“Ya no quiero ser tu amiga”: Romper un vínculo que hace mal

Romper una relación

Amistades no recíprocas, abusivas, o una afectada por un daño particular de alguna de las partes, son comunes. Poner fin a estos vínculos es una decisión difícil y surgen los dilemas de cómo hacerlo, qué, cuándo y cómo decirlo. Aquí, profesionales entregan sus tips para poner fin a una relación que ya no aporta.




“No podría decir si algo específico ocurrió, diría que no, pero con el tiempo, y a medida que nos fuimos haciendo adultas y conociendo mejor a nosotras mismas, las diferencias empezaron a crecer hasta que se hicieron insostenibles”, dice Victoria respecto a su relación con Inés (los nombres fueron modificados). Ambas habían sido íntimas amigas desde prekínder. Estudiaron en el mismo colegio e incluso la misma carrera en la misma universidad. Victoria cuenta que lo compartían todo, eran inseparables, pero ciertas circunstancias, que en su momento fueron imperceptibles para ella, fueron distanciándolas hasta que su amistad se volvió una suerte de competencia entre ambas que no le hacía bien. Hace algunos años ya no existe relación alguna, o casi nada. Todavía comparten chats de amigas, pero no hablan directamente.

“Ahora pienso que quizás deberíamos haber hablado de que algo pasaba, pero solo dejamos que se enfriara. Es como que nos hicimos ghosting, eso que está tan de moda. El problema es que ahora, las pocas veces que nos vemos, es incómodo. Para mí ya es tarde, pero creo que ambas sabemos que hay un tema no resuelto”, dice Victoria.

Terminar una relación de amistad de años es una decisión difícil, y quizás también un problema común. Recientemente, una psicóloga estadounidense llamada Arianna Brandolini, publicó en Tik Tok una guía de cómo romper con una amiga. Y fue calificada de insensible porque sugería decir frases como “Atesoraré por siempre nuestra amistad”, o “no tengo tiempo para invertir en nuestro vínculo”. Como era de esperar, muchas personas no estuvieron de acuerdo, calificando sus sugerencias de frías y poco sinceras.

A medida que las personas crecen, cambian, y con ello muchas veces sus amistades, pero ¿cómo romper el vínculo con una amiga y sobrevivir al intento? Aquí, tres psicólogas dan sus tips.

Los tipos de amistades problemáticas

Lo primero que hay que tener en cuenta es que terminar una amistad nunca es una decisión fácil y es posible que siempre surjan dudas de si se está haciendo lo correcto, o que florezcan sentimientos de culpa. Pero, ¿cómo saber si una relación puede salvarse o es mejor alejarse?

Francisca Alcoholado, psicóloga clínica de Grupo Clínico Sur, indica que existen tres tipos de relaciones de amistad que suelen ser problemáticas, y todas ellas tienen distintas características que pueden orientar al momento de determinar si es posible recomponer la relación o tomar distancia. En primer lugar, están las amistades no recíprocas, donde no hay una correspondencia mutua entre los aportes y dedicación que cada persona le otorga a la relación. En segundo lugar, están aquellas amistades en las que ha existido un daño o una ofensa de una u ambas partes; y en tercer lugar, están las amistades abusivas, que se caracterizan por diferencias de poder y dinámicas de toxicidad, entendido como peleas, manipulación y violencia verbal o psicológica.

En todos estos casos “es posible que romper con la amistad implique un proceso de duelo asociado a la pérdida de un otro significativo, lo que puede generar la emergencia de tristeza y dolor”, dice la profesional, y es importante que ambas partes se permitan vivir las emociones. Pero también, en todos los casos podría eventualmente salvarse la relación si existe cierta disposición a cambiar las cosas y a escucharse. En el caso de las relaciones abusivas, por ejemplo, Alcoholado dice que “dialogar y establecer límites claros podría ser restitutivo para la relación. Sin embargo, si esto no es posible, resulta relevante tomar distancia y buscar apoyo de otros vínculos en el proceso de terminar con la amistad”.

La psicóloga Elisa Marzuca, directora también de la Escuela Padma, advierte que algo clave para saber si se puede salvar una relación es evaluar si es posible metacomunicarse. En otras palabras, que ambas partes puedan hablar de lo que les pasa. “Una relación sana resiste tensiones”, señala, y cuando hay dificultades o desacuerdos, es importante que existan espacios para hablar de lo que se siente y de cada una de las perspectivas. “Cuando podemos hablar de la dinámica, hay más posibilidades de salvar una relación. Si no es posible hacerlo, es difícil hacer algo al respecto”, dice.

Romper vínculo

Así también coincide Carolina Alston, psicóloga de IntegraMédica, quien dice que muchas veces más que terminar la relación, lo que se requiere es un cambio de dinámica relacional, lo que implica necesariamente mejorar la comunicación. “Exprésale a tu amiga o amigo si es que estás sintiendo que la relación no está sumando y por qué, planteando también que te gustaría que las cosas fuesen diferentes. Para ello se requiere un cambio de ambas partes, ya que toda relación se construye de a dos”, dice.

