Los nuevos competidores que amenazan a Twitter bajo la era de Elon Musk
La plataforma se transforma día a día desde que su nuevo dueño asumió el poder de la empresa. Despidos, nuevas modalidades de pago en la red social, fugas de usuarios y personalidades ya son parte del minuto a minuto. Entremedio, surgen otras plataformas en el camino, como BlueSky -del exCeo de Twitter, Jack Dorsey- o Mastodon, que crece a ritmo imparable.
Lo de Elon Musk ya es digno de una serie de TV. Tras adquirir Twitter, el empresario comenzó a dar sus primeros pasos para refaccionar la compañía. La suscripción mensual para obtener la verificación de usuario, los despidos masivos de empleados y la pronta integración de las personalidades que habían sido suprimidas de la comunidad del pájaro azul son algunas de las medidas. Y vienen más cosas en camino, que incluso involucran al propio fundador de la compañía y exCEO, Jack Dorsey, quien busca levantar su propia plataforma, llamada BlueSky.
Cuando el dueño de Tesla y SpaceX manifestó su interés por la compra de la empresa, no fueron pocos los preocupados. El propietario del grupo de compañías tecnológicas ha dado de qué hablar en el último tiempo, particularmente por sus experimentos de “lectura de la mente” con Neuralink, e intención de llegar a Marte durante los próximos años. Sumar a esta lista la propiedad de una de las redes sociales más grandes del mundo digital es otra una señal inquietante.
El reciente conflicto que tuvo que sortear en octubre, cuando los ejecutivos de Twitter lo citaron a tribunales debido a sus planes de desistir en la compra, lo mantuvo aún más tiempo en la palestra pública. Y desde su llegada al mando de la empresa, el pasado 27 de octubre, el ruido no ha cesado. En los últimos días despidió a unos 3.700 empleados, que son cerca del 50% del total de la planta. Aunque días después, de acuerdo con un informe publicado por Bloomberg, algunos de estos excolaboradores fueron contactados nuevamente para integrarse a la empresa.
Sumada a esta crisis con los trabajadores, la que Musk justificó con el argumento de que la compañía pierde unos US$4 millones al día, Twitter cada vez baja más su valor en la bolsa. Para el lunes recién pasado, la firma en la que el empresario invirtió US$44 mil millones cayó en un 25% sus acciones. Es esperable que eso continúe en su ritmo, al menos hasta que se pueda ver cierta estabilidad. Lo que incomoda a los inversionistas son los constantes cambios que el dueño de SpaceX lleva a cabo en la plataforma.
No solo los inversionistas se han visto en esta encrucijada. Rostros del espectáculo y personalidades de diversos sectores han dado un paso al costado. Algunos apelando a la incertidumbre sobre qué sucederá con Musk a cargo, y otros apuntando a que la red social ya no es un sitio seguro. La modelo y personalidad de TV Gigi Hadid; la guionista y productora de “Grey’s Anatomy”, Shonda Rhymes; la actriz Whoopi Goldberg y la cantante Sara Bareilles son algunos de ellos.
El actor Mark Ruffalo también se refirió a Musk: le solicitó que “por decencia” abandonara la plataforma. Mientras que el escritor Stephen King, autor de libros como “El resplandor”, “ESO” o “Carrie”, apuntó hacia una de las primeras medidas del empresario: pagar por el ticket azul.
Los cambios en la plataforma
Las modificaciones en la red social no se dejaron esperar. Muy en su estilo -que parece tomar las decisiones de acuerdo con lo que diga la masa en sus redes sociales- el multimillonario fue comentando el minuto a minuto.
De acuerdo con una publicación de The Verge de fines de octubre, la compañía pretendía cobrar unos US$19,99 mensuales para que los usuarios tuviesen sus cuentas verificadas con el ticket azul. Con ello, podrían acceder a distintas funcionalidades en un nuevo Twitter Blue. Esta fue la medida que Stephen King le reprochó a Musk, diciendo que la empresa le tendría que pagar a él.
