Ministro Flavio Salazar: “Tenemos que generar más apoyo público para las startups”
El Ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación asumió hace poco más de dos meses el cargo. Desarrollo de vacunas, investigación aeroespacial y proyectos ante la crisis climática son algunos de los principales programas que el titular de la cartera impulsará durante su mandato, pero también se enfocará fuertemente en trabajar la brecha de género en el área y en impulsar condiciones para el desarrollo de iniciativas individuales.
Actualmente, la fuerza científica está trabajando con la mitad del cuerpo. “Es como estar haciendo una investigación, pero con un solo ojo o brazo, y hay que tomar conciencia de eso como si de una enfermedad se tratara”, dice el Ministro de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Flavio Salazar (56), sentado en su despacho, ubicado en calle Morandé. El doctor en Inmunología del Instituto Karolinska de Suecia asumió hace poco más de dos meses la cartera, y dice que no se ha detenido. Han sido días intensos e ingresar a un cargo público tiene sus desafíos, pero también significó dejar su vida académica y el puesto de vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile.
La imagen que describe no es al azar, y refiere a uno de los puntos más relevantes que tratará durante el cargo. “La inequidad y brecha de género son temas realmente impresionantes, los estudios lo han demostrado y nos estamos farreando las capacidades intelectuales del 50% de la población y vamos a tomar cartas en el asunto”, asegura el científico.
En un reciente estudio dado a conocer por la Subsecretaria de la cartera, eso queda claro. De acuerdo al informe, hacia 2019 solo el 7% de las alumnas tituladas de pregrado lo hizo en el área STEM. Y las matrículas también acusan la brecha. Para una carrera de pregrado, solo el 22% de los matriculados son mujeres, el 29% en magíster y el 37% en doctorado. Mientras, la cuota de investigadoras es del 35%. Y no es algo que solo se manifieste en la presencia femenina en los equipos, sino también en la diferencia de los salarios. Este uno de los tantos puntos que serán protagonistas bajo su mano.
El MinCiencia es el ministerio más joven, porque partió en 2018. ¿Siente que hay una deuda con el sector?
Achacarle la responsabilidad a una estructura recientemente creada es injusto. Es una deuda del modelo de desarrollo con la incorporación de la ciencia y las tecnologías. En Chile, el sistema que se ha aplicado es profundamente neoliberal y ha privilegiado ciertas ventajas comparativas de los recursos naturales y sofisticación de la producción en esa área, pero no generó un ecosistema de ciencia y tecnologías acorde al nivel que alcanzó.
Ya no nos podemos comparar con países de la OCDE, que invierten alrededor del 2,5% del PIB en el área, mientras nosotros el 0,38%. Pero aunque lo hagamos con otras naciones de niveles de desarrollo similar, como Malasia o Singapur, estamos bastante atrasados. Tenemos 1/3 de los científicos, y menos de la mitad de los recursos.
Hay una deuda de Chile con respecto a la ciencia para poder levantarla y ponerla como uno de los pilares para un modelo de desarrollo que avance hacia una sociedad más sustentable y equitativa.
Eso implica incrementar el personal científico...
Cuando hablamos de aumentar la inversión en ciencias, no se trata solamente de plata para proyectos, sino que es un incremento en la formación de recursos humanos avanzados. Doctores, magísteres, y de una mayor difusión en los colegios. Es un impacto que requiere de recursos y tiene que ver con voluntad. También con políticas específicas, con infraestructura, plataformas tecnológicas, interacción, relaciones internacionales para capturar e incorporar tecnología, con impulsar la asociatividad público-privada para atraer inversiones a estos proyectos, y también con un impulso muy activo del Estado de articular y convocar.
Cuando pensamos que basta con ofrecer exenciones tributarias, o incentivos a las empresas para que inviertan en ciencia y tecnología... esa estrategia, hasta el momento, no ha funcionado. Y los números así lo indican, porque la inversión en ciencia y tecnología tiene un carácter de riesgo muy alta. Y cuando el Estado participa y ofrece ciertas garantías, en el sentido que hay una voluntad política para desarrollar un polo determinado -como puede ser producir vacunas, hidrógeno verde (H2V), o energías limpias- y se ponen las condiciones y hace la inversión primaria, la certidumbre para los inversionistas aumenta. Y ahí se producen las grandes iniciativas público-privadas.
Confiamos que, a través de fortalecer los lineamientos del Estado, se establecen estrategias y desarrollan polos tecnológicos que requerirán de la aproximación de privados. Y en condiciones distintas eso incentivará un desarrollo que será diferente al que hemos tenido y que no nos pase lo mismo que con el salitre, el cobre o los salmones que, de alguna manera, se produjo una expansión productiva, pero no se tomaron en cuenta los impactos ambientales y sociales.
