La startup que ayuda a dar comida fresca a las mascotas
La empresa Kibus creó una máquina capaz de cocinar determinadas recetas y los dueños pueden programarla de forma manual o directamente desde su celular. A diferencia de otras alternativas que solo dispensan comida tradicional, proponen una nutrición basada en ingredientes 100% naturales.
Desde hace algunos años la tendencia ha cambiado. Las mascotas ya no son meramente animales en el hogar, sino un miembro más de la familia. Y hay distintas compañías que lo han comprendido. Los juguetes son algo que lleva décadas en el mercado, pero los dueños también han optado por personalizar espacios y adquirir cada vez más artículos para amenizar el día a día de sus compañeros. Así lo entendió Kibus Petcare, una startup española que apostó por algo tan específico que lo primero que causa es impresión. Similar a una máquina instantánea de café o un simple dispensador de comida seca, lo que realmente hace es cocinar instantáneamente alimento fresco y húmedo, de acuerdo a los gustos del usuario cuadrúpedo.
De acuerdo a Albert Icart, cofundador y CEO de la iniciativa que comenzó su camino en 2018, lo que buscaban era que su máquina fuera capaz de fabricar alimento apto para el consumo animal, pero también humano. “Era un requisito importante que no hubiese subproductos ni otro tipo de ingredientes presentes, y que a veces se utilizan para la alimentación animal, que nosotros no comeríamos o incluso están prohibidos para el consumo humano”, realiza el creativo, sobre aquellos ingredientes que, en determinadas ocasiones, su consumo a largo plazo puede afectar negativamente la salud de las mascotas.
En 2012 conoció a Marta Arisa en Boston, mientras ambos estaban en un programa de emprendimiento. Los dos españoles hicieron buenas migas y, siendo los dos de Igualada, al volver a Europa mantuvieron el contacto. La idea, eso sí, vino durante su permanencia en Estados Unidos, viendo justamente la tendencia que los usuarios estaban haciendo la transición de la comida seca o las latas, hacia una de alimentos más alternativos, libre de aditivos.
Como Icart proviene de una familia con negocios en el rubro de la alimentación animal, se le instaló la duda. ellos podían escalar y lanzar un producto disruptivo, que pudiese responder a las necesidades de los usuario. Y estas opciones más alternativas eran muy incómodas a veces, y los dueños de mascotas no siempre estaban dispuestos a cocinar en casa, salir a comprar ingredientes o luego prepararlos. Era todo más fácil de forma instantánea.
Lo que vino después fue una etapa interna de dudas y de darle muchas vueltas. En España se sumó Albert Homs, compañero de universidad de Icart, y entre los tres vieron las tecnologías ya existentes y quiénes habían hecho cosas similares en otros sectores, simplificando la vida a nivel doméstico. “Se veía factible, pero no sabíamos todo lo que conllevaba”, recuerda el CEO. La ignorancia es atrevida, dice. Luego de eso vinieron los primeros prototipos, que comenzaron en noviembre de 2018, y el final, al que solo fueron haciéndole unas modificaciones, llegó un año después.
Pero la impresión no es solo para sus dueños. Marta Arisa, CMO de Kibus, dice que la primera reacción del perro frente a la máquina es lo que más le llamó la atención. Fue con uno de sus primeros sujetos de prueba. Le dejaron la máquina cocinando y, cuando estuvo listo, el animal se acercó. El plato salió y, evidentemente por el ruido, le llamó la atención. Y después vino el olor a comida fresca. “Veía algo nuevo en casa, mientras toda la familia lo miraba, pero él acercaba la cabeza y tenía las patas clavadas atrás, mirando a ver si le decían algo”, recuerda entre risas la ejecutiva.
Muchas veces, plantea Arisa, los usuarios dicen que sus mascotas les piden menos comida a sus dueños “porque están más satisfechas”, justamente como reacción al darle alimento fresco. “Y estas experiencias te realizan mucho, porque la verdad es que tienen una cabida en la casa con la gente, porque las mascotas ya no son solo eso, sino también miembros de cada familia”, añade.
Recepción y mercado
Para poder concretar su proyecto, los tres emprendedores ocuparon recursos propios, aportes familiares y postularon a fondos. Pero también recurrieron a plataformas como Kickstarter -en la que lograron unos 131 patrocinadores-, que entregan un primer acercamiento hacia los usuarios y pueden servir como plataforma para confirmar el interés de determinados sectores. Los beta testers son una buena manera de probar los productos, pero también salieron a los parques en España a probar la recepción de su público objetivo: los perros.
