Elon Musk decide comprar Twitter y anuncia nueva app
El empresario dio pie atrás, para evitar un juicio, volvió al plan inicial para adquirir la plataforma por 44 mil millones de dólares. A través de su cuenta en la misma red social dijo que el proceso aceleraría la creación de "X, la aplicación de todo" y que es uno de sus próximos proyectos entre manos.
Mucho se dijo cuando el pasado 8 de julio Elon Musk, el multimillonario estadounidense dueño de Tesla y un sinnúmero de otras empresas, anunció la retractación de la compra de la red social Twitter. La plataforma anunció una demanda en contra del magnate, acción que se ha convertido en uno de los grandes temas de los últimos meses. La falta de transparencia en la facilitación de algunos de los datos solicitados por el empresario -como la cantidad de usuarios falsos, por ejemplo- gatilló el pie atrás, dijo Musk. Sin embargo, esta decisión se ha revertido en las últimas horas, a pocos días de iniciar también el proceso judicial en su contra.
Bloomberg reveló ayer que Musk retomó la intención de compra de la plataforma original, por unos US$54.20 por acción de la red social -unos US$44 mil millones-. Según informó la publicación, el equipo de abogados del empresario se adelantó a lo que podría haber sucedido en unos pocos días más, y supuso que “el juez no fallaría a favor” de las intenciones de su cliente.
En su momento, lo anunciado por el presidente de SpaceX suponía la adquisición de la red social en un acuerdo establecido e inamovible. Por eso mismo fue que Bret Taylor, presidente de la plataforma del pájaro azul, confirmó -cuando Musk decidió retractarse de la compra- que el directorio de la plataforma estaba “comprometido a cerrar la transacción” y, por lo mismo, encabezaría acciones legales en su contra.
En julio pasado, cuando estalló la situación, las acciones de Twitter cayeron progresivamente. Eso fue un día viernes y para el lunes siguiente, cuando abrió la bolsa de Wall Street, ya habían descendido en un 5%; luego se desinflaron en un 7% y después en un 11%. Ahora que Musk confirmó su intención de volver a comprar, las mismas subieron en un 23%. Sin duda alguna, insinúan medios especializados internacionales, existen también quienes aprovecharon esta recaída para “apostar” que sí concretaría la venta de la red social, comprando acciones y esperando a que estas repuntaran en algún momento.
Pero el tira y afloja no solo afectó a Twitter, especialmente luego de que el empresario acusara que la cantidad de cuentas falsas era mayor a la que declaró la empresa. Tesla, la firma de autos eléctricos de Musk y que compone gran parte de su riqueza, también bajó el valor de sus acciones. Con diversos factores alrededor que influyeron -como la crisis de la cadena de suministros y los problemas en la producción, entre otros-, el conflicto con la red social también incidió en ello.
“En el caso de sociedades que no tengan oferta pública de sus acciones, las adquisiciones por el control social se rigen por los contratos o tratativas preliminares que hubieren suscrito las partes -vendedora y compradora- de las acciones o participación, según sea el caso”, dice Rodrigo Cabrera, socio de CBC & CIA Abogados, sobre si esto sucediera en Chile. En el caso de las sociedades que tengan oferta pública de sus acciones, apunta, todo el procedimiento de compra está regulado por la Oferta Pública de Acciones y su regulación legal.
“En general, el solo comunicar públicamente la intención de comprar una posición mayoritaria de alguna empresa no genera obligación alguna, pero en caso de ser falso, la persona que lo comunica podría eventualmente incurrir en una infracción a la Ley de Mercado de Valores”, especifica. La situación de Elon Musk, señala, es distinta, porque su retracto inicial se debe, según él, a que “no se cumplían las condiciones establecidas en su oferta” y no por una mera liberalidad, con independencia de si tenía razón o no.
Los abogados del empresario, que comunicaron la intención de Musk en una carta, dijeron que ahora su cliente tenía la intención de continuar con el proceso, para así dar alto a los convulsos meses para la plataforma. Eso sí, de acuerdo con The Washington Post, la última semana para el magnate habría sido de recibir cientos de mensajes y de sugerencias de distintos nombres para contratar en la plataforma una vez que la adquiriera.
