K-pop, rrss y acción masiva: cómo los fans se organizan en internet
Con la ayuda de Twitter y otras plataformas, los fanáticos del pop coreano se han transformado en una de las comunidades más grandes en Chile quedándose en el puesto 15, a nivel global, con la mayor cantidad de tweets en 2021 sobre el tema, movilizando acciones sociales, voluntariados e incluso campañas políticas. Un poder que crece y representa la acción colectiva de las nuevas generaciones unidas gracias a internet.
Los ejemplos son múltiples. A principios de 2020, cuando comenzaban las protestas contra la violencia policial y el racismo en Estados Unidos, los fans del grupo coreano BTS junto a otros del K-pop en Twitter, usaron la plataforma para unirse en contra de la aplicación de denuncia policial IWatch Dallas. El spam, por parte de los fanáticos, fue tan masivo que la aplicación tuvo que ser dada de baja. Toda la organización fue a través de las redes sociales.
Así mismo pasó con el Rally de Donald Trump en Oklahoma, aproximadamente en la misma fecha. En esa ocasión, los fans se pusieron de acuerdo a través de Twitter y TikTok para viralizar un plan que boicotearía la campaña del entonces candidato a la presidencia. Ellos se adjudicaron la solicitud de casi un millón de asistencias al evento, quienes confirmaron su participación para llenar el aforo y luego no se presentaron. El 67% de las entradas (unos 6.200 tickets) fueron de un fanático del K-pop, en su afán colectivo de arruinar el evento por una causa que creían justa.
Este tipo de acciones masivas, que se han dado en todo el mundo a través de la red, no es algo nuevo, sobre todo en el ámbito del K-pop. En este caso, existen dos cosas que se conjugan: el poder de la comunidad y el poder de las redes sociales. María Paula Izquierdo, Marketing Manager de Clever It y experta en redes sociales, explica que Twitter es la plataforma número uno para generar acción social.
“Es una red que se presta para las acciones colectivas. La comunidad de K-pop es una de las más grandes que hay en Twitter y una de las más activas, es el tema sobre el que más se twittea”, comenta la experta. Datos: en 2021, el K-pop y el entretenimiento coreano fueron los temas que más comentarios hubo en Twitter, con un nuevo récord de 7.8 mil millones de Tweets en todo el mundo. Bajo el hashtag #KpopTwitter, los usuarios de la plataforma aprovecharon los trending topics para, en primer lugar, viralizar los logros de sus artistas favoritos y darles visibilidad (como la organización masiva para que el video “Butter”, del exitoso grupo BTS, superara con creces los 100 millones de visitas en las primeras 24 horas), pero también para animar a diferentes acciones sociales, como campañas, voluntariados y donaciones masivas.
“El usuario de Twitter tiene un feed donde hay personas que piensan como él, porque el algoritmo se presta para que los usuarios encuentren pares que piensan parecido, con las mismas opiniones, así se forman burbujas que crean una sensación de consenso colectivo”, afirma la experta en redes sociales María Paula Izquierdo.
Unidos por una buena causa
Constanza Jorquera, académica del Centro de Estudios Coreanos de la Universidad de Santiago, explica que las características propias del K-pop van de la mano con la repercusión que producen en redes sociales. “Tienen mucho que ver con el colectivismo, lo transnacional, la sensación de comunidad y generar pertenencia”, comenta. Un fenómeno que justamente nace en la misma época que las redes sociales y el avance tecnológico. “Si nos vamos atrás en las olas coreanas primero son las redes sociales, el uso de smartphones y diferentes plataformas. El movimiento coincide con el nacimiento de YouTube y Facebook”, por eso funcionan a la par.
Para Gracia Ortiz, diseñadora, bloguera y fanática del K-pop, integrante de diferentes movilizaciones que se han dado en Twitter, un factor importante junto al tema de la comunidad y colectividad, es la generación de un fandom fuerte a través de las emociones, donde hay un sentido de comunidad dentro del mismo, “Hay un sentimiento de hermandad y apoyo muy fuerte. Los grupos de K-pop promueven eso. No todo gira en torno al artista, sino que gira en torno a sus seguidores y sus valores. Ahí es donde conecta con la causa social”, explica.
Dentro de esa arista, un buen ejemplo es One in an Army . Es uno de los tantos sitios con cuenta de Twitter dirigida por voluntarios que organiza proyectos a beneficio todos los meses, siempre en honor a la banda BTS, pero que va más allá del fanatismo. Con el poder de su alcance, han logrado crear más de 40 instancias benéficas. Entre ellas, una campaña para ayudar a una organización coreana que ofrece asesoramiento, alimento, refugio y asistencia médica a madres solteras para ayudarlas a criar a sus hijos.
A través de Twitter, los fans lograron recaudar 40 mil dólares en solo cinco días para abrir un nuevo refugio de la organización, coronando el año 2021 con más de 88 iniciativas sociales realizadas en todo el mundo.
Es una representación de lo que promueven en general las bandas. Si bien estas no llaman a la acción directa todas las veces, muchos de los artistas sí están involucrados en causas sociales que su target imita en redes sociales. En 2020 BTS donó desde su compañía 1 millón de dólares para el movimiento Black Lives Matter, algo que fue replicado por los clubs de fans alrededor del mundo y también en Corea del Sur, donde los seguidores organizados en internet lograron recaudar otro millón de dólares en un día.
