La historia tras la creación del primer “smartphone”: pesaba medio kilo

Charlotte Connelly, del Museo de Ciencias de Londres, sostiene el Simon de IBM.

En 1992, IBM mostró su primer y último dispositivo de este tipo: "Simon", que vendió unas pocas unidades en Estados Unidos. Pasó a la historia como el primer "smartphone", aunque el título solo le llegaría años después. Lo cierto es que abrió exitosamente la senda para los dispositivos que hoy son indispensables para nuestra vida diaria.


En ocasiones, se tiene la errada percepción de que los teléfonos inteligentes son más contemporáneos, con aparatos surgidos durante las dos últimas décadas. Es cierto: la llegada del primer iPhone en 2007 marcó un antes y un después en la industria tecnológica, pero es solo un representante del sector.

En noviembre de 1992 era IBM la que ponía la primera piedra del rubro, con un prototipo que cimentó un camino sin vuelta atrás de pantallas táctiles y múltiples funciones.

Lo de este dispositivo, llamado Simon, era algo digno de recordar. La tecnológica detrás del equipo mostró, en la otrora gran feria COMDEX de Las Vegas, un modelo de teléfono fuera de lo común. Aún eran años de grandes celulares del tipo “ladrillo”, pero la IBM se aventuró con algo distinto.

Con una pantalla LCD de tono verdoso, que ocupaba al menos un 40% del prototipo, además de los llamados ofrecía servicios de mensajería instantánea, agenda telefónica, calendario, block de notas, recordatorio, calculadora y correo electrónico, entre otras cosas.

Incluía también “Scramble”, reconocido como el primer videojuego de teléfono de la historia, y se podían instalar más programas a través de una ranura en la que se podían insertar cartuchos.

En noviembre de 1992 nació el primer prototipo de smartphone, Simon. Vendió poco más de 50 mil aparatos.

Un año después, lo que vino fue una alianza con una firma de telecomunicaciones y comenzaron a trabajar en el modelo, para recién venderlo en 1994.

Pero hablar de un “smartphone” en ese entonces era algo impensado. El Simon era solo un “modelo curioso”, aunque poco tiempo después se masificó el término y, hacia los 2000, todos los usuarios sabían al menos una característica de un “teléfono inteligente”.

Si bien el equipo no prosperó, sí llamó la atención de las distintas empresas del periodo. Y aparecieron otros competidores. Reconociendo las capacidades que el Simon tenía, Apple lo hizo con su Newton PDA, y en 1996 aparecieron las Palm, que básicamente eran pequeños computadores que cabían en la palma de la mano.

Un año después, mientras las empresas experimentaban con pantallas y tamaños de los dispositivos, aún con usuarios confundidos, Sony acuñó el término “smartphone” para su Ericsson GS88.

Una caída silenciosa

Como nunca hubo un gran despegue, la del Simon fue una carrera de corto trayecto. Entre prototipos, trabajo de distintos modelos y con un concepto no del todo claro, fue devorado por los nuevos dispositivos que salían al mercado.

Tenía una pantalla resistiva —apta al tacto, pero en la que los usuarios debían ejercer presión para que las acciones se vieran reflejadas—, y esto significaba una experiencia de usuario “más pobre”.

Sumado a eso, como estos sistemas cuentan con dos capas —una directa al portado y la otra receptora de la pulsación y que refleja eso en pantalla—, la iluminación progresivamente se iba reduciendo.

Además de esto, existían otras condiciones que limitaron a los usuarios a comprar estos equipos. Actualmente, la población está acostumbrada a llevar teléfonos de unos 150 a 170 gramos; el Simon pesaba medio kilo y medía unos 23 centímetros.

Pero como las dimensiones no siempre significan capacidad, la batería duraba apenas una hora y no más que eso. ¿Su valor? Unos US$899 de la época.

Sony Ericsson fue la primera marca en apropiarse el término "smartphone" con su modelo GS88. Se lanzó en 1997, tres años después de que el Simon llegara al mercado.

Para su momento, Simon no tuvo malas ventas. De todas maneras, su nicho específico hizo que vendieran unos 50 mil equipos y se comercializó solo en Estados Unidos, pero aún así deja gusto a poco.

Lo que vino después no fue sino una de las mayores guerras de las compañías tecnológicas de ese tiempo. Si bien IBM puso la primera piedra en el mercado con un teléfono inteligente, que Sony Ericsson tomara el estandarte de los “smartphones” hizo que todos los demás los siguieran.

Algunos optaron por tomar el camino de las pantallas a color; otros, del audio polifónico. La senda de la pantalla táctil siguió por la vereda de dispositivos como las Palm y las PDA.

Para la IBM fue un experimento, el primer paso en un área dura de la industria, y que de hecho la mantuvo fuera del negocio de teléfonos hasta el día de hoy. Fueron seis primeros meses muy complejos, que de hecho obligaron a la compañía a bajar su precio a unos US$599, evidenciando su fracaso en el sector.

Eso fue en 1994, pero dos años después Nokia lanzó su 9000 Communicator y explicitó las múltiples funciones que podía realizar un teléfono. Ya para 1997 Sony ocupó por primera vez el término de “smartphone”.

Pantallas y experiencia de usuario

Para llegar a lo que hoy día cada usuario tiene en sus bolsillos, hubo que recorrer un largo camino. De caídas, errores y experimentos fallidos, pero que llegaron a un buen puerto.

Si el Simon tenía una pantalla resistiva, en la que la lenta respuesta no favorecía del todo la experiencia de uso, la industria se movió con otras tecnologías aplicadas a los celulares.

Para 2006 LG lanzó el primer teléfono con pantalla capacitiva, que permitía el denominado “multi touch” con un tiempo de reacción menor al de dispositivos previos.

El Simon pesaba medio kilo (sin considerar su base de carga), medía 23 centímetros y su batería duraba apenas una hora.

No era la única compañía con la tecnología en la mira. Apple comenzó a trabajar hacia 2004 un prototipo de teléfono con esta modalidad que Steve Jobs no tenía del todo considerada. Para 2007 lanzaron su primer iPhone y la historia continuó hacia adelante.

Este tipo de pantallas permiten a los usuarios hacer distintas pulsaciones en una superficie y facilitan la realización de diversas tareas. Por ejemplo, en ese entonces, acercar o alejar un foto usando dos dedos.

Los iPhones permitieron a los usuarios hacer distintas pulsaciones en una superficie, que facilitaban la realización de diversas tareas. Por ejemplo, acercar o alejar un foto usando dos dedos.

Gracias a la integración de distintos puntos táctiles, la industria pudo avanzar hacia dispositivos con mayores capacidades y usos. En los tiempos de los teléfonos con teclas, los videojuegos ya eran una realidad en los dispositivos, como el recordado “Víbora” y otros tantos. Y no es casualidad que tras la salida de estos nuevos aparatos los videojuegos musicales o de “tap”, como “Guitar Hero” pero para celulares, se volvieran de moda, dejando atrás a aquellas experiencias más primitivas.

El Simon, si bien no tuvo el éxito o revuelo esperado, no queda sepultado en la historia como otros tantos modelos. Al menos hasta el día de hoy, se queda con el título del primer smartphone de la industria global.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.

La disrupción digital es aquella transformación radical y profunda de los modelos de negocio de una empresa. Es un proceso muy beneficioso, pero no es sencillo. En esta entrevista, Juan José de la Torre, CEO de Raven y especialista en disrupción, explica los fundamentos de este proceso y cómo abordarlo.