Dos innovaciones médicas que surgieron en plena pandemia
Mientras Clínica Las Condes elaboró con IA y radiografías un sistema para detectar con imágenes a potenciales enfermos por Covid, una diseñadora de ambientes creó Safe Delantal Box, que permite a los dentistas trabajar de modo seguro con sus pacientes.
El coronavirus se transformó en un reto para las diversas disciplinas que buscan continuar con sus labores, frente a la amenaza del virus que sigue presente. La salud no ha sido la excepción. Mientras diversos profesionales trabajan en urgencias, otros se dedican a encontrar soluciones para evitar nuevos contagios, convirtiéndose en innovaciones médicas eficaces. Es el caso del Centro de Innovación de la Clínica Las Condes, que presentó en julio pasado una herramienta con Inteligencia Artificial (IA), que está a disposición de manera gratuita para la comunidad médica de Chile y que contribuye a la detección de casos positivos de pacientes con Covid-19, mediante el análisis de radiografías de tórax. Su desarrollo fue posible gracias a la información provenientes de los pacientes de la clínica, en un proyecto de investigación que contó con el apoyo de servicios de computación en la nube de Amazon Web Services (AWS). El Centro de Innovación ya trabajaba con Inteligencia Artificial en imágenes, principalmente en huesos y columnas. La asociación con AWB les permitió avanzar en la creación de modelos de aprendizaje automático. En palabras simples, el centro tiene un software al que se le implementó para diferenciar radiografías de pulmones contagiados con Covid. El sistema fue alimentado con información de pacientes seleccionados, que contaban con PCR positivo, que en su minuto estuvieron hospitalizados y tenían radiografías pulmonares, permitiendo una investigación temprana, que fue aceptada por las autoridades clínicas. El mecanismo fue diseñado para ayudar en la decisión de cursos de acción del equipo médico a cargo de los tratamientos y tiene un acotado tiempo de respuesta de 20 segundos y 93% de efectividad.
“Es una herramienta que en cualquier parte de Chile o Latinoamérica pueden subir una fotografía de radiografía de tórax”, cuenta el radiólogo y jefe del Centro de Innovación de Clínica Las Condes, Marcelo Gálvez, quien explica que las imágenes se suben a un servidor de Amazon, donde la IA entrenada para identificar rasgos de un diagnóstico informa si presenta rasgos, analizando un dataset de cerca de 1.000 imágenes de tórax. En paralelo, se trabajó con AWS Amplify, plataforma de desarrollo para la creación de aplicaciones móviles y web seguras y escalables, que facilita la autenticación de los usuarios, el almacenamiento de datos y metadatos para la protección de información de los enfermos. Si bien el examen PCR es considerado como la única prueba diagnóstica que confirma si una persona se contagió del virus, el sistema desarrollado por los investigadores contribuye como apoyo, ya que permite la detección de la enfermedad Covid-19 con un grado de efectividad antes mencionado. El jefe del centro plantea, como ejemplo, el caso de una persona que llegue a un centro asistencial con tos, fiebre y dificultad respiratoria. Si un médico pidiera un test PCR, la confirmación de este llegaría entre 2 a 5 días. En su caso, la radiografía de tórax es instantánea, lo que permitiría ingresar la imagen al software, obtener un diagnóstico y decidir qué hacer con el paciente. Carlos Montoya, uno de los ingenieros a cargo del proyecto, explica que fueron 11 las personas detrás del proyecto, y que según la experiencia temprana, ha tenido buen feedback en clínicas de regiones, con cerca de 600 solicitudes de consulta de radiografía de tórax hasta la fecha. El trabajo del Centro de Innovación de la Clínica se suma a otros 37 proyectos de investigación relacionados al coronavirus, y que se complementan al trabajo realizado en busca de nuevas soluciones ante la contingencia.
Cápsula anti Covid
Los dentistas también son profesionales de la salud que se han visto perjudicados con la crisis, al intentar atender bajo una nueva normalidad. Instituciones como el Colegio de Dentistas de Chile respaldaron en un inicio que estos realizaran sólo atenciones de urgencia las primeras semanas de la emergencia, lo que derivó en una importante baja en las consultas. Seis meses después, y con el plan Paso a Paso funcionando, existen condiciones para que los pacientes se puedan atender, ya que el profesional odontológico está formado en el uso de los elementos de protección personal, sumando en el último tiempo otros elementos. Uno de los sistemas que ha permitido devolver las sonrisas en las consultas es
, una caja de aerosol que actúa como barrera para evitar la contaminación cruzada entre pacientes y dentistas, y así disminuir las probabilidades de contagio de Covid-19. Erika Cassanello, su creadora, llevaba 20 años dedicada al diseño de ambientes y, tras verse perjudicada con la disminución de trabajo, se inspiró tras encontrar una razón que apela al bien común: “Mi real interés nunca fue negocio, simplemente nació de la necesidad de que mi marido y sus amigos vuelvan a trabajar”. La creación de la cápsula partió en marzo, luego de ver la cancelación de una serie de consultas por parte de su pareja. Cassanello produjo en dos meses hasta cuatro prototipos, todos ellos inspirados en la caja que ocupan los anestesistas para intubar a los pacientes con Covid-19.
El desafío de adaptar una protección en un sillón dental, que puede reclinarse en 180°, la llevó a probar con diversos profesionales amigos de su esposo, viendo si el dentista contaba con la visibilidad adecuada y la ergonomía necesaria que le permitiera ocupar las herramientas del momento. La Safe Dental Box es una cápsula creada con acrílico en su totalidad, cuyo diseño privilegia la transparencia, peso y facilidad de higiene y limpieza. Al ser una pieza lisa no porosa, genera una cúpula protectora que evita la expulsión de partículas de saliva. La caja, en conjunto a un adecuado sistema de aspiración, evita la diseminación del aerosol -pequeñas gotitas de agua y saliva-, creando un campo acotado de trabajo. Las dimensiones de la caja privilegian el adecuado trabajo del especialista, evitando el empañamiento, condensación y estrechez para la manipulación del instrumental. “Tanto al dentista como al paciente brinda mayor seguridad, porque promueve un ambiente general con menos partículas circulantes”, asegura. La herramienta, que está en el proceso final del registro intelectual, viene a instalarse dentro del cambio de paradigma para quienes se dedican a la odontología. "Mucho cliente me dice que no pueden trabajar sin la caja, que la necesitan", cuenta Erika Cassanello. Así lo comprueba Jose Luis Zanetta, director clínico de Clínica Dental Orrego Luco, en Providencia. La pandemia en su trabajo ha demandado incorporar diferentes elementos y protocolos para enfrentar el riesgo de contagio, de contaminación cruzada y el fenómeno de los aerosoles generados. En ese marco, la Safe Dental Box le ha sido de gran ayuda, transformándose en un complemento a otras medidas asociadas. “Es una barrera física muy efectiva y que cuenta con un diseño ergonómico que facilita nuestra labor, muy demandante en detalles y precisión”, dice Zanetta, quien trabaja con otros seis dentistas en su centro, y que en las últimas semanas ha visto una dinámica de cooperación y responsabilidad mutua entre los profesionales y usuarios, atendiendo solo urgencias o prestaciones impostergables. Al igual que dicha clínica, otras consultas han solicitado la cápsula, siendo adquirida por profesionales de Arica, La Serena, Rancagua, Osorno, Puerto Montt y Santiago, además de una reciente compra por parte del sistema público.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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