Nuevo iPhone llega a Chile en medio de escasez de chips
La preventa del iPhone 13 parte hoy y los aparatos estarán disponibles desde el viernes 29, mientras la falta de chips golpeará la producción de teléfonos de Apple así como también a industrias como las de los videojuegos y computadores. ¿Cómo se llegó a esta crisis? ¿De qué manera afectará a los productos tecnológicos que compramos? Acá te lo contamos.
Un mes y medio. Ese es el lapso de tiempo que habrá entre el anuncio del nuevo iPhone 13, en un evento realizado el 14 de septiembre pasado, y su llegada a Chile, a partir del próximo viernes 29. Hoy partió la preventa de aparatos en distintas compañías telefónicas, retail y empresas, y como suele suceder con cada lanzamiento de Apple, hay expectación.
La preventa del iPhone 13 comienza hoy en Chile y los valores del equipo van desde los $879 mil hasta $1.440.000. El modelo Pro parte en $1.099.992 y alcanza $1.590.000. El Pro Max, que es la versión más avanzada en su línea y que incluye modo ProMotion, con el que la pantalla se adapta y adquiere mayor o menor tasa de refresco según sea necesario, tiene valores entre los $1.440.000 y $1.749.996. La versión más económica la Mini, a $780.000 hasta $1.099.992.
“Hoy los usuarios buscan dispositivos con múltiples herramientas y funcionalidades, que respondan a diversas necesidades e intereses. En el caso del último lanzamiento de Apple, encontramos características como durabilidad, capacidad y múltiples cámaras, lo que permite a los usuarios utilizar el celular con propósitos muy distintos”, dice Felipe Gómez, director de Marketing y Desarrollo de Claro Chile. “Estamos muy contentos de traer a los nuevos integrantes de la familia iPhone. En ese sentido, como compañía, trabajamos para que nuestro portafolio responda a las necesidades de todas las personas”, añade el ejecutivo.
Pero esta nueva versión de iPhone viene acompañada de un problema severo: la escasez de chips. Cada vez más compañías están desarrollando artículos con tecnología, y con una demanda y hábitos de consumo que superan las expectativas, las firmas fabricantes de insumos como chips no están dando abasto. Algo que está afectando a computadores, smartphones y videoconsolas, que son los casos más vistosos del último tiempo, pero también a la industria automotriz, por ejemplo. En pocas palabras, la cadena no estaba preparada para este momento y estamos viendo las consecuencias.
Los primeros indicios, o que acusaron públicamente a la crisis, vinieron con el alza de los precios en las tarjetas gráficas y su escasez. Algunos dijeron que era culpa de los gamers y la constante actualización, pero pegó fuertemente el minado de las criptodivisas, que se está masificando con fuerza. Otra señal la dio Apple mismo, cuando con el lanzamiento de su iPhone 12, a finales del año pasado, tuvo que hacerlo de forma escalonada. Y quizás la más bullada, porque su audiencia es muy grande en las redes sociales, fue la de las consolas. A fines de 2020, Sony pudo apenas cumplir con el lanzamiento de su PS5 y algo similar le sucedió a Microsoft con su nueva serie de Xbox, con las cuales aún se proyectan problemas en stock hasta 2022.
Se esperaba que, con el fin de las cuarentenas, se pudiera retomar la producción y así se quitara un poco de presión a las distintas industrias, pero la gran problemática es que los hábitos de los consumidores y las necesidades de las empresas ante sus lanzamientos más recientes van unos cuántos pasos más adelante que sus proveedores. Incluso, algunas se han dedicado a firmar acuerdos de exclusividad con compañías que le aseguren insumos, como Sony con AMD para su nueva tanda de PS5.
Gigantes como Intel o Toshiba ya proyectan que la crisis de los chips se extendería hasta 2022, a finales de año, pero incluso la demanda de las mismas compañías no podría verse cubierta sino hasta 2023 y así se vería afectada toda la cadena hasta los usuarios. Pero también las hay aquellas que, para suplir las carencias en el medio, entendiendo que firmas productoras de componentes pueden tener varios clientes, han optado por fabricar sus propios semiconductores, como Samsung.
Pero aún así, cuando pueden crear sus propios chips, hay otros elementos que van mucho más a la raíz del conflicto. Según ha desarrollado Bloomberg en diversos artículos, todo se debería a la escasez de controladores de pantalla, más que de semiconductores en sí.
