El marketplace chileno que potencia a los productores locales
Abrir la app, comprar productos locales y que lleguen a la puerta en una hora. Así logró Lomi conquistar a 15 mil usuarios, de la mano de más de 300 productores locales que ven en ellos una opción de crecimiento. Hoy se abre paso en la industria alimentaria con una idea que promete ayudar al productor nacional, ahorrando recursos y tiempo gracias al avance digital de su tienda online y la tecnología de punta de sus darkstores.
Ubicada en un strip center en Las Condes, escondida en una esquina inferior, está una de las cinco darkstores que Lomi maneja en Santiago, Viña del Mar y Machalí. En sus 120 metros cuadrados se pueden ver una variedad de despensas ordenadas de manera precisa y calculada. En frente, una encargada arma pedidos en bolsas a un ritmo particularmente veloz. Afuera, una pequeña fila de personas esperan su pedido. Llegan y se van en menos de cinco minutos.
“Nuestra tecnología hace que sea súper eficiente la recolección dentro de la tienda para nuestros trabajadores. Además, tenemos un montón de productos que la gente no conocía y se sorprende”, dice Renzo Pruzzo, cofundador del proyecto y encargado de Finanzas, mientras muestra un frasco de dulce de leche. “Este, por ejemplo, es sin gluten, sin azúcar, y lo mejor, es producto local. Se lo llevan mucho”, afirma. Es parte de lo que ha llamado la atención de los casi 15 mil usuarios que hoy usan Lomi para comprar sus alimentos.
Los números no mienten. Lomi nació en mayo de 2020, potenciado por la pandemia. Allí, desde un departamento que adaptaron con refrigeradores, estantes y freezers, lograron vender 8 mil dólares en un par de meses. Pero, ¿cómo pasó esto? Pruzzo junto al equipo de fundadores, Rolando Esparza (encargado de Operaciones), Héctor Hernández (encargado del área comercial) y Francisco Leitao (Marketing) estuvieron por años viendo cómo replicar un modelo que se estaba viendo mucho en otros países: supermercados que estaban potenciando productores y agricultores locales, haciéndolo de diferentes maneras. “En Estados Unidos el supermercado Trader Joe’s hace ese trabajo con marcas propias, nos llamaba mucho la atención”, comenta Francisco Leitao.
En Chile, aproximadamente el 70% del abastecimiento de las personas que viven en las periferias de la capital proviene del comercio local o ferias libres. Además, este modo de consumo se ha ido masificando a otras comunas más céntricas. “En el país además hay 270 mil productores locales, y el 50% de ellos son atendidos por el INDAP, o sea, están en el registro de menores ingresos. Queríamos ayudar a ambas partes a reencontrarse para potenciarlos, todo a través de los digital”, explica Leitao.
La pandemia fue el momento justo. El comercio local y los agricultores habían sufrido muchas pérdidas y los consumidores ya no podían salir de sus casas para abastecerse. Así, Lomi nació como una alternativa online. “Empezamos a idear el proyecto. Con Francisco Leitao veníamos de Pedidos Ya, así que sabíamos cómo operaban este tipo de tiendas y también el tema del despacho, que iban a ser ideales para el tiempo de pandemia”, dice Héctor Hernández.
En pocos días transformaron sus propias casas en bodegas con productos de diferentes categorías, haciendo tratos con productores de frutas, verduras, miel, snacks saludables y cosas de despensa perecibles y no perecibles. “Teníamos todas las piezas y los livings tomados pero nos daba lo mismo porque estábamos enfocados con poder cambiar la manera en que se consumen los alimentos”, afirma entusiasmado Leitao.
La darkstore y su tecnología
La idea está basada en el concepto de tienda oscura. La darkstore es un tipo de tienda pequeña y escondida donde la persona no va a comprar presencial, sino que solo están ahí para armar los pedidos. “La gracia es que como están escondidas en la ciudad, tienen una operación eficiente, con calidad y bajo costo. Así, logramos llegar en menos de 60 minutos a tu casa”, explica Rolando Esparza.
La forma de funcionamiento es sencilla. Hoy Lomi tiene un mix entre lo digital y lo presencial, ya que se puede retirar el pedido si así se desea, aunque siempre está priorizado el no moverse de la casa. “En los supermercados que tú tienes que hacer una compra muy urgente y estás justo en un pasillo que está lleno de gente, eso le quita agilidad. Nosotros queremos optimizar ese proceso lo más posible”, dice Esparza.
En este caso, el usuario entra a la página web https://lomi.cl/ o a la app que se puede descargar en PlayStore o en la App Store de iOS, compra por categoría de una forma sencilla y puede ver especificado de dónde viene cada producto, acompañado de varios logos que determinan si es orgánico, si tiene gluten, azúcar o es vegano, entre otras características. Se termina la compra con casi todo medio de pago online y con la tecnología que usan pueden armar un pedido en cuatro minutos para que llegue en máximo 60 a la casa del consumidor.
Los cuatro fundadores de Lomi hacen mucho hincapié en que la tecnología ha ayudado a que esta idea haya sido tan exitosa. Su principio digital fue el gancho que necesitaban para atraer a los clientes y a los productores, ofreciendo una plataforma que pudiese reencontrar las dos partes. “La aceleración de la tecnología en la pandemia redujo lo que iba a pasar en 10 años a solo 2. Cambió el mindset de las personas, como consumían, como compraban, y quisimos entrar en ese momento”, explica Leitao.
