La historia tras la empresa de Concepción que hace batidos de frutas

smoothies

Se instalaron en la capital del Bío-Bío cuando nadie hablaba de smoothies y lograron consolidarse pese a la competencia de grandes cadenas. Hoy, el negocio regional se expande hasta Santiago, entregando trabajo a universitarios y alcanzando ventas cercanas a los 600 millones de pesos anuales.


Hans Lozano (39) nació en Santiago y se crió en la capital hasta los 12 años. Estudió Ingeniería Civil Industrial, profesión que le permitió trabajar en obras de distintos puntos de Chile, entre Antofagasta hasta Punta Arenas. Pero para él, no hay lugar como Concepción: “Es una ciudad súper armónica para vivir y crecer, porque no es solo hormigón, tiene muchas cosas relacionadas con la naturaleza que la hacen súper agradable. En un par de minutos te puedes desconectar, si quieres”.

Fue en el corazón de la región del Bío-Bío donde Lozano, junto a dos compañeros de carrera de la universidad, instaló una reconocida marca entre los habitantes de la ciudad, por la elaboración de batidos con fruta fresca y diversos tipos de café, todo ello bajo un nombre que en francés significa lugar de encuentro, pero escrito a la chilena: “Rendibú”.

El emprendimiento nació en 2008 por Rodrigo Bonilla -su actual socio-, quien tuvo la idea del negocio dedicado a los smoothies inspirado durante su paso por Canadá tras un intercambio durante la universidad, país donde “era súper usual no consumir helados, por el tema de las calorías, pero sí se veían los batidos de fruta. Él nos comentó la idea y a nosotros nos llamó la atención, pero varios años después de egresar instaló el local”.

Rendibu

Bonilla instaló Rendibú en una popular galería en el centro de Concepción, al lado de dos clásicas heladerías, lo que provocó que los primeros 24 meses fueran “un desastre” para la marca, según Lozano, dado que el producto era “desconocido en Chile y mucho más en regiones”.

Para 2010, el ingeniero se reencontró con su viejo amigo, siendo este último quien le pidió ayuda para levantar el emprendimiento. “Entré para dar una asesoría en un negocio innovador pero desconocido para la gente. Yo había trabajado en proyectos de Innova Corfo y conocía cómo funcionaba el sistema del emprendimiento, me junté con él y fue medio chistoso, porque fui lapidario: ‘Ciérralo, este negocio es un desastre’”, recuerda.

“Venía de vuelta a Concepción, después de mucho tiempo de andar viajando, y llegué a la conclusión de armar una sociedad para hacerme cargo del negocio para tratar de crear una estrategia que reflotara este negocio”, señala. El desafío fue emprender.

La radiografía inicial de Rendibú era el desconocimiento general de los smoothies entre los penquistas: “Íbamos contra el mercado, porque el público prefería consumir un helado antes que un batido saludable. Preferían las cremas, las papas fritas, el completo y el helado artesanal. Estaba todo en contra y los números no andaban bien porque se había perdido mucha plata en dos años”.

Para dar vuelta el marcador, Lozano y compañía comenzaron a “evangelizar” al cliente haciendo degustaciones todos los días: “Nos parábamos afuera del local, para mostrarle las bondades de los batidos y su frescura. El smoothie está concebido para que la gente consuma agua y fruta. Así nos fuimos instalando en las mentes de la gente”.

Ante la constante insistencia en terreno, el negocio empezó a moverse. Un punto vital para encumbrar el emprendimiento fue, según Lozano, la identidad del producto estrella: “Todo batido cuenta con fruta fresca. Otras marcas consolidadas venden smoothies con concentrado de pulpa, pero nosotros apostamos por fruta congelada al momento de caer del arbusto, manteniendo su frescura lo más cercano al salir”. Fueron tres años en que lograron ganarse la atención de la ciudad. Un segundo local en un punto particular de “Conce” llevó a Rendibú a convertirse en un lugar reconocido.

Rendibu

Desde Concepción a otras regiones

En 2013, la sociedad de amigos abrió el segundo Rendibú. En esta ocasión, el lugar escogido fue en Diagonal Pedro Aguirre Cerda, sector emblemático para los penquistas, porque conecta dos puntos importantes en el escenario habitual: la Universidad de Concepción y el Palacio de los Tribunales de Justicia. Con un alto tránsito de peatones, Lozano descubrió cuál era el público al que debía apuntar: “Empezamos a recibir más universitarios, porque los adultos eran reticentes a probar los smoothies, mientras los más jóvenes les gustaba algo más nuevo y distinto. La cosa iba mejor”.

