El metaverso tendrá un importante impacto en la forma en que sociabilizamos, consumimos, trabajamos y aprendemos. Y, por lo tanto, el mundo de los negocios deberá evolucionar para responder a demandas nuevas y más desafiantes por parte de las personas.

Desde hace más de dos décadas, las empresas han estado en un viaje para construir capacidades digitales, que van desde las ofertas de comercio electrónico hasta plataformas de análisis, herramientas virtuales y mucho más. El valor desbloqueado se ha convertido en un motor de la economía mundial. Pero todas estas soluciones se construyeron para el internet como lo conocemos hoy: un mundo digital en el que las plataformas están a menudo separadas y son distintas entre sí; donde la falta de interoperabilidad y la portabilidad de los datos se asumen como de diseño, y donde la gente pasa más tiempo “offline” que en el ámbito virtual.

El metaverso es la evolución del internet. Nos permitirá tener una participación mucho más interactiva. En Accenture lo llamamos el internet del lugar y la propiedad, porque, por primera vez, ya no habrá websites, sino que lugares que recodarás, donde interactuarás con personas de todo el mundo y podrás poseer activos digitales a través de tecnologías como blockchain y los NFTs (Non-fungible token).

Esta evolución del internet representa una oportunidad única para las empresas para crear sus propios mundos virtuales, donde las personas no solo podrán interactuar con sus productos, sino que también adquirirlos. Además, ya se pueden crear productos únicos autentificados a través de los NFTL, como el famoso el caso de Gucci, marca que vendió un bolso “único” en el metaverso por US$ 4.000.

Quizá el mejor ejemplo de cómo impactará el metaverso en el mundo de los negocios es la industria financiera. Este nuevo mundo virtual, en el que las personas pueden realizar transacciones y poseer o arrendar activos digitales, necesitará servicios financieros. De esa forma, se abren interesantes oportunidades para que los bancos permitan realizar pagos, inversiones, adquirir seguros y préstamos dentro del metaverso. La banca es una de las industrias mejor posicionadas para responder a la creciente demanda de monedas e identidad digital en este nuevo mundo virtual.

La industria financiera puede aprovechar la floreciente economía del metaverso con nuevos productos y servicios como fuente de crecimiento. Algunos ejemplos son los pagos digitales, para facilitar la funcionalidad de billeteras seguras para el pago de productos y servicios; también están los activos digitales, ampliando su papel de custodia de activos de clientes al metaverso, asegurando y prestando criptomonedas, NFT y bienes inmuebles virtuales.

El metaverso es un lugar tribal, es un lugar social. Las marcas que quieran llegar de forma masiva a sus consumidores deben crear temas de interés que generen que estas “tribus” quieran ir a su mundo virtual, y luego crear actividades para que los usuarios quieran volver. Las empresas pueden crear eventos con cantantes famosos, deportistas, actores, donde esté su marca presente. En estos eventos es fácil crear activos digitales que pueden ser vendidos durante la actividad. De esa manera, la persona que asiste al evento se convierte en un embajador de la marca.

Otra gran oportunidad del metaverso para las empresas es el aprendizaje. En momentos en que el mundo de los negocios sufre una importante crisis en la atracción de talento, el metaverso permite hoy entrenar a las personas a escala y de forma más efectiva en aquellas habilidades que son necesarias. Un entrenamiento tridimensional es mucho más fácil de recordar. Los estudios demuestran que retenemos un 50% de lo que escuchamos y vemos dos semanas después, mientras con la lectura nos acordamos de un 10%. En cambio, de lo que decimos y hacemos retenemos un 90%. Por eso el aprendizaje inmersivo es tan importante.

El metaverso permite hoy automatizar el entrenamiento y aumentar la escalabilidad. Así, también, da la capacidad a las organizaciones de obtener insights objetivos sobre el nivel de avance y las necesidades de sus colaboradores. El metaverso, además, es útil para el entrenamiento de las llamadas “habilidades blandas”, que en estos tiempos más bien corresponden a las “power skills”. Todo lo relacionado con diversidad e inclusión, liderazgo, gestión, entre otros.

Con esta nueva forma que ofrece la Web 3.0 para compartir los datos, las empresas deberán impulsar una experiencia sencilla e intuitiva, al mismo tiempo que garantizan la seguridad. Las organizaciones deben evaluar hoy qué significará el metaverso para sus clientes y colaboradores, cuáles serán sus nuevas formas de compromiso y cómo pueden encontrar una presencia en este nuevo espacio que represente auténticamente sus valores y propósito empresariales.

A medida que las realidades física y digital se mezclen, nuestros mundos se multiplicarán. Crearemos nuevos espacios en los que la gente aprenda, socialice y se entretenga. Veremos cómo las grandes empresas trasladan parte de sus operaciones al metaverso y cómo los empleados colaboran desde cualquier parte del mundo. Y a medida que las personas salten entre estos mundos -porque no es una cosa o la otra- proliferarán las oportunidades, impulsando el crecimiento de nuevos negocios.

Los líderes empresariales que estén dispuestos a abrazar esta gran ola de cambio digital deben formar parte de la conversación ahora. No solo para responder a las oportunidades que presenta el metaverso para sus industrias actualmente, sino que también para anticipar los nuevos modelos de negocio que creará y el nuevo valor que impulsará.