La historia del crowdfunding que se hizo para comprar la Constitución de EE.UU.
La organización ConstitutionDAO se puso una misión en la que colaboraron más de 17 mil usuarios. Aunque no lo lograron, reunieron millones de dólares en cinco días con una misión: comprar una de las 13 copias originales de la Constitución de Estados Unidos. Todo, reuniéndose a través de medios digitales.
La noche del 18 de noviembre quedará marcada en la historia de las criptomonedas. Ese día la casa de subastas Sotheby’s hizo el anuncio que, para algunos, había pasado desapercibido. La empresa de remates confirmó la venta de una de las 13 copias de la Constitución de Estados Unidos, con fecha de 1787. ¿La novedad? El segundo gran postor, y que había comenzado una campaña hace menos de una semana para recaudar fondos por lo menos unos US$20 millones, fue una organización autónoma descentralizada (DAO).
¿Qué es una DAO? Estas organizaciones se refieren a grupos de usuarios que, a través de internet, utilizan herramientas para realizar sus propias decisiones de gobernanza. ConstitutionDAO, los segundos mejores postores de la subasta, partió como un grupo de diez amigos en un chat, pero escaló hacia una comunidad completa de Discord. La puja terminaría el viernes 18 de noviembre y recién el 13 de este mes los miembros del grupo llamaban a otros usuarios a sumarse al proyecto, que buscaba arrebatarle a los privados la copia del documento y ponerla a disposición de la ciudadanía.
De acuerdo a las declaraciones del grupo, fueron 17.437 usuarios alrededor del mundo los que donaron fondos en criptomoneda ethereum para adquirir el documento histórico. Las DAO, en ese sentido, funcionan a través de contratos inteligentes que se ejecutan en blockchain en ethereum (ETH). Eso sí, se programan para cumplir con ciertos puntos si es que las condiciones se cumplen. La gran ventaja de este sistema es que demuestra transparencia y son organizaciones descentralizadas, como su nombre lo indica, y sin jerarquía alguna.
El total recaudado fue de 11,600 ETH, que sería un equivalente a poco más de US$48 millones. Según cálculos posteriores, cada uno de los usuarios habría donado algo así como US$206. Eso sí, la organización esperaba recaudar menos de eso, alrededor de unos US$20 millones, porque el valor del documento comenzaba en los US$10. Y el resto ya es historia. Comenzó la puja, pero rápidamente fue escalando hasta alcanzar los US$43,2 millones. ¿Por qué perdieron la subasta? Como en toda transacción, el valor del objeto no es el final de la puja, porque existen seguros que cubrir, el transporte y su almacenamiento, por ejemplo.
A pesar de ello, la misma casa de subastas les hizo un reconocimiento a través de su Twitter, celebrando su calidad como “la iniciativa de financiación colectiva más grande jamás realizada”. El grupo de amigos, algunos de ellos menores de 20 años y fanáticos de las criptomonedas, pasó a la historia y demostró que cuando los grupos humanos se organizan a través de la red se logran objetivos. Pero eso no fue todo, puesto que dejó entrever el futuro que puede tener el internet y cuán lejos nos puede llevar.
El compromiso con los usuarios que donaron fondos era que, en caso de no cumplir el objetivo -adquirir el ejemplar de la Constitución-, se les reembolsaría lo invertido y actualmente se encuentran en ese proceso. A futuro el mismo grupo ha declarado que “todavía estamos muy entusiasmados con ConstitutionDAO, pero queremos asegurarnos de habernos tomado el tiempo adecuado para incorporar más comentarios de la comunidad y una planificación cuidadosa en torno a la misión, la tecnología y la estructura de gobierno de nuestros próximos pasos”. También afirmaron que “no hemos terminado aquí, y estamos comprometidos con avanzar con cuidado, consideración y corrección”.
Organización a través de la red
Otro de los ejemplos que ha dado que hablar en el último año es el de WallStreetBets que, esta vez a través de Reddit y no Discord como hizo ConstitutionDAO, lograron hacer subir las acciones de la tienda de videojuegos GameStop y que había comenzado con crisis en 2014, pero que terminó por explotar con la llegada del Covid-19. Y fue a fines de enero que un grupo de redditers, como se les denomina a los usuarios de esa plataforma -que funciona con un sistema de subforos de distintas temáticas en las cuales los cibernautas participan-, que se organizaron para revertir la terrible situación de la compañía.
Todo comenzó aparentemente como un juego, pero comenzó a dar resultados. La cifra, que no había subido de los US$56 desde el 2013, en 2021 alcanzaba sus máximos históricos. Para fines de enero estaba en poco más de US$347, pero volvió a los US$46 en febrero y tuvo un comportamiento oscilante hasta junio, que volvió a los US$300. Y, actualmente, cada acción de la compañía está en US$247,55, con un alza de casi US$39 en los últimos cinco días. A pesar que la medida de los redditers ya se haya revertido, lo de GameStop no se detuvo y es otra muestra reciente del poder de la red y se cómo los cibernautas pueden organizarse.
Pero no ha sido lo único. Luego que pasó la efervescencia por GameStop, el mismo grupo puso los ojos sobre la firma canadiense farmacéutica y de cannabis Tilray. Últimamente ha tenido en la mira a Tesla misma, de Elon Musk, siendo la acción que más se discute en el foro, seguida por la compañía de venta de videojuegos. Más abajo está SPDR S&P 500 ETF Trust y la empresa de autos eléctricos Lucid Group. También se habla de la biofarmacéutica Ocugen, la firma de finanzas personales SoFi Technologies, Meta -de Mark Zuckerberg- y Amazon.
Eso sí, a diferencia de lo realizado por ConstitutionDAO, en el caso de GameStop se hizo un llamado a la compra de acciones, pero con las otras firmas, se hace un constante monitoreo a las acciones y a su comportamiento.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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