al que le conté mi diagnóstico y desapareció: me bloqueó de todas las redes. Y ahí entré en un pantano de chuta, qué va a pasar el día que conozca a alguien que de verdad me gusta y se entere de mi situación, ¿me irá a rechazar? Después entendí que la persona que quiere estar contigo, lo va a hacer con o sin VPH, o cualquier enfermedad que uno tenga, pero me costó. En el Instagram me ha tocado leer muchos mensajes donde las chicas dicen mi marido me va a dejar o me voy a quedar sola, porque es muy fuerte el prejuicio. Afortunadamente, con el paso de los meses, conocí a otra persona cuya reacción fue totalmente diferente. Era más del tipo no sé mucho del tema, pero cuéntame y veamos cómo lo podemos llevar juntos.
A mediados del año pasado, los resultados del PAP fueron normales. Sin embargo, sigo en controles de manera permanente. No voy a negar que hay días en los que me muero de susto y me dan ganas de llorar esperando los exámenes. Es una ansiedad que se genera, porque si bien los últimos han salido bien, no se sabe qué es lo que puede pasar ahora. Sin embargo, tengo claro que el miedo no puede paralizarme porque sea cual sea el resultado, va a haber tratamiento. Como sociedad, tenemos que crear una cultura de la prevención y hacernos el tiempo para los chequeos. Hay muchas mujeres que les cuesta darse esos espacios porque son mamás o trabajadoras, y no se preocupan de ellas mismas como sí lo hacen por el resto. No van al médico y se postergan. Pero hay que hacerlo porque esta infección es tratable y nos entrega una señal de alerta para frenar un posible cáncer”.
Jeanette Retamal tiene 35 años, es contadora y es la creadora de una cuenta en Instagram donde se dedica a difundir información y compartir experiencias de pacientes que son diagnosticadas con VPH.
*PAP: procedimiento ginecológico simple, breve y efectivo para detectar a tiempo lesiones en el cuello del útero, que son las primeras señales del cáncer cervicouterino.
**GES: Régimen de Garantías Explícitas en Salud (GES), entrega garantías explícitas para 85 problemas de Salud establecidos por ley, que deben ser cumplidas para todos los chilenos y chilenas, sean de FONASA o de ISAPRES.
***Colposcopía: es una prueba diagnóstica para verificar la presencia, extensión y tipo de precáncer o cáncer, y sirve para guiar la biopsia en cualquier área que aparezca anormal. Es un examen visual del cuello del útero durante un examen ginecológico mediante un instrumento llamado colposcopio.
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