Aquí existen diferentes capas de tecnología en la parte digital. Renzo Pruzzo explica que estas se separan en el área de ecommerce, la aplicación móvil, la integración de la última milla, que es su convenio con Cabify y Uber, y el programa interno que los ayuda a eficientar el proceso de empaquetado. Este último se hace presente todo el tiempo cuando se logra ver cómo funciona la tienda. Su orden y su velocidad, la que hace que los pedidos estén listos en cuatro minutos incluso cuando reciben 100 pedidos por día en cada tienda, es una de las características que los destaca.
Pero lo más interesante es su parte técnica. Aquí la tecnología juega otro rol fundamental. Dentro de la tienda logra verse una máquina pegada al techo que da a una sección a parte separada por cortinas de un plástico especial. Al activarla, esta logra mantener los alimentos intactos por más tiempo. “Dentro de las tiendas tenemos la zona de perecibles, que está ordenada según un sistema que nos recomienda cómo poner los productos. Esta sala tiene un microclima mantenido con una tecnología alemana exclusiva, la que permite que los alimentos estén como si estuviesen en el campo, es su hábitat natural” explica Leitao. Esto hace que los productos se mantengan sin la necesidad de pasar por excesivas cadenas de frío, un proceso que hace que pierdan propiedades con el tiempo.
Productores primero
Actualmente Lomi trabaja con varias marcas reconocidas. Ha podido incorporar a su inventario productos de marcas como Carozzi, Marco Polo y Coca Cola. Pero lo que verdaderamente distingue a su proyecto es su compromiso con enaltecer los productos de pequeñas empresas y pymes en Chile. Así como es fácil comprar en la página web, también es sencillo poder contactarse con ellos para lograr hacer acuerdos desde el punto de vista de los productores. Ese vínculo es el que más cuidan.
“Lo troncal aquí es nuestra relación con los productores locales, porque con ellos es que queremos cambiar la manera en que las personas compran. Queremos que se puedan consumir alimentos ricos, grandes, nutritivos. Nos fijamos muchísimo en la calidad”, dice Héctor Hernández. Por eso, reinvierten el 2% de las ventas en ellos, subvencionando promociones para que ellos puedan sacar más productos. Ahí se pueden encontrar productores como Manare, de alimentos orgánicos, y Las Bandurrias que vende frutas y verduras.
Así van probando diferentes productos que podrían atraer público y que cumplan con los estándares de calidad que se han impuesto. “Es muy costoso para un productor poder entrar a un supermercado. El hecho de no tener acuerdos comerciales hace que los productores nos entreguen a nosotros mejores costos, pasando directamente a los usuarios con precios súper competitivos”, explica Héctor Hernández.
Trabajar con ellos ayuda también al medio ambiente. El 80% de los productores están a menos de 80 kilómetros de Santiago. Entonces la logística es baja, existiendo una reducción de emisiones. Además, cuentan que nada se desperdicia ya que trabajan a la par con Good Meal, una startup que crea bolsas con merma a bajo costo para que no se pierdan. “Nosotros también hacemos nuestras bolsas propias. Estamos muy comprometidos con los procesos sustentables para reducir la huella de carbono”, agrega Rolando Esparza.
Los supermercados del futuro
Lomi hizo su primer levantamiento de capital en 2020 con Broota. Fueron 260 mil dólares. De 300 usuarios llegaron a más de 15 mil, y su negocio tiene buenas proyecciones. “Estamos en etapa de crecimiento y de levantar capital otra vez. Tenemos un indicador que se conoce como el valor de vida en el cliente, ese usuario nos aporta mensualmente 200 dólares y cuesta 30 dólares encontrarlo y fidelizarlo”, explica Francisco Leitao. A través de esos números, con los que atraen a 1000 usuarios nuevos cada mes, buscan una inversión que los ayude a duplicar ese monto.
La idea es poder crecer para transformar la industria alimentaria completa. En el corto período están en conversaciones para poder entregar el servicio también a hoteles, restaurantes y casinos, entrando muy fuertemente en un área aún no explorada. Y para más adelante, quieren implementar varios proyectos más. “Nos encantaría poder fomentar a los prosumers, que son productores que además son consumidores. Donde tú tienes tu huerto urbano en tu casa y puedes vender a través de nosotros. Eso soñamos”, confiesa Renzo Pruzzo.
Junto con la intención de poder llegar a otras regiones del país e incluso a otros países como Perú, Lomi sigue buscando constantemente ayudar a productores locales y entregar un precio justo a los compradores online. “La única forma de hacer esto mejor es metiendo a los productores a la máquina. Las personas se han acostumbrado a lo inmediato, y eso tiene un costo. Creemos que la unión de ambos hará por fin un consumo mucho más consciente y que aporte a la economía local”, dice Héctor Hernández.
Es una transformación que caerá en el híbrido entre este tipo de tiendas y supermercados tradicionales, una mezcla necesaria que hoy sí ha dado frutos. “Los grupos de empresas hoy necesitan a las startups para colaborar, se están vinculando a través de fondos de inversión. Por eso estamos abiertos a colaborar con todos”, comenta el fundador encargado de operaciones.
Los cuatro fundadores de Lomi vuelven a la pequeña tienda de Las Condes. Normalmente no trabajan ahí directamente pero aprovechan la visita para hacer los pedidos ellos mismos. Renzo Pruzzo habla desde el pasillo mientras arma uno. “Aquí hay de todo verdaderamente. Hay cosas innovadoras, productos que uno sabe de dónde vienen, y no hay nada mejor que esa sensación de saber que estás consumiendo algo con sentido”.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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