Digitalizarse o quedar fuera del juego
El mundo es digital. Prácticamente no se puede imaginar invento o innovación en ningún área de la economía que no esté directamente relacionado con tecnología. Pese a ello, la sofisticación y especialización de las pymes a través del uso y creación tecnológica es un tema no logrado en Chile y bastante ausente en nuestras políticas públicas. El problema es que mientras en Chile seguimos envueltos en paradigmas del siglo XX, el mundo allá afuera cambia a una velocidad vertiginosa, principalmente empujado por una revolución sin ningún referente en la historia de la humanidad. Esa revolución no aparece en ninguna discusión constituyente y cambiará radicalmente el futuro de la humanidad. Así como la revolución industrial dejó fuera del desarrollo a un número relevante de países del planeta, la digitalización de la economía y de la humanidad completa cambiará drásticamente las reglas del juego en todos los ámbitos y actividades humanas en un cortísimo periodo de tiempo. Los países que no cuenten con la materia prima fundamental quedarán completamente desintonizados de esta nueva ola de desarrollo. ¿Y cuál es ese capital fundamental en la economía del conocimiento? Capital humano entrenado en habilidades del siglo XXI y que cuenten con habilidades digitales de nivel superior. La baja de Chile en indicadores claves del siglo XXI, como inteligencia colectiva, innovación, sofisticación de la oferta y digitalización, refleja el problema real en el que estamos metidos: Chile es el país número uno en consumo tecnológico de Latinoamérica, pero aporta una cifra insignificante en creación y desarrollo de tecnología. Lo más alarmante es que las futuras generaciones no están recibiendo ningún tipo de formación en pensamiento computacional, lo que significa que en términos prácticos ya estamos fuera de las grandes creaciones que se desarrollarán en la próxima década. Mientras más tiempo perdemos, más grande e irremontable se vuelve la brecha con quienes lideran esta carrera. Y no es falta de talento ni de capacidad, tampoco es una batalla de países ricos: India, hasta hace muy poco era uno de los países más pobres del planeta. Hoy es una potencia mundial en exportación de software. Lo que necesitamos con urgencia en Chile es una estrategia de desarrollo parada en el siglo XXI, que asuma nuestras grandes fortalezas y que ponga en el centro a las personas, con su potencial para aportar a esta economía del conocimiento. Urge entonces, desarrollar, empujar, acelerar, sensibilizar, reentrenar y promover a todo nivel una educación que considere las nuevas habilidades y que ponga foco en enseñarle habilidades digitales a las nuevas generaciones. Promover un cambio de mind set a los actuales empresarios (pymes y grandes empresas) y abrazar la colaboración puede ser la única vía que garantice su supervivencia en el corto plazo, porque las cifras en relación con el escenario que enfrentan las empresas hoy -producto de la disrupción digital- son dramáticas. La vida media de una empresa del S&P cayó desde 67 años (hace un siglo) a 15 años hoy. La proyección es que el 40% de las Fortune 500 no existirán en una década.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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