La empresa que apuesta a masificar el aire acondicionado sin contaminar

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Mariana Villegas está tras Climo, una startup que busca posicionarse en el mercado por medio de su servicio de climatización que, según su fundadora, destaca por ser limpio, eficiente y más económico que otros.


En medio de un embarazo nació la idea de hacer un cambio en la forma en que se climatiza la gente en Chile. El uso de tecnologías obsoletas, contaminantes y caras fue el diagnóstico que impulsó a la ingeniera civil mecánica de la Universidad de Chile, Mariana Villegas, a crear la startup de aire acondicionado Climo.

Para su actual CEO y fundadora, emprender no era algo nuevo. En 2012 apostó por impulsar proyectos de energía solar térmica en la minería, pero en un área donde la mujer no tiene mucho protagonismo y la innovación no es algo que destaque, se aburrió. “Hay una idea de que el mundo de la minería va a innovar, pero hay poco incentivo, ya que es un negocio que depende mucho de los precios que se fijan en el exterior”, comenta.

Climo apuesta por posicionarse en el mercado por medio de su servicio de climatización que, según la empresa, destaca por ser limpio, eficiente y más económico que otros de este tipo. “Yo se lo vendería a Teresa de Calcuta, no tengo ningún pudor, porque es súper buen producto”, dice desafiante.

En 2016, el entusiasmo de un nuevo emprendimiento de Mariana Villegas se juntó con el respaldo de Engie Factory, que aportó con US$180 mil para el capital inicial. “Estaban justo armando sus plataformas de innovación y su portafolio de startups y coincidimos. Yo tenía cinco meses de embarazo y aun así resultó este matrimonio”, recuerda Villegas, quien sigue ligada a su inversionista por medio del directorio de Climo. La startup ofrece hoy sus servicios en ocho regiones y 47 comunas a lo largo del país.

En medio de una sala cowork de Engie Factory, al lado de otros emprendimientos, Climo comenzó a testear su idea de climatización en base a planes mensuales y por medio del monitoreo y control de consumo eléctrico a través de su app. La respuesta fue positiva y el trabajo se aceleró. Ahora Climo está en una casa antigua de dos pisos en Ñuñoa, donde tienen instalados sus equipos para mostrar que el producto funciona.

A un mes que naciera la hija de Mariana Villegas, la startup hizo el lanzamiento y ya en octubre comenzaron a llegar clientes. Para final de 2016 tenían instalados 80 equipos y hoy cuentan con 1.400 clientes.

Aire acondicionado limpio

Pese a ser una empresa, que en medio del débil desempeño de la economía, proyecta facturar un poco más de US$1 millón en 2019, Mariana Villegas comenta que “es un negocio difícil de llevar”, ya que lo que ella estima como “virtud” (coordinar todo el servicio de instalación, monitoreo del uso de los equipos y perfeccionamiento del software), también es un desafío que “quita un poco el sueño. Poder congeniar bien cada una de las áreas es complejo y lo más difícil es cuando uno no cumple, cuando fallas, cuando la gente tiene la aplicación y se cae o llega un dispositivo que viene con problemas”, comenta. En esa línea, todo lo ganado por la empresa actualmente se reinvierte de inmediato, por lo que recién están comenzando a generar ganancias. Sobre los mayores gastos de la startup, comenta que es en recurso humano.

Villegas dice que hoy no tienen una competencia directa respecto al servicio que ofrecen. “Hemos visto equipos con WiFi, dispositivos que se acoplan a otros que permiten monitorear a distancia, pero ahora no he visto una empresa que ofrezca lo que hacemos nosotros”.

Los grandes desafíos para Climo hoy están en masificar el mercado de aire acondicionado, que aún es muy bajo en comparación a otros países con desarrollo similar al chileno. Ante este diagnóstico, la apuesta de la empresa es expandir su cobertura en el sur de Chile y prepararse para la llegada del verano, cuando suben las temperaturas y su producto se hace más atractivo. De las ciudades principales que les falta por llegar están Valdivia, Concepción, Temuco, Osorno y sus alrededores. Sobre el norte de Chile creen que no hay tanta necesidad de la gente por su servicio como en el sur, pero los planes de expansión también apuntan a estar presentes en todo el país en el corto plazo. Respecto al salto al extranjero, Villegas todavía no se entusiasma mucho.

Si bien Mariana Villegas comparte el diagnóstico de que hay pocas mujeres emprendedoras, dice que “en un mundo ultramasculino, una tiene muchas ventajas, porque hace las cosas un poco distintas”. Y luego añade: “Uno comparte responsabilidades con el marido, tiene un rol de mamá, porque le gusta y hay que conciliar toda la demanda de la pega, de los inversionistas, hacerse cargo de pagar la planillas con la demanda de los hijos, que tienes que cumplirles”.

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