“Tenemos que pagar las cuentas de alguna manera. Twitter no puede depender completamente de los anunciantes. ¿Qué tal US$8?”, le respondió Musk. El upgrade a la cuenta normal de Twitter ya comenzó a funcionar hace algunos días en Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Reino Unido, y ha habido críticas hacia qué tan eficiente han sido estas integraciones.
Entre las características que posee el nuevo Twitter Blue, además del ticket azul de cuenta verificada, están la posibilidad de subir videos más largos, ver menos anuncios e incrementar la visibilidad de los tuits que los usuarios realicen, y que generalmente el algoritmo reduce en su alcance. Esto se logra poniendo primero la pestaña de usuarios verificados en el canal de notificaciones. ¿El gran motivo detrás de todo esto? Además de “pagar las cuentas” pendientes, el multimillonario dijo que quería “entregarle poder al pueblo”.
Pero la inestabilidad no solo ha venido marcada por la implementación de estas nuevas herramientas, sino también por qué quiere hacer Musk con su nueva empresa. Durante esta semana se dio a conocer que el empresario quería añadir una doble insignia de verificación con la leyenda “Official”, que recaería en empresas o usuarios que fueran figuras públicas. Comenzó a regir y, finalmente, el nuevo título nobiliario de la red social duró apenas algunas horas del miércoles. “Lo acabo de matar”, acotó el multimillonario en su perfil.
Las nuevas insignias de verificación de usuarios no han resultado como querían. Como antes esos sellos eran señal de autenticidad y hoy los cibernautas pagan por ellos, pueden verse mensajes de cuentas con el ticket azul, pero que son una parodia al original. Por ejemplo, ya hay un diálogo entre una cuenta falsa de George W. Bush y otra de Tony Blair. El primero dice “Extraño matar iraquíes”, mientras que el segundo le responde “Lo mismo, para ser honestos”. Y así con otros tantos ejemplos. Incluso un falso Elon Musk, nuevamente con el sello de verificación, habla de un posible “Twitter Gold” y llama a su expareja, la cantante Grimes, para que vuelta junto a él. Todo es falso.
¿Anuncios en camino?
Cuando el empresario confirmó sus intenciones de compra en octubre, luego del posible conflicto con la empresa, anunció en la misma red social que ese era uno de los primeros pasos para crear una “Aplicación de todo”. Y no fue un comentario al azar.
Semanas antes de eso, trabajadores de Twitter, mientras él se reunía con los directivos de la compañía, lo habían escuchado decir que quería crear una plataforma similar a la china WeChat. En esta los usuarios pueden utilizar la red social como una herramienta de mensajería, pero también comprar su mercadería y realizar otras acciones. Todo un ecosistema integrado. Y que será probablemente el destino que tenga la red social.
Otra de las señales que dio, y que sembró la duda en algunos usuarios, fue que al tomar poder uno de sus primeros mensajes fue “¿Traer de vuelta a Vine?”. La extinta plataforma de videos, nacida en 2012 y que fue adquirida por Twitter ese mismo año, desapareció en 2016 y tenía como particularidad la opción de subir piezas en formato loop o de unos cuantos segundos. Así como los reels de Instagram o los shorts de YouTube.
Que Musk mencione la opción de regresar con ella significa entrar directamente a competir con TikTok, o que esta se integre como un nuevo canal dentro de la misma aplicación, para así generar un ecosistema del que los usuarios no tengan que salir. Pero todo está por verse.
Las nuevas alternativas
Jack Dorsey, cofundador de la compañía y que renunció al puesto de CEO en 2021, se disculpó con los miembros de la empresa cuando se dieron a conocer los despidos masivos. “Los amigos del pasado y del presente de Twitter son fuertes y resistentes. Siempre encontrarán un camino, por difícil que sea el momento. Me doy cuenta de que muchos están enojados conmigo. Soy responsable de por qué todos están en esta situación: crecí el tamaño de la empresa demasiado rápido. Me disculpo por eso”, acotó el también empresario, que ha estado invirtiendo en distintos sectores, incluso una compañía de BNPL.
