Buscan implementar en Chile software que detecta incendios tempranamente
Faedo es un programa español que, a través de cámaras que detectan humo y calor más un sistema de inteligencia artificial, puede identificar este tipo de siniestros a solo minutos de que hayan comenzado, permitiendo limitar su propagación. Además, entrega información que ayuda a identificar las causas del fuego y el lugar de origen del mismo.
La llegada del verano en Chile ha dado cuenta, en pocos días, de que la amenaza de los incendios forestales es inminente y que sus consecuencias pueden terminar siendo catastróficas. La sequía y los aumentos de temperaturas han generado las condiciones propicias para que este tipo de desastres tengan aún más probabilidades de crecer y propagarse, por lo que también han tenido que aumentar los esfuerzos por frenarlos a tiempo.
“El cambio climático llegó para quedarse y creo que incluso puede ir cambiando más desfavorablemente para algunos países, como Chile. En la zona sur hay muchos más días de calor que antes, llueve menos y aunque siempre haya humedad pueden haber tres o cuatro días de olas de calor que permitan la proliferación de un incendio forestal”, explica Marco López, gerente de Negocios, Defensa y Seguridad de la sede chilena de Indra, una de las principales compañías de tecnología y consultoría del mundo.
Precisamente, la empresa desarrolló hace algunos años un sistema automático de vigilancia, localización y detección temprana de incendios llamado Faedo, que permite tomar acciones antes de que el fuego se propague a niveles difíciles de combatir. En teoría, es capaz de identificar un incendio en sus primeros tres minutos.
“Hay muchos estudios que dicen que, entre que los incendios ocurren y que las unidades de ataques contra incendios sepan, puede pasar hasta una hora. Y la realidad es que el incendio se puede hacer incontrolable en 30 o 40 minutos”, explica López sobre la importancia de la detección temprana.
¿Cómo funciona?
Faedo trabaja a través de cámaras instaladas en zona altas o torres de vigilancia que permiten poder tener dentro del campo visual toda la zona a resguardar. Las cámaras, que detectan el calor y humo en un radio de hasta 20 kilómetros, se unen a la labor de estaciones meteorológicas que envían información continua y en tiempo real a un centro de control durante todo el día.
Eso que está siendo registrado en las cámaras es procesado por un software que utiliza inteligencia artificial y que va comparando las zonas filmadas con lo que está en sus anteriores registros, por lo que emite una alarma cuando identifica que una zona está mostrando niveles de calor o humo diferentes a los habituales.
“En ese caso, el tomador de decisión o una organización que se dedique a los ataques de incendios forestales puede tomar acciones para verificar que lo que está diciendo esta alerta es cierto o no, como, por ejemplo, enviar un dron”, señala López.
El software fue desarrollado incluyendo un exhaustivo trabajo de campo, que incluyó el registro de quemas controladas para que su algoritmo fuera incorporando más información sobre estas situaciones y disminuyera las posibilidades de falsos avisos.
Las alarmas son presentadas por el sistema en un modelo 3D que muestra la localización exacta de la amenaza de incendio y que además incluye la información del entorno, como vías de acceso, punto de agua, ubicación de los servicios de emergencia de la zona o poblaciones cercanas que puedan verse afectadas.
Además, gracias a las estaciones meteorológicas, el software también comprende las temperaturas, niveles de humedad o condiciones de viento del momento, generando simulaciones de cómo puede avanzar el incendio hipotéticamente. “Mientras más información tenga el tomador de decisión de la zona que esté protegiendo, más rápida va a ser su reacción para atacar el incendio”, valora López.
También, cuando el incendio ya haya sido controlado, el sistema entrega información que ayuda a identificar las causas del fuego y el lugar de origen del mismo.
Posible llegada a Chile
Faedo ha sido implementado en los últimos meses en la isla de Gran Canaria en España, un lugar habitualmente expuesto a incendios. Allá, el sistema vigila una zona de más de 1.000 kilómetros cuadrados, equivalentes a dos tercios del territorio de la isla, que cuenta con varios importantes parques naturales que son considerados reserva de la biosfera de la zona.
Algo similar es lo que busca realizar Indra en Chile, por lo que están contactándose tanto con entes públicos como privados para ofrecer sus servicios. “En Chile tenemos que implementar más tecnología, que hoy en día está disponible en el mercado. En otros países ya lo están haciendo y tiene bastante eficiencia y eficacia para actuar en cuanto a alertas tempranas. Creo que deberíamos pensarlo, analizarlo e implementarlo para tener más prevención”, señala López.
Un caso de estudio ha sido Alemania, que utilizando tecnologías similares en 175 puestos de vigilancia logró reducir en un 40% el número de incendios en la zona cubierta y un 30% el área media quemada.
Además, López destaca la ventaja comparativa de este sistema, al tener automatizados sus procesos. “Funciona de forma permanente, 24/7 y 365 días al año. Por lo tanto, es mucho más permanente y eso permite que sea más rápida la decisión, porque este sistema no duerme, no descansa y sirve como reemplazo para el ser humano, que puede cometer ciertos errores”, dice.
Por último, también destaca su costo económico. “Uno podría tener en vuelo un helicóptero permanentemente, controlando zonas boscosas con cámaras termales o de visión diurna, pero es carísimo. O quizá podríamos tener drones, pero estos también tienen problemas de tiempo de batería y habría que usar varios, lo que también es caro. En cambio, Faedo es de bajo costo y tiene altas prestaciones. Incluso se puede combinar con otras tecnologías, con imágenes satelitales o con algún tipo de dron que tenga ciertos tipos de inspecciones”.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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