La nueva vida del ruil
Es una de las especies que más ha disminuido en las últimas cuatro décadas. Pero aún cuando este árbol ha sido amenazado incluso por los grandes incendios de 2017, no ha logrado extinguirse por completo. ¿Qué se está haciendo para que el ruil salga de la “lista roja” mundial?
Está al interior de la región del Maule, en una franja de no más de 100 kilómetros de extensión. Ahí, disperso en pequeños reductos, el ruil, uno de los árboles endémicos más amenazados de Chile, ha encontrado su refugio. Incendios, tala ilegal, sobreexplotación, deforestación. Todo ha tratado de derribar a esta especie que se niega a desaparecer.
Un tesoro natural
Es un árbol endémico que puede llegar a medir hasta 30 metros y vivir hasta cien años. Una especie extremadamente rara, que crece únicamente en Chile, en la cordillera costera de la región del Maule. El ruil no es un árbol cualquiera. Viene de la misma familia que el roble y es el representante más primitivo que aún sobrevive. Posiblemente, el árbol del género
nothofagus
más antiguo del hemisferio sur.
Especie sobreviviente
En 1981 existían 800 hectáreas de ruil. En 2003, la superficie de este árbol nativo era menos de la mitad: apenas 352 hectáreas. Y desde el año 2007 que el ruil se encuentra catalogado como una especie en peligro de extinción. Pero el ruil aún sobrevive, en una reserva bautizada como “Los Ruiles”. Este lugar, ubicado entre Empedrado y Chanco, fue creado en 1982 bajo la administración de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y en 1995 fue declarado como Monumento Nacional, y es un pequeño reducto que ayuda a que la preservación del ruil sea posible. Comenzó con 45 hectáreas de bosque protegido, que luego aumentó a 76 hasta llegar a 89. Allí, se encuentra un ecosistema de un bosque costero maulino, tanto con flora como con fauna endémica.
¿Por qué es importante el ecosistema? En ambientes hostiles, sin las condiciones adecuadas para su desarrollo, la suerte del ruil estaría echada. Los árboles alcanzarían cierta edad y se secarían, hasta morir. Aunque los incendios forestales de 2013 amenazaron seriamente al ruil. Casi la totalidad de las hectáreas de la reserva resultaron afectadas. Sin embargo, todas las plantaciones de ruil quedaron con vida. En 2017 el fuego volvió con más fuerza, pero el ruil se caracteriza por ser una especie resiliente, que incluso rebrotó en lugares donde la intensidad del fuego fue altísima. Finalmente, los incendios consumieron 16 de las 89 hectáreas de la reserva “Los Ruiles”.
El futuro de la especie
En 2013, CMPC, con apoyo de la Universidad Austral, elaboró un proyecto de restauración. El objetivo era aumentar la superficie del ruil en 138 hectáreas. Los incendios fueron un punto de inflexión para canalizar todos los esfuerzos en salvar el ruil. La reserva también se convirtió en un Área de Alto Valor de Conservación (Aacv) —es decir, que no se pueden usar productivamente y solo tienen como objetivo la recuperación y protección de especies nativas— y los árboles protegidos llegaron a las 311 hectáreas. Ese mismo año, 2017, se inició la reproducción en viveros del ruil. ¿El resultado? 1.200 plantas de ruil que se llevaron a terreno.
Pero los incendios son solo uno de los factores que ponen en peligro este árbol. Los terrenos en los que el ruil puede crecer han disminuido de forma notoria. Por eso, el aumento del área de conservación y rescate de esta especie es un factor clave. Hoy CMPC, también junto a terceros, ha destinado áreas que antes se utilizaban para plantaciones de pino por ruil. El trabajo es realizado junto a la Universidad Austral y va más allá de una simple sustitución. Es necesario aislar este terreno de animales y, además, eliminar toda la regeneración de plantas de pino. Así, a la fecha, existen unas 2.000 plantas de ruil que podrían ser el futuro y rescate de esta especie única en el mundo.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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