Otro de sus nuevos emprendimientos, y que parece ser una nueva competencia segura para Elon Musk, es BlueSky Social. La plataforma, si bien Dorsey no ha entregado mayores detalles, se muestra como “el Twitter del futuro” y pretende entregar a sus usuarios más certezas y el control de su información privada.
Lo anterior como respuesta a polémicas desatadas en los últimos años, en las que se ha revelado la trastienda de otras redes sociales. Eso con respecto al funcionamiento, porque la información no solo queda en aquellas plataformas en las que nos suscribimos.
De acuerdo con un tuit publicado por la cuenta oficial de BlueSky en Twitter, estarían “construyendo un protocolo social”. “Lanzamos ‘ADX’ (la X significa Experimento) en mayo. Ahora que el diseño está comenzando a solidificarse, lo estamos renombrando como ‘Protocolo de tansporte autenticado’, el ‘Protocolo AT’”, anunciaron.
Este Protocolo AT, consignaron, se trata de “una nueva red social federada” e integra ideas de las nuevas tecnologías descentralizadas en “una red simple, rápida y abierta”. La “red federada”, dijeron, es una forma en la que los servidores pueden comunicarse entre sí, como un correo electrónico. Eso en lugar de un sitio web que ejecute una red, que puede tener muchos otros sitios. Los usuarios podrán elegir el proveedor, y las personas y las empresas podrán autoalojarse si desean.
¿Qué es lo que hace a este Protocolo AT único? Portabilidad de las cuentas, elección algorítmica, interoperabilidad y rendimiento. De momento, la nueva plataforma del cofundador de Twitter está disponible solo en etapa Beta, pero los usuarios, si se registran en una lista de espera y son seleccionados posteriormente, podrán probar la red social en cuanto esté habilitada. Aquí el enlace.
Más allá de lo que haya comentado o no Dorsey, el mismo nombre de la red social —Bluesky Social—, hace una alusión casi directa a Twitter. El símbolo de la plataforma es un pájaro azul, y que esta vez sea el cielo el titular no hace más que imponerse a su antecesor. Hay quienes han hecho lecturas al respecto, así como que cielo hay uno solo, pero aves muchas. Pero es una noticia en desarrollo.
Pero han surgido también otros competidores. No por voluntad de que así sea, sino por propia elección de los usuarios. Por ejemplo, de acuerdo con distintos reportes del sector, la plataforma de microblogging Mastodon —así como Reddit—, es una de las que más ha crecido en los últimos días. De hecho, en los días posteriores a la adquisición de Twitter por parte de Musk, la red social subió su cantidad de nuevas cuentas en un 65%. Y el número solo ha crecido desde ese entonces.
Eso también ha traído, hasta cierto punto, el descontento de los usuarios. Mastodon consiste en una red descentralizada, de código abierto y sin algoritmo de por medio. ¿Lo más curioso frente a otras alternativas? Como es una red “liberada” —abierta—, no hay publicidad involucrada ni grandes marcas anunciantes. Y mucho menos un interés comercial al respecto.
Al ingresar a esta red, los usuarios se registran, pero además deben de seleccionar un servidor basado en sus intereses, zona geográfica o curiosidad. Cada uno de estos es manejado por usuarios individuales u organizaciones, que definen por sí solos las políticas de moderación. Y puede parecer un detalle más o menos técnico, pero quienes quieran sumarse tendrán que tener eso en consideración. No solo pueden comunicarse con aquellos de ese servidor, sino con todos aquellos en la red.
Entre las recomendaciones que se les ha realizado a los usuarios se les ha pedido no dejarse llevar necesariamente por los grupos más numerosos, puesto que podrían colapsar. ¿Qué es lo que ha molestado a algunos cibernautas? Desconocer algunos de estos detalles, particularmente. Mastodon es una red que tiene a su fundador, Eugen Rochko, cumpliendo diversas labores. Trabaja con algunos pocos colaboradores y sus mismos seguidores financian la plataforma a través de Patreon.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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