Hidrógeno verde, vacunas y planes aeroespaciales
Los planes y ambiciones no son pocas. La estrategia articulada por el Gobierno involucra a muchos más organismos además del MinCiencia. Constituyeron desde ya comités interministeriales con Economía, la Corfo, Salud, MOP y Medioambiente. Y en esa discusión se está desarrollando la línea de incorporar no solo a las ciencias, tecnología, conocimiento e innovación. “Que no solo son conceptos en el nombre del ministerio, sino que tienen implicancias distintas”, dice Salazar.
¿Cuál será el rol que jugarán los privados y la tecnología?
No puedes tener tecnología sin hacer un análisis desde las ciencias sociales de los impactos que tendría. En el caso del H2V, una de las estrategias será establecer iniciativas y no quedarse en lo teórico. Tenemos condiciones naturales excepcionales para desarrollar esta industria y que será un switch entre los combustibles fósiles hacia una nueva fórmula. Y ya hay empresas norteamericanas, alemanas y chinas interesadas en invertir en regiones con energía solar o eólica.
Lo que proponemos no es únicamente licitar para que alguien lo haga, sino que el Estado proponga una estrategia que incluya visiones de medio ambiente, al desarrollo regional, la inserción de la mujer y, de esa forma, cree las condiciones para asociarse con estos capitales para crear esta industria, pero no como una iniciativa solo de mercado, que al final no sabes a dónde te va a conducir.
Lo mismo haremos con la producción local de vacunas, donde existe interacción entre las universidades del Estado con empresas internacionales, que tienen el know-how y el interés en descentralizar. Pero aquí el Estado también participa para asegurar que se genere un ecosistema de desarrollo donde tengan espacio las startups biotecnológicas, para que las universidades también puedan escalar productos y llegar al mercado en algún momento. Queremos generar un cambio de las condiciones, que no significa solamente desarrollar una industria y que se produzcan riquezas, que se lleven gran parte y que otra quede o no con royalty o impuestos.
Intentaremos desarrollar una recuperación de las capacidades de producción del país, de la diversificación de la economía con proyectos concretos. Ahí entran las vacunas y el H2V, pero también tenemos iniciativas aeroespaciales, con la fabricación de satélites y toda la investigación que eso conlleva. La Universidad de Chile, y la FACH ya han mandado los suyos y tienen un programa exitoso, que no solo permite el monitoreo y observación, sino también adquirir datos que son fundamentales para el seguimiento del cambio climático, para los recursos hídricos, las comunicaciones, y se genera una serie de iniciativas que, desde el Ministerio, apoyaremos a través de programas específicos para la formación de recursos humanos en esas áreas. Y no que cada uno se forme en lo que quiera a través de una cuestión de mercado, donde tenemos muchos abogados y nada de ingenieros.
Queremos tener programas que conversen entre la formación de recursos humanos, y los proyectos de desarrollo que queremos impulsar, para así también nutrir esas capacidades. Eso incluye políticas para la formación técnica. Si queremos tener energías verdes, se necesitará gente que construya y luego cinco personas manejarán todo eso, pero habrán externalidades y tendremos que tener a alguien para hacer caminos, que haga casas para los que vivirán ahí, y hay que pensar en esto como el paso de un modelo de desarrollo espontáneo basado en los intereses del mercado a uno mixto, en el que el Estado condiciona ciertas cosas para un desarrollo más equilibrado.
¿Qué sucederá con la brecha femenina en el mundo de las ciencias?
La solución no es fácil, porque es un tema histórico cultural. Pero tampoco es imposible. Hace cinco años no habríamos imaginado tener una Convención Constitucional o un gobierno paritario, en el que el 60% de los ministerios están encabezados por mujeres y con una participación en muchas esferas.
Los cambios se pueden hacer cuando hay conciencia de esta enfermedad y necesidad de ejecución. Luego, debemos saber que hay temas que pasará tiempo antes que se puedan resolver totalmente. Suecia, a pesar de los impulsos, aún no lo soluciona y persisten brechas salariales del 100%, por ejemplo.
La primera medida será respetar la ley. Existen leyes nuevas que, de alguna manera, protegen a las mujeres que sufren acoso en las instituciones. Por lo tanto, tolerancia cero a quienes hayan acosado respecto a la posibilidad de acceder a fondos público para hacer investigaciones. Si una persona ha sido condenada por acoso, no podrá postular a fondos públicos para investigación porque es incompatible. Es algo que las investigadoras resienten, porque la ley no está puesta en las bases y muchas veces no se toma en cuenta en los criterios de selección.