Cuando finalizar el vínculo es la única alternativa

Las relaciones sanas son aquellas que funcionan en equilibrio: ambas personas dan y reciben en un marco de respeto, límites y comunicación fluida. Por tanto, un elemento clave para evaluar si una relación es sana, es ver si las necesidades de ambas personas involucradas están siendo atendidas.

Por el contrario, para reconocer relaciones abusivas o poco sanas hay que observar si hay conductas de manipulación, traspaso de límites, enojos constantes, y/o faltas de respeto, dice Alston. Si eso es así, sugiere poner límites. Sin embargo, aclara que hay veces que cuesta reconocer si existe alguna clase de abuso, y en esas circunstancias “lo recomendable es consultar a la red de apoyo y buscar ayuda profesional que pueda ayudar a orientar y acompañar en identificar los sentimientos y qué camino tomar, siempre desde la guía, ya que la decisión finalmente debe tomarla la persona”.

Pero cuando se ha tomado la decisión de poner punto final a una amistad, existen ciertos aspectos que deberían ser considerados, sugieren las profesionales:

- Explicar y comunicar: se debe intentar explicar de la forma más respetuosa posible la decisión de terminar con la amistad y la necesidad de tomar distancia.

- Hablar desde el “yo”: Plantear el conflicto desde la propia experiencia (yo siento, yo pienso), y no hacerlo en el otro. Si se focaliza el conflicto en el otro, provoca en la persona la necesidad de defenderse, y por ende, una peor reacción.

- Ir de lo general a lo particular: Ante una conversación difícil -como lo es terminar una amistad-, Marzuca sugiere empezar con aspectos generales para tantear cómo está el ambiente. Si es bien recibido, se sugiere dar ejemplos para evitar que la conversación sea muy abstracta y ponga en riesgo el llegar a acuerdos concretos. Por ejemplo, decir “en x situación sentí esto”, o “esto que hiciste no fue lo apropiado”.

- Permitir hablar y dar espacio al otro: es importante permitirle a la otra persona expresar sus sentimientos y pensamientos respecto del fin del vínculo, manteniendo la disposición a escuchar. En este punto, la psicóloga Francisca Alcoholado, indica que en caso de no ser posible la comunicación debido a que podría generar agresiones, se sugiere priorizar la seguridad y bienestar, lo que implica tomar distancia del vínculo y apoyarse en terceros.

- Ser compasiva: para la psicóloga Carolina Alston, es importante tener responsabilidad afectiva no solo mientras dura una relación, sino que también cuando se finaliza.

- Procesar emociones y reflexionar: Antes de hablar hay que enfocarse en digerir las emociones que han surgido de la relación de amistad, para que estas no lleven a actuar de manera impulsiva, sino que sean una fuente de sabiduría, sugiere Elisa Marzuca.

- Contar con una figura contenedora: Buscar una persona de confianza con la cual nos sintamos cómodas, para contarle lo que está ocurriendo y que ayude a ver cosas que no se pueden ver de manera solitaria.

- Ser consecuente con la decisión: una vez que se toma la decisión de finalizar una relación de amistad, se sugiere ser claras. Sin embargo, esto no quiere decir que todo quiebre de una relación de amistad es definitivo. “Las amistades son dinámicas, van y vienen en términos de frecuencia y dedicación, lo que otorga la posibilidad de reencontrarse en el futuro, cuando exista disposición mutua”, dice Alcoholado.

¿Enfrentarlo o dejar que se enfríe naturalmente?

Enfrentar y hablar cuando se quiere terminar un vínculo de amistad es fundamental, pero obviamente esa posibilidad dependerá de la disposición de conversación que exista. “Lo ideal es siempre priorizar el diálogo, con el fin de que ambas partes puedan expresar sus sentimientos y posturas, evaluar si existe posibilidad de reparación o acuerdo, y en caso de que esto no sea posible, llevar a cabo un cierre de la relación. Sin embargo, el diálogo no siempre es posible, ya sea porque no existe disposición a comunicarse o porque alguna de las partes se encuentra muy interferida por la rabia o tristeza”, señala Alcoholado.

Las relaciones, en la medida que sean sanas y auténticas, pueden sostener ciertas tensiones, como enojo, pena, confusión, entre otras”, dice Marzuca, mientras Alston señala que el enojo es muchas veces una manifestación de una pena no manifestada. “Lo mejor es no enganchar con ello, sino más bien empatizar y soltar”, indica.

La profesional señala que todas las relaciones, ya sea de amistad, pareja, familia, entre otras, nos enseñan y nos muestran algo y, por lo tanto, su éxito, pero sobre todo su fracaso, traen aprendizajes, permitiendo que las personas se hagan conscientes de sus heridas, sombras, temas no resueltos, la forma de comportarse, entre otros. Por lo tanto, sugiere mirar las interacciones como una oportunidad de sanar y resolver eso que se nos está mostrando. “De lo contrario, es muy probable que repitamos con alguien más ese patrón”, señala.

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