El revolucionario telescopio que funcionará en Chile
En el Cerro Pachón se está construyendo el Observatorio Vera C. Rubin, donde se instalará un telescopio para rastreos que ha sido desarrollado durante más de 20 años y que incluye un espejo de 8,2 metros y la cámara más grande del mundo, con 3.200 megapixeles.
Se estima que a mediados de esta década, Chile contará con el 70% de la infraestructura astronómica a nivel mundial y será el mayor productor de datos del rubro en todo el planeta. Ese hito será consecuencia de los reconocidos observatorios que funcionan actualmente en el país, pero también de los que se están construyendo actualmente.
Hoy en día, tres de los proyectos astronómicos más ambiciosos del mundo se están desarrollando en Chile. Ellos son el Telescopio Magallanes Gigante de la Corporación GMTO en el cerro Las Campanas, el Telescopio Extremadamente Grande del Observatorio Europeo Austral y el Gran Telescopio de Exploración Sinóptica, que estará en el Observatorio Vera C. Rubin del Cerro Pachón.
Este último, abreviado LSST por sus siglas en inglés, tendrá la cámara más grande del mundo, un dispositivo digital de 3.200 megapixeles que permitirá recopilar volúmenes de información inéditos en el estudio de los cielos, capturando la totalidad del cielo visible. Cada noche se observarán cerca de 10 millones de objetos, que se reflejan en los más de 20 terabytes de contenido que se generarán. Además, esas fotografías que tome estarán en 3D, permitiendo una visión única del universo.
La idea inicial es que a partir de su inauguración, el LSST realice un sondeo óptico durante 10 años, que tendrá cuatro ejes principales: sondaje de la energía y materia oscura, realizar un inventario del Sistema Solar, explorar el cielo óptico transiente y mapeo de la Vía Láctea.
Otra particularidad histórica es que en 2020 se decidió que el observatorio que albergará el LSST llevará el nombre de Vera C. Rubin, astrónoma estadounidense fallecida en 2016. Rubin destacó por su trabajo iniciado en los 70 en el Carnegie Institution en Washington, donde investigó sobre los espacios que hay entre las galaxias, descubriendo que estaban inundados de materia oscura.
La noticia fue dada a conocer por la Sociedad Astronómica Estadounidense y marca el hito de ser el primer observatorio de aquel país que lleva el nombre de una mujer astrónoma.
Un largo camino
En abril de 2003, un grupo de prestigiosas universidades y corporaciones de investigación se unieron para desarrollar una idea que venía dando vueltas hace algunos años, el LSST.
En ese entonces, la idea ya resonaba como uno de los más ambiciosos proyectos astronómicos del mundo. “El LSST es el próximo gran salto en la cartografía de los cielos y un emocionante desafío tecnológico”, dijo en aquel tiempo, John Schaefer, quien era el presidente de la Research Corporation.
Aunque el proyecto siguió avanzando, no fue hasta 2006 que se decidió que el telescopio se instalaría en el Cerro Pachón, ubicado en el Valle del Elqui, que se impuso sobre otras posibles locaciones en Las Campanas -en la Región de Atacama-, en San Pedro Mártir -ubicado en Baja California, México- y en las Islas Canarias.
Una vez elegida su ubicación, comenzó un trabajo silencioso de desarrollo, en el que se fueron sumando diversos aliados. En 2007 Google anunció que ayudaría a organizar y procesar la inmensa cantidad de datos que generaría el telescopio, mientras que en 2008, Bill Gates realizó una donación de US$10 millones, que se sumaron a los US$20 millones que aportó Charles Simonyi, uno de los creadores de Microsoft Office.
Un desafío logístico
En 2015 comenzó por fin la construcción del observatorio, que ha implicado grandes esfuerzos logísticos para trasladar hasta la cumbre del cerro elementos de grandes dimensiones que han sido desarrollados en otros países.
La cámara de recubrimiento, por ejemplo, llego al cerro en 2018 proveniente de Deggendorf, Alemania, después de 15 semanas de traslado. Este elemento pesa 128 toneladas y sirve para recubrir los espejos del telescopio mediante una capa metálica altamente reflectante.
En marzo del 2019 fue el turno del espejo principal, de 8,4 metros de diámetro, que había sido fabricado en Tucson y trasladado en barco hasta Coquimbo. Desde ahí se demoró cuatro días en llegar al Cerro Pachón transportado en un camión de 72 ruedas.
Meses después, en condiciones similares llegó la montura del espejo proveniente desde España, que debido a su gran tamaño obligó incluso a que ciertas señaléticas de la ruta tuvieran que sacarse para que pudiera pasar. Aunque su inauguración estaba prevista originalmente para este año, la suspensión de las obra que obligó la pandemia parece indicar que la nueva fecha de entrada en funcionamiento será en 2024.
Software y nuevas herramientas
El volumen de información que captara el LTTS también ha abierto la imaginación para la creación de otros proyectos. Por lo mismo, se creó la LINCC, singlas en inglés de Red Interdisciplinaria para la Colaboración y Computación, con colaboración de la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Washington. Su misión es crear técnicas de análisis digitales que estén al nivel de la cantidad de información que capturará diariamente el telescopio.
En esta línea, LINCC creó un software que estará disponible gratuitamente para toda la comunidad astronómica y que tiene como misión incrementar el rendimiento científico usando los datos levantados por el telescopio. Además, se está trabajando junto a la misma comunidad de especialistas para que sean ellos los que aconsejen sobre el diseño y usabilidad de las nuevas herramientas que se generen.
Una de las metas que se han puesto en este sentido es la investigación del espacio-tiempo como legado para la posteridad. Una de las técnicas que usará el telescopio para esto será crear un time-lapse que resuma varias jornadas de observación y que muestre rápidamente los cambios que se producen en el cielo, lo que permitirá incluso predecir algunos movimientos o fenómenos.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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