Para 2015, el local de la galería salió de ahí para instalarse al frente de la Plaza de Armas, consolidando el proyecto en la región. Junto con la incorporación de un tercer socio al emprendimiento, Rendibú expandió su línea de smoothies, apuntando a batidos para deportistas y una línea dedicada exclusivamente a café. “Nos empezamos a hacer muy conocidos porque partimos con el café con charlas gratuitas para la ciudad, para diferenciar los diferentes tipos de café, fuimos los primeros en hacer eso en Concepción”. Incluso, la llegada de Starbucks, la cadena de cafés estadounidense en 2016 a la región, no les afectó en el negocio. “Tras la llegada de Starbucks, comenzamos a vender más que antes”, asegura.

Tras transformarse en un éxito, Rendibú decidió salir de la capital de la octava región para instalar locales en Chillán y Talcahuano. Actualmente, son seis tiendas de batidos entre Santiago y el Bío-Bío, alcanzando en 2018 ventas cercanas a los 600 millones de pesos. Para lograr esos números, “la dedicación” de los 77 trabajadores fue “vital” para Lozano. “Son estudiantes universitarios que buscan un trabajo que sea complementario al estudio. Lo único que les pedimos es que cumplan con formación previa al ingreso que es bien rigurosa en cuanto a responsabilidad, ya que necesitan conocer las mediciones; cada chico se transforma en un profesional conociendo los 25 productos que ofrecemos”.

Responsabilidad, trabajo en equipo, cordialidad con el cliente son algunos de los conceptos que el emprendedor afirma que han llevado a Rendibú a transformarse junto a la Fuente Alemana o al Manhattan en unos de los puntos importantes de la identidad de Concepción.

Rendibu

Decisiones ante la crisis

Al igual que otras empresas, Rendibú se vio afectada durante las primeras semanas de las movilizaciones sociales. Los dos locales de Concepción están instalados en los puntos donde se centralizaron las marchas, provocando el cierre de local por más de 10 días. Incluso, sufrieron el saqueo de la tienda ubicada en Diagonal Pedro Aguirre Cerda, dejando “inoperante” la zona. “Yo era de esos empresarios que en un principio pensaba quedarse en la casa hasta que pasara todo. Llamar a los trabajadores era súper complejo por los riesgos que había, siempre hemos sido responsables con tal de no exponerlos”, describe Hans Lozano.

Pese al panorama, “en el momento en que tuvimos que poner los puntos sobre las íes”, Lozano y su equipo volvió a trabajar a finales de ese mes frente a un centro con la mayoría de sus locales comerciales cerrados, ello con tal de “no tener un colapso económico”.

“Tenemos seis locales, pero seguimos siendo una pyme, siempre necesitas estar trabajando, los 10 días que estuvimos paralizados nos afectó directamente. Llamamos a los trabajadores para abrir siempre ofreciendo horarios flexibles”. No obstante los problemas financieros, el sueldo de octubre se pagó íntegro con dos días desfasados, gracias a un seguro cobrado en el banco. “Fue todo un logro, porque conversábamos con empresas del rubro en la Cámara de Comercio que no tenían cómo pagar los sueldos o que comenzaron con los despidos. Le hicimos ver a nuestro equipo de trabajo que reabrir era para cumplir con los compromisos”, afirma.

Ante las demandas ciudadanas, Lozano compara lo sucedido con la primera crisis de Rendibú tras el terremoto de 2010, pero “este es un tema social que a todos nos incumbe, a nosotros como empresa también con conceptos como la igualdad salarial. Tenemos chicos que sus papás se han quedado sin trabajo, a ellos lo hemos tenido que reubicar y darles más horas, las movilizaciones les tocó económicamente su hogar”.

Con una nueva década ad portas de comenzar, Rendibú proyecta sus nuevos pasos ya superada la contingencia. El proyecto penquista busca seguir expandiendo el mercado luego que un reconocido centro comercial les propusiera abrir dos nuevos puestos en Santiago. “Nuestra idea es seguir expandiendo porque, como nosotros decimos, llegó la hora del smoothie. Es un boom que se está dando y que esperamos mucho tiempo, porque tenía que madurar la idea”.

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