La startup que acelera la transición energética con inteligencia artificial

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Constanza Levicán, fundadora de Suncast. Fotos: Juan Farías.

El proyecto de Constanza Levicán, ganadora del premio Mujer Innovadora Corfo 2021, pretende transformar por completo el rubro de la energía solar a través de la predicción de energía y mantenimiento predictivo. Un sistema tan atractivo y eficiente que está a punto de ser exportado a varios países de Europa y Medio Oriente.


A pesar de las dificultades propias de los últimos años en pandemia, este período no ha sido nada negativo para Constanza Levicán, ingeniera civil eléctrica de la Universidad Católica, quien a sus 28 años, logró fundar Suncast, una startup que utiliza la inteligencia artificial para acelerar procesos en las plantas de energía solar.

Es tan bueno el panorama para este emprendimiento que la noticia de que había ganado el premio a Mujer Innovadora Corfo 2021 le llegó justamente mientras participaba de Expo Dubai, donde logró hacer acuerdos con Medio Oriente para exportar sus servicios. Luego, en esa misma convención, Gonzalo Muñoz, champion de la COP25, la invitó a la COP26, evento que caía el mismo día que Suncast iba a ser galardonado con el Premio Nacional de Innovación Avonni 2021. Una ajetreada y excelente realidad para un proyecto en expansión que demuestra la importancia de lo que están haciendo.

Llegar ahí no fue fácil. La idea nació cuando, en 2017, Constanza vio que Al Gore, ex vicepresidente ambientalista estadounidense, salió públicamente mostrando un gráfico con el gran potencial que tenía Chile respecto a la energía solar. “Eso fue lo que me hizo click poder apoyar con tecnología al avance de esa energía. Ayudar de alguna forma a las energías renovables para tener un futuro más sustentable y no solo ser parte del problema, sino que ser parte de la solución”, explica Levicán, quien antes ya había intentado emprender en algo muy similar, sin éxito.

“Antes de Suncast habíamos hecho otro proyecto que era de alerta temprana de incendios forestales”, relata la fundadora. Ese proyecto se llamaba Fire Ranger, fueron a un concurso y sacaron el primer lugar. “Pero cuando intentamos llevar toda esa tecnología al mercado ahí fue que fallamos y nos encontramos con muchos problemas. Nos acercamos a empresas forestales y nadie nos pescó, fue muy difícil. Realmente no teníamos un modelo de negocios”, añade.

Entonces decidieron acudir a la institución pública ONEMI, pero tampoco calzaba con lo que ellos buscaban. Su problema radicaba en que estaban muy atrasados con respecto a la tecnología. Tenían un plan de digitalización a diez años, un tiempo que suena ilógico para lo rápido que avanza el rubro.

Esta es una situación común. Según Levicán, es una cosa de la cultura en la industria, de qué tan ávida de innovación o no está. Y en esa ocasión, no estaba. Pero ese primer acercamiento les sirvió para entender mejor el rubro, diagnosticar otros percances y descubrir cómo esa misma tecnología predictiva se podía aplicar a otros problemas que también fuesen relevantes de la sociedad. Así llegaron a crear Suncast.

Cómo funciona la IA en Suncast

Suncast se presenta como una compañía chilena que aplica inteligencia artificial a las energías renovables. Esta cuenta con dos servicios: la predicción de generación y mantenimiento predictivo. La predicción de generación es calcular cuánta energía va a generar el parque fotovoltaico ( terreno a gran escala donde hay una instalación de energía solar) y eso se envía al ente que organiza el sistema eléctrico a nivel nacional, el Coordinador Eléctrico Nacional. Se envían esos pronósticos todos los días, varias veces al día.

Por su parte, el mantenimiento predictivo analiza el rendimiento de esos parques fotovoltaicos, identifican problemas, estiman cuánto polvo hay sobre los paneles y después con todas las otras variantes determinan cuándo se debe hacer la próxima limpieza o la próxima reparación. En ambos casos, la inteligencia artificial ayuda a acelerar procesos, reduciendo costos, tiempo y minimizando errores y posibles penalizaciones.

“La inteligencia artificial acelera procesos, anticipa y reduce tiempo. El operador podría estar todos los días revisando los datos de todos sus equipos, y ni siquiera un día completo le alcanzaría para eso. Podría estar descargando un montón de archivos de Excel y una vez revisados detectar una por una las anomalías, pero ese proceso es muy largo. En este caso, la inteligencia artificial no reemplaza al operador, sino que hace el proceso de forma automática para que el operador sepa de antemano la información, así sus esfuerzos solo se enfocan en operar”, describe Levicán.

Para dar un ejemplo más concreto, explica que en una fábrica puede haber una máquina que está funcionando mal hace mucho tiempo, pero hay que esperar que el operador la vea, la mida y ahí decida que efectivamente esa máquina está operando defectuosamente. Con el sistema de Suncast eso es avisado de inmediato y el operador puede concentrarse en arreglarlo de manera expedita.

A esto se le suma el aprendizaje de máquinas, un paso fundamental para el buen funcionamiento del servicio. Consiste en trabajar con algoritmos que almacenan los datos históricos del parque fotovoltaico, al menos tres años de meteorología hacia atrás y otros datos básicos. “Es una red neuronal que la vamos entrenando. La máquina aprende a partir de esos datos y trabaja sola. Después tomamos más datos y los volvemos a entrenar, entonces mientras más tiempo pasa funciona mejor la máquina”. La suma de todas estas tecnologías son un aporte al rápido crecimiento de las nuevas energías en el país, las que apuntan a la sustentabilidad.