El fenómeno en Chile
No es desconocido que Chile es el país de América Latina con uno de los fandoms más grande de K-pop, y también uno de los que más tuitea al respecto, adjudicándose el puesto número 15 a nivel global. Constanza Jorquera explica que hay que tomar en cuenta varios datos para explicar este fenómeno, el que se caracteriza por un crecimiento exponencial estudiado de los grupos de fanáticos en el país en comparación con toda la región. “Chile tiene uno de los accesos a internet más amplios de la región. Además, es un país con trayectoria en el conocimiento del pop coreano y los otros artefactos de la cultura popular coreana. Un período bastante extenso de al menos de 13 años o incluso más”, afirma. Es por esto que Chile se encuentra en una etapa de consolidación en este ámbito.
Una etapa de consolidación que está siendo potenciada a medida que otros factores circunstanciales como la pandemia, y otros condicionantes como el panorama político y el estallido social, permiten que las personas se vayan involucrando más al respecto en el ámbito del activismo político.
Para las elecciones presidenciales pasadas en Chile, la cuenta “Kpopers por Boric” inició una campaña que reunió más de 3 mil seguidores y cientos de miles de interacciones, las que terminaron finalmente con acciones en terreno como regalos al presidente electo (quien compartió el encuentro en redes sociales dándole aún más alcance) y dando cabida a un movimiento político en una nueva generación más joven que antes no había estado involucrada.
En el caso de Chile, ya existían estos grupos de fans organizados, quienes tenían una narrativa común y una concientización política que venía del estallido social en 2019. “Esto se fue acrecentando con el proceso constitucional y las elecciones”, comenta Constanza Jorquera. Realidad que provocó un movimiento en redes sociales sin precedentes, con una participación amplia en el proceso de elección a través de memes de K-pop que explicaban programas presidenciales, cuadros informativos y llamados a votar.
Mauro Basaure, sociólogo y director del doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual de UNAB, enfatiza en este cambio generacional. “Es un fenómeno de alta versatilidad. El K-pop se ha transformado en un mediador entre las cosas políticas y los jóvenes, donde antes se decía que los jóvenes ‘no estaban ni ahí’, y era una relación rota. Esto se maneja con una identidad juvenil, capaz de generar conversación y dirigir temas de forma masiva por su accesibilidad en internet”, comenta.
En esto ayudan diferentes factores. El fenómeno, según el experto, se constituye a partir de la configuración de una identidad flexible, cuya característica, en términos valóricos, es muy progresista y liberal. Se le suma la capacidad inédita de movilizar ideales de forma rápida ya que los jóvenes (aunque es un fenómeno transgeneracional), conocen muy bien el manejo de las redes y herramientas de comunicación para lograr viralizar contenidos. “Llegó al punto en que, en pleno estallido social, el gobierno culpó a los Kpopers por lo que estaba pasando. Aunque no fuese cierto eso les dio más poder y más visibilidad”, comenta el sociólogo.
Identidad y masividad
Sentirse entendido y parte de una comunidad que se preocupa por las personas, sus sentimientos y pensamientos es uno de los tantos motivos por los cuáles, para 2017, Chile ya lideraba la lista de los fandoms más grandes de K-pop en la región, sobre todo de la banda surcoreana BTS. Hoy, con muchos más grupos igual de famosos, el fanatismo creció exponencialmente. 2021 fue un año clave para artistas jóvenes como ENHYPEN, Stray Kids, Aespa, ITZY, entre otros, los que más destacaron con su presencia en la red social y que fueron apoyados a través de hashtags y demostraciones de admiración de sus seguidores, quienes los sienten parte de su vida.
El fenómeno se da en el contexto de la nueva ola coreana de K-pop, la llamada cuarta ola, que tiene que ver con la ubicuidad y el “K-Lifestyle”. En esta etapa, la cultura coreana se vuelve parte de la identidad, “con todas sus manifestaciones y artefactos, los que cruzan tu vida y tus proyectos a nivel comunitario. En ese sentido, la pasión y el amor por el K-pop se logra por la idea de colectividad, de compartir ideales comunes, solidaridad y concientización de las injusticias sociales”, afirma la académica del Centro de Estudios Coreanos.
La fórmula mágica para que esa realidad se haga presente en el mundo digital, es su intención ligada a la masividad como naturaleza principal. Se habla de una industria que trabaja en función de logros (como los grupos musicales que compiten casi todas las semanas en diferentes programas de variedad dedicados a hacer ránkings de mejores ventas y presencia de redes sociales), y eso se logra por cumplir metas relacionadas con alcance y viralización. Así es como millones de personas se reúnen en Twitter (ahora también en TikTok pero ya no tanto en Facebook ni en Instagram) pensando en el bien común, el que va en ayuda directa al grupo del cuál se es fan.
Finalmente, el poder que se crea nace desde el fanatismo, pero la idea es extendida para cualquier cosa posible. El K-pop, al ser intrínsecamente muy digital en su experiencia y en su uso, permite articular una nueva generación de activistas, los que están dispuestos, hoy más que nunca, a todo por el amor a sus ídolos.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.