“Kickstarter nos sirvió para entender que había gente dispuesta a pagar por el dispositivo, y son validaciones parciales que se pueden hacer cuando no hay un producto todavía”, dice Albert Icart. Eso sí, asegura que como la idea es tener un producto único, hay que saber ver los dispositivos de forma global. La idea de la compañía es no solo quedarse en España, sino también expandirse hacia otros mercados. Es Europa su mercado natural, pero Estados Unidos -que es más grande, aunque más complejo en sus barreras de entrada- y América Latina son también destinos atractivos. Brasil y México son mercados importantes. “Pero Chile también es una puerta interesante, al estar apostando por el emprendimiento”, añade.
Los usuarios, por ahora en España, deben ingresar al sitio web de la compañía y ahí pueden calcular directamente su plan. Estos podrán variar de acuerdo al tamaño del perro, su edad y determinada actividad. Por ejemplo, en una prueba simulada con un animal de unos 10kgs con una actividad diaria media, por unos €12,45 mensuales -poco más de $11 mil-, podrán acceder al dispositivo, porción de alimento para el mes completo y la app. Si fuera de unos 15kgs, con una alta actividad, serían unos €17,45 -poco más de $15 mil-. Pero todo dependerá del animal y de las necesidades del petparent mismo.
El dispositivo creado por los emprendedores tiene dos depósitos. Uno de ellos debe ser rellenado con comida seca de la compañía, y el otro con agua. Básicamente, la máquina hidratará el alimento, lo cocinará y servirá al animal de acuerdo a la programación que realice el dueño. Puede hacerse manualmente, pero también a través de la aplicación móvil del aparato, por lo que tampoco es necesario estar en casa para poder dar de comer a la mascota.
“Nuestro objetivo es que la nutrición pase a ser una de las necesidades del perro y poder así ofrecerle una de las máximas facilidades al usuario”, dice Marta Arisa, argumentando que justamente por eso no son planes fijos, sino que deben ser acomodados a las necesidades exactas del animal. “Y como el cambio de dieta es algo que compete a la familia y es importante, queremos facilitarlo al máximo”, añade. “Hay gente que cree que la comida seca no es lo mejor, y es por esa razón”, plantea Icart, y guarda silencio. Luego continúa con gracia. “Es porque el perro ya es parte de la familia, y se hace raro darle croquetas, porque a tu hijo no le darías de eso”, agrega entre risas.
Aunque el mercado esté colmado con opciones secas y en lata, Albert Icart dice que las grandes empresas no han tenido reticencia al respecto de su iniciativa. “O hasta el momento no lo han hecho, porque estamos en fase de desarrollo y no han visto tanto”, bromea. Y luego ejemplifica. Por ejemplo, el Grupo Mars, que tienen a marcas como Royal Canin y que son uno de los gigantes de la industria, adquirieron recientemente Nom Nom, una compañía pequeña -comparada a Mars- que se dedica justamente al alimento alternativo y congelado para mascotas. “Tenemos buena relación con Purina y, de hecho, ahora estamos trabajando con ellos en un producto en conjunto”, revela.
Ampliar su público
En enero pasado se le informó que fueron seleccionados como una de las cuarentena startups para la nueva generación del Ignite de Start-Up Chile, que es un programa de aceleración y financiamiento. Conocieron el programa porque a Albert Homs, socio cofundador junto a Icart y Arisa, un anterior participante le comentó “y se conoce bastante” a nivel internacional. Lo que sigue es una ronda de inversión, en la que buscan interesados en España, pero también están explorando Chile, buscando partners locales para construir sobre la base que ya tienen.
El modelo ahora está restringido solo a perros, pero Icart y Arisa no descartan en un futuro sumarse al público felino. Su aparato podría ser ocupado por un gato, pero vieron que los dueños suelen ser muy distintos. “Y son animales que tienen distintas características, incluso cómo comen, y podría ser un dispositivo más pequeño, con otro diseño”, dice Arisa.
Otro de los puntos que tienen en la mira, aunque no necesariamente para un futuro próximo, sería el de una cámara que permita interactuar con el animal a distancia. Existen dispensadores de comida seca en el mercado que facilitan esto, pero no son modelos tan complejos como el de Kibus. “Nos hemos complicado más, entonces la cámara es el último punto que nos dejamos y sería interesante tener una versión que permita esa interacción visual”, acota Icart.
Ahora tienen recién la primera producción de 300 dispositivos, y la idea para este 2022 es hacer una inversión para producir dos mil y poder así colocarlos en el mercado. Pero esto también conlleva una cierta evangelización hacia la ciudadanía. “Cuando alguien confía en una marca de alimento, es difícil cambiar, pero tratamos de hacer algo diferencial y que no es una competencia directa”, dice Icart.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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