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Exportar soluciones verdes

Actualmente, Suncast le entrega servicios a 13 centrales de energía solar a lo largo de todo Chile desde su creación en 2017, contando con 7 clientes. Este es un número ejemplifica la realidad de la empresa: constante expansión y mucho crecimiento en pocos años, todo en un país que tiene un inmenso potencial de energía solar.

“Esta inversión con respecto a la energía fotovoltaica ha aumentado en Latinoamérica por tres factores. El primero y más importante es el cambio climático. Hay un compromiso de descarbonización y de evitar emisiones de co2, y es algo que nos importa mucho cumplir con nuestra marca”, comenta Levicán sobre el panorama en el cono sur.

El segundo factor tiene que ver con el primero, y es que los grandes capitales, por las mismas razones, están optando por la sostenibilidad. Así lo demuestra por ejemplo el Banco Interamericano de Desarrollo, uno de los principales financiadores de las plantas generadoras, que hoy tiene un compromiso con los procesos sustentables y las energías renovables.

El tercer factor es el panorama a nivel económico. Ahora la energía amigable con el medioambiente es rentable, hay muchas alternativas y es un mercado competitivo, por lo que es fundamental especificar los servicios y mejorarlos para un futuro auspicioso tanto a nivel nacional como internacional.

Para Constanza Levicán, su éxito tiene que ver con esa especificación. “Nosotros tenemos un alto desarrollo de energía solar y eólica desde hace diez años en Chile, cuando se instalaron las primeras plantas. Los que invirtieron hace una década tuvieron un escenario ideal, pero ahora, por la realidad del mercado, no basta con tener una planta. Hay que optimizarla, y esa es la tendencia de la industria de la energía, pero también de la industria 4.0, donde hay que preocuparse de cada detalle, los equipos, los procesos, cuándo hago cada cosa y por qué. Nada da lo mismo, y eso estamos haciendo nosotros”.

Es por esas mismas razones que Suncast está siendo cotizado a nivel internacional. Hoy, la empresa chilena tiene varios proyectos piloto en conversación con diferentes países, tales como España, Francia, Alemania y en la región del Medio Oriente, lugar que, al igual que Chile, tiene mucho desierto y por lo tanto, mucho potencial para esta nueva tecnología.

Además, ya consiguieron su primer piloto con White Summit Capital, una empresa en México que vio una oportunidad luego de que se destacara su participación en el programa

“Piloteando tu solución en aires aztecas”, con el impulso del Departamento de Económico de la Embajada de Chile en Ciudad de México. Levicán cuenta que adaptar sus servicios en el extranjero un proceso no tan tedioso pero sí largo en la parte administrativa ya que hay que adaptar las regulaciones y los papeles. “Cada país funciona diferente en cuanto a cómo se envían esos pronósticos, por eso hay que estar pendientes y saber adaptar el sistema a las reglas de cada país”.

Mujer emprendedora

Constanza Levicán siempre supo que tenía un talento que no podía desperdiciar. Se dio cuenta muy rápidamente que tenía una gran facilidad para la física y las matemáticas, algo que, según ella, sabía que podía servir para el futuro. “Cuando uno tiene ese talento mira lo que hay disponible para guiarse hacia allá. Ahí fue cuando vi la ingeniería como un camino válido que te enseña a ejecutar cosas, como un camino para adquirir las habilidades necesarias y así usar mi talento en algo que realmente aporte a la sociedad”, explica.

Ella no sabe si su sueño siempre fue emprender, pero la ganadora del premio Mujer Innovadora Corfo 2021 sabía que quería ayudar desde su vereda en una realidad donde no habían muchas mujeres haciendo lo mismo. “Somos muy pocas mujeres en energía. Cuando yo me titulé solo fuimos 2 mujeres de Ingeniería Civil Eléctrica. De un total de 500 personas en la carrera y 60 de la especialidad”.

La fundadora de Suncast comenta que ella sí ve un interés por avanzar en la igualdad de género en el ámbito laboral, pero que hay dificultades que vienen desde la raíz. “Hay que hacer cambios desde mucho antes. Ahora las empresas pueden querer contratar mujeres pero no hay suficientes. Es allí donde el incentivo tiene que partir de antes, desde la niñez. Cambiar la forma en que se educa y se introduce a las niñas en la ciencia, darles seguridad, autoestima, muchísimas cosas. Así podríamos avanzar a otra realidad”.

Pero el futuro es auspicioso, y el de su empresa también. Su desafío ahora es más que nada comercial. Este año Suncast fue elegido en la COP26 como una de las 20 startups a nivel mundial que tienen directo impacto en el cambio climático. Hay informes que explican cuántas toneladas de co2 se ahorrarían con su sistema si este fuese aplicado en las centrales de energía solar, o sea, los datos avalan su expansión. Lo único que les falta es agrandar su equipo de trabajo, sobre todo ahora que abrieron una nueva arista en sus servicios: ahora trabajarán también con energía eólica.

“Desde que ganamos todos estos reconocimientos nos contacta mucha gente para invertir, otros nos llaman porque quieren trabajar con nosotros. Todo eso es importante para posicionar la empresa y poder ejecutar este plan de internacionalización”. Y es un objetivo que están por cumplir, un plan que incentiva a Chile a exportar su inteligencia y experiencia en un campo en el que se ha destacado por años, y que, con estos sobresalientes proyectos, sigue siempre dando de qué hablar.

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