El valor de comprender la economía circular

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Daniel Vercelli, socio y Managing Partner de la consultora Manuia, escribe aquí sobre la natural que es abrazar la economía circular y cómo ese es un camino que hay que tomar con más fuerza en la industria local.


Vivimos en un planeta circular, donde la materia y la energía no se pierden, sino que se transforman. Nuestro entorno natural es completamente circular: los átomos de carbón que se liberan de la tierra terminan en nuestro aire, no en otro lugar. Como seres vivos somos eminentemente circulares: nacemos, nos alimentamos, nuestra actividad biológica alimenta a otros seres encadenados a esa actividad, y así hasta el día en que cada ser vivo muere y alimenta a otro conjunto de seres vivos.

La circularidad es tan intrínseca a nuestra naturaleza, que hoy cuesta entender que nuestras cadenas de valor en las empresas, o nuestra forma de consumir como ciudadanos, no lo sean. Es antinatural.

La economía circular es un concepto que ha cobrado fuerza en los últimos años y apunta precisamente a promover el uso responsable y cíclico de los productos. A nivel gubernamental y privado, se le reconoce su valor en minimizar el impacto negativo del cambio climático, estimular la economía e instalar la sustentabilidad como un objetivo clave en las operaciones.

Sin embargo, hasta ahora en Chile no contamos con un mecanismo centralizado que nos permita medir el nivel de economía circular que se implementa ni que sea compartido por todas las partes involucradas. Y si no medimos correctamente ¿Cómo podemos mejorar?

Los resultados de la Encuesta sobre la economía circular en ciudades y regiones, realizada por la OCDE en 2020, sugieren que la falta de conciencia sobre su importancia es un obstáculo relevante para la implementación de iniciativas de economía circular en el 63% de los encuestados. Medir sus avances e impactos puede ser una buena manera de llamar la atención sobre ella y volcarse hacia modelos de producción y consumo más sostenibles.

¿Cómo aplicar un criterio unificado de medición para distintos tamaños y tipos de industria? Es importante reconocer esas diferencias y a partir de ahí, trabajar los puntos en común. El Inventario de Indicadores de Economía Circular de la OCDE recopiló entre 2018 y 2020 más de 400 indicadores relacionados con la economía circular, resumiéndolos en cinco categorías principales: Medio ambiente (39%), Gobernanza (34%), Economía y negocios (14%), Infraestructura y tecnología (8%) y Empleo (5%).

Este enfoque es positivo, porque si bien la palabra métricas suele relacionarse con números, reportes y estadísticas, el objetivo final es lograr un consenso entre productividad y eficiencia por un lado, y los impactos sociales y ambientales por el otro. Tener siempre en mente la variable económica, social y ambiental, y poder gestionar las empresas y negocios en base a esas variables.

Las empresas tienen un rol fundamental en esta tarea. Gracias al conocimiento y divulgación de las políticas de economía circular que se están implementando en el sector privado, junto con datos de emisiones, consumo y desempeño ambiental, habrá más material disponible para desarrollar un marco de medición y el diseño de estrategias de economía circular que sirvan para generar nuevas políticas a nivel país y pasen a formar parte inamovible del core de cada negocio.

Tenemos mucho trabajo por delante. Así como el concepto de cadena de valor describió muy bien una parte de la forma de producir, el hecho de que la hayamos visto como cadena en lugar de “círculo de valor” probablemente nubló la visibilidad que teníamos de sus impactos, o la responsabilidad que existía en los bordes de la misma.

Si hubiésemos visto desde el inicio esas cadenas de valor como círculos de valor, y si como ciudadanos hubiésemos considerado también la vida de los bienes que compramos más allá desde antes del momento en que entran a nuestra casa y hasta después de que terminan en una bolsa de basura, hablar de economía circular no sería una innovación de los últimos años, sino la única forma posible de entender y medir la actividad económica.

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