Su valor, que bordea el dólar, no es el conflicto, sino que las empresas productoras de este suministro no dan abasto. Entonces, así como sucede en distintos sectores, si falta una pieza dentro de todo el organismo, este no funciona y las grandes compañías, como podrían ser Sony, Apple, Tesla u otras que se han visto en esta encrucijada, deben reducir su ritmo de producción hasta poder tener todos los materiales.
El caso de Apple
En esta carrera de cumplir con la demanda de los consumidores y, al mismo tiempo, mantener las metas de producción, las compañías se han visto contra las cuerdas y han tenido que realizar estrategias acorde a la situación actual. Por ejemplo, en el caso de Sony, la empresa no tendría stock suficiente de su más reciente consola sino hasta 2022, pero durante ese mismo año comenzaría a realizar una nueva versión de la misma. De esta forma, hay quienes cuestionan si las medidas para reabastecerse de semiconductores lo son realmente para cubrir todo lo que no han podido vender en estos meses, o apuntarían directamente a las nuevas generaciones.
El caso de Apple es trivial. Para su evento anual, la compañía de Cupertino, según han consignado distintos medios especialistas internacionales, estaba ante diversas dudas con respecto a sus productos. Y claro, por la misma problemática de los insumos. Se decía que el anuncio de su Apple Watch Series 7 podía retrasarse, pero finalmente no fue así. Pero donde sí se verá afectada la empresa norteamericana es en stock disponible a los usuarios de su iPhone 13. Según informó Bloomberg hace unos días, la empresa fundada por Steve Jobs reduciría su producción anual estimada de 90 millones de teléfonos, a unas 10 millones de unidades, llegando al 11% de lo proyectado.
Primero se dijo que se retrasaría los envíos de algunos equipos, pero finalmente se hizo público que, debido a la escasez de semiconductores, la compañía producirá menos equipos de los planificados. Eso, al menos en lo que queda del año, justo en la antesala de uno de los períodos de mejor venta para las tecnológicas, como lo es Navidad.
El gran motivo es porque Texas Instruments, que le entrega piezas de pantalla a Apple, y Broadcom, que facilita componente inalámbricos, tendrían problemas para entregar la cantidad de recursos suficientes. Además, por ejemplo esta última, no tiene grandes instalaciones propias y funciona a través de terceros asiáticos que fabrican semiconductores. Eso sí, la compañía estadounidense de la manzana trabaja con otras empresas para realizar otros procesadores de algunas de sus series y que no correrían peligro alguno.
A pesar de la crisis, la firma encabezada por Tim Cook realizó esta semana una nueva jornada de lanzamientos, en la que mostró una nueva línea de MacBook y una renovada versión de sus AirPods que algunos esperaban para septiembre. Pero los detalles realmente relevantes vinieron de la mano de sus nuevos chips M1 Pro y M1 Max, a un año de revelar sus chips M1 y en los que invirtieron gran parte de su presentación.
Fue justamente para las nuevas versiones del MacBook Pro, en 16 y 14 pulgadas, respectivamente, que debutan los nuevos procesadores de la compañía de Cupertino y que son los primeros para usuarios profesionales hechos por la compañía. El primero, el M1 Pro, cuenta con una CPU de hasta 10 núcleos y con una GPU de hasta 16, con una memoria unificada de 32 GB (duplicando al M1 de 2020) y ancho de banda de memoria de 200 GB por segundo, tres veces más que su antecesor.
En cuanto al M1 Max, hermano mayor del M1 Pro y del M1, trae un soporte de 64 GB de RAM, un ancho de banda de memoria de 400 GB por segundo, CPU de 10 núcleos y GPU de hasta 32. Como gran novedad, ambos consumirían un 70% menos de energía que otros dispositivos.
Más allá de las renovaciones técnicas de cada uno de los procesadores, la compañía de Cupertino desafía la aparente crisis y aún así opta por nuevos desarrollos. En cuanto a los nuevos AirPods, anunciaron una tercera generación de sus audífonos, esta vez con tallos cortos, son Spatial Audio, nuevo contorno en el directo y que lleva el audio directo a los oídos. Esta vez, los dispositivos traen seis horas de autonomía y un solo minuto de carga significa cinco horas de funcionamiento.
A estos sumaron tres nuevos colores para sus Homepod Mini y un nuevo plan de Apple Music, que la misma compañía dijo era el más barato de su plataforma (US$4.99 mensual) y que está centrado en la integración con Siri.
Este evento, que reunió en el Teatro Municipal de esa ciudad a expositores de distintas soluciones tecnológicas -entre ellos, Kinesix VR, Zeus y Huawei, partners de Claro empresas- fue también el punto de partida para la nueva Corporación de Innovación y Desarrollo Sostenible de la Ciudad Jardín.
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