Después, fomentaremos en las bases los sesgos para incrementar el número de mujeres participantes en los proyectos. Hay que sacarse de la cabeza la idea de que tenemos un sistema igualitario y objetivo, porque no es verdad y los criterios que miden los méritos no contemplan la diversidad que existe en los géneros y están establecidos bajo una óptica masculina. La igualdad total no sé cuándo se podrá ver, pero avanzaremos.
El desafío startup
Las startups han ido tomando un rol cada vez más relevante. Chile ha sido cuna de grandes firmas que, habiendo comenzado como pequeños emprendimientos, terminaron dando un salto internacional y transformándose en grandes referentes. Sin ser del mundo de la ciencia NotCo, Betterfly, Cornershop, Buk, Algramo, entre otras, han atraído la mirada de los inversionistas. En el mundo de las ciencias es un universo aparte. El mismo MinCiencia tiene su propia iniciativa Startup Ciencia, cuyo catálogo tiene nombres como Strong By Form, Antu Energía, o Levita Magnetics.
¿Cuál es la relevancia que le dará el ministerio a estas iniciativas y cómo las potenciará?
Una de las formas de hacer este cambio cultural y transformarlo en una sociedad basada en conocimiento, pasa también por generar condiciones para las iniciativas individuales. Existe una visión pública respecto a establecer los nichos, pero también un fomento a las capacidades e iniciativas grupales más pequeñas. Las startups representan eso. Hay una nueva generación de jóvenes que se han formado con una cultura distinta. Y hay muchísima más motivación en buscar soluciones concretas a través de utilizar ingeniería, ciencia o tecnología.
Hay varios de esos talentos y la sociedad está un poco atrasada, porque en general la economía en Chile no se ha basado en el fomento de este tipo de industrias, sino que más que nada a la tradicional: a la especulación de capitales, a los negocios inmobiliarios o commodities. Y el cambio es complementario. Que haya mayor esfuerzo desde lo público para articular y brindar nichos de oportunidades, y que estos nichos tengan espacios para las startups.
¿Qué programas o estímulos pretenden lanzar o fortalecer?
Dentro de nuestro programa tenemos fomento a startups y lo vamos a incrementar, pero también está la Corfo y sus iniciativas. No ha habido ningún programa de incentivo a estas pequeñas compañías, que están formadas por 10 o 15 personas, con una tecnología poderosa pero que tiene ventas pequeñas, porque aún no se ha insertado en el mercado.
Tendremos que buscar programas junto a Corfo que otorguen oportunidades para superar eso que llamamos “El valle de la muerte”, que es cuando tienes una tecnología, debes hacer un prototipo y probarlo en un contexto de realidad y requiere de financiamiento. Si no está eso, sea público o privado, no hay forma de dar ese salto.
Hay que crear una cultura de inversión, que está mucho más desarrollada en EEUU y Europa, donde hay mucho capital de riesgo. Tenemos que buscar eso y generar más apoyo público para las startups. Y lo requieren porque son inversiones de riesgo. No tienen que tener el mismo carácter de un contrato para levantar un puente, que planeas cuánto costará y cuándo se entregará. Acá alguien quiere inventar algo, pero puede que no resulte. Y si resulta, los impactos van a ser mayores.
Es suficiente con que dos le peguen el palo al gato y generen un retorno muchísimo mayor. Ese tipo de incentivos no son solamente centralizados a través de concursos desde la ANID o la CORFO, sino también a través de fondos de apoyo a instituciones, a universidades y a institutos de investigación, para que ellos también tengan sus propios programas. Tienen que estar más cerca de los innovadores que el Estado, que está muy lejos y tiene pocas capacidades de discriminar entre un proyecto con potencial revolucionario. Mientras más cerca estén las universidades o los departamentos, es más fácil impulsarlas. Por eso queremos hacer fondos basales para apoyar el patentamiento, la innovación y las startups, con programas que apoyan las universidades y centros tecnológicos.
¿Cómo empujarán ese apoyo en términos presupuestarios?
Hay que entender que estamos en un trabajo frenético por proponer al Gobierno un aumento presupuestario que no se ha visto en los últimos 20 años. Por lo tanto, hay muchos elementos regulatorios legales, que a veces hacen que la cosa no sea solamente voluntad política. Hoy día la voluntad política y el mandato presidencial está en aumentar el presupuesto. Pero tenemos que decidir en qué, cómo, cuándo y a quiénes.
Hay muchas iniciativas en los jóvenes en generar soluciones, y que tienen el modelo startup. Las vamos a promover e impulsar y, probablemente en esa acción, vamos a poder conocer mayor detalles y ejemplos que sirvan para graficar el impulso. Por ahora estamos recién empezando la línea base, y es mejor esperar a que nuestras acciones promuevan la generación de múltiples startups y ahí sí vamos a decir que estas se generaron gracias a las iniciativas que impulsamos.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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