Por su parte, al interior de Twitter existe incertidumbre, según dijo Brandon Borrman, otrora jefe de comunicaciones de la firma. Declaró que existe “una diferencia entre lo que quiere la junta (de accionistas) y lo que los empleados piensan que es mejor”.
Muchos ponen a Musk “en capilla”. El empresario ha vapuleado constantemente el trabajo de la red social y ha declarado que, entre sus voluntades, está la de retroceder en un gran número de “avances” para la plataforma. Volver a bajar las barreras que limitan al acoso digital, restituir la cuenta del expresidente Donald Trump y que incluso haya lanzando su propia red social son algunas de las aprensiones, que se sumarían a las medidas para recobrar “la libertad de expresión”.
La compra de la plataforma sucedería solo con la condición de dar de baja la demanda en contra de Musk. Twitter ya acusó recibo de la carta y afirmó que quiere cerrar el trato con el empresario, pero aún no hay una respuesta definitiva que aclare la postura de la red social con respecto a esto. El proceso iniciaría el 17 de octubre.
El misterio detrás de la X
Lo de Elon Musk es casi una obsesión. Tras conocerse nuevamente sus intenciones de la compra de Twitter, el empresario estadounidense publicó en su propia cuenta de la red social un mensaje. “Comprar Twitter es un acelerador para crear X, la aplicación de todo”, comunicó.
X.com es un banco online que fue cofundado por el empresario en 1999. Luego se fusionó con Confinity y pasó a ser PayPal. Pero la X es algo que lo ha perseguido toda la vida. En su compañía de automóviles Tesla tiene el Modelo X, pero también su empresa de naves SpaceX va apodada con la cruz al final. Quizá el ejemplo más polémico es el nombramiento de su hijo, al que llamaron junto a la cantante Grimes como X Æ A-12. Ahora, en el caso de ingresar al sitio web del nuevo proyecto del empresario, lo primero que se ve es un gran fondo blanco. En la esquina superior izquierda, pequeña y casi desapercibida, hay una “x”. Nada más.
Lo que sí dicen algunos es que el “nuevo emprendimiento” de Musk se acercaría a la plataforma china WeChat y es un símil a WhatsApp, con un sistema de mensajería, y videollamadas. De hecho, la información proviene de trascendidos que el mismo empresario confesó a trabajadores de Twitter en todo este proceso de compra. En su momento él les habló de una “superaplicación”, que además sumaría algunas compras en línea o delivery de comida. La gran ventaja, en ese sentido, sería poder fusionar Twitter a eso y ampliar las posibilidades de la app. El modelo, popular en Asia, no se ha masificado en Occidente y es una gran chance para Musk.
Entre las medidas que rescatan algunos medios internacionales, como The New York Times y The Verge, se contempla que los usuarios paguen por utilizar el servicio de mensaje o por realizar comentarios; también se eliminarían los bots. Todas esas modificaciones ayudarían a acercarse al modelo de WeChat al que aspira.
Uno de sus cerca de 108 millones de seguidores le comentó a Musk que habría sido mejor “comenzar con X desde cero”. Él le respondió que “Twitter probablemente” acelerará ese proceso de “3 a 5 años, pero podría estar equivocado”. Otra de sus seguidoras le dijo que “los monopolios son malos”.
Es quizá al juicio de los usuarios de las redes sociales el próximo round al que Elon Musk se podría enfrentar. Lo vivió Mark Zuckerberg, CEO de Meta en su momento. En la gran crisis mediática que atraversaron desde fines de 2021, al fundador de Facebook se le acusó de monopolio, al poseer también WhatsApp, Instagram y Oculus. Pero no fue la única ocasión, porque también se le tildó como tal en 2020, cuando el mismo gobierno federal de EE.UU. lo demandó por monopolio ilegal.
Según afirman algunos seguidores del caso “Musk-Twitter”, el empresario busca evitar esta polémica, aunque es difícil: además de SpaceX y Tesla, suma Neuralink, Starlink y The Boring Company, entre otras firmas.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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