En 2019, los fundadores de Saluta estaban listos para lanzar oficialmente su creación: una plataforma propia pensada para que, a través de telemedicina, los adultos mayores pudieran acceder a especialistas de salud mental sin tener que preocuparse por movilizarse o por que alguien los acompañara.

El estallido social retrasó su puesta en marcha y luego la pandemia haría que esta innovadora solución pasara a ser la respuesta lógica de la mayoría de los centros de salud del mundo. Bajo ese contexto, Saluta conservó el objetivo de democratizar el acceso a salud mental, pero amplió el foco de su público a todas las personas que lo necesitaran.

“Antes de la pandemia ya teníamos en mente la telemedicina, porque siempre pensábamos que era una herramienta muy potente para poder dar acceso a personas que están en lugares más lejanos. Vemos con muy buenos ojos que esto se haya expandido y que se esté entendiendo el valor que tiene, pero creemos que aún tiene mucho más potencial”, dice Sara Nazal, actual Directora de Administración y Finanzas de Saluta y quién cofundó la empresa junto a sus socios colombianos Luis Alberto Hincapié, Mauricio Bonilla, Mateo Becerra y Jesús Goenaga.

Con su plataforma de telemedicina ya consolidada, Saluta se encuentra en un proceso de seguir introduciendo innovación tecnológica a sus servicios. Por lo mismo, hace algunas semanas lanzó su app, disponible por el momento solo para Android, que busca complementar y potenciar las terapias de salud mental.

Dentro de sus funciones, la aplicación cuenta con un chat que funciona 24 horas, donde un paciente puede buscar contención de un psicólogo ante situaciones específicas. “Hay muchas personas que tienen problemas de ansiedad y si reciben una ayuda, consejo o escucha inmediata, eso puede ser mejor a que no reciba nada y que termine haciendo crisis y teniendo que ir a terapia”, explica Nazal.

Una de las posibilidades en ese chat es que el especialista derive al paciente a algunos de los videos disponibles en la aplicación, que sirven para introducirse en temas como mindfulness, respiración guiada, u otros, y que pueden servir para sacar adelante una situación emocional específica.

En este mismo ámbito, Saluta se encuentra trabajando en asociación con la Universidad de San Buenaventura de Colombia para desarrollar un mecanismo de inteligencia artificial que pueda ser parte del chat y clasificar los problemas de los pacientes y derivarlos. Incluso, en los casos más simples, la IA podría entregar directamente algún tipo de apoyo.

Esto se concretaría a través de un algoritmo que fue desarrollado durante el año pasado y que ahora está siendo poblado con la información que se extraiga de los primeros meses de uso de la aplicación. “La idea nunca es reemplazar ni al psicólogo ni al psiquiatra, para nosotros ellos son la base de todo el proceso terapéutico que las personas requieren. La tecnología es el complemento y el apoyo para poderlo hacerlo más masivo y más barato”, dice Nazal.

Aunque en este momento su uso es liberado, Nazal adelanta que próximamente la app funcionará a través de planes que, según su costo, entregarán distintas posibilidades a los usuarios, aunque la idea es que se mantenga una opción gratuita.

Además, actualmente Saluta está empezando a comercializar un programa de bienestar para colaboradores de empresas que se basa en la aplicación pero que también incluye otras prestaciones. La idea es que las compañías contraten el servicio y paguen una tarifa por cada empleado, que tendrá a su disposición el uso de la plataforma cuando lo estime necesario. Adicionalmente Saluta complementa este apoyo con charlas y talleres creadas a la medida de las necesidades de la empresa.

Actualmente, Saluta está funcionando en Chile y en Colombia, pero ya tiene en el horizonte a México y España como las dos primeras paradas de un plan que contempla a toda Hispanoamérica.

“Nuestro objetivo es llegar a todos estos países con este ecosistema porque vemos que el problema de la salud mental es un problema gigante que, a pesar de que quizá ahora está más abordado después de la pandemia, todavia hay muchísimo por hacer y creemos que la tecnología es una súper herramienta para hacer que las personas puedan acceder a precios bajos”, dice Nazal.

Este último punto, el económico, es uno de los pilares de Saluta, que en Chile ya está certificado con Fonasa. “No fue fácil conseguirlo, pero para nosotros era algo que teníamos que hacer sí o sí y que estamos orgullosos de haber logrado. Hoy nuestros pacientes se pueden atender con bonos Fonasa, lo que hace que la gente pague un copago bastante bajo”, explica la fundadora.

La ambición por expandirse lo más posible se justifica por lo que está significando hoy en día la salud mental. La OMS pronosticó que este ámbito sería el mayor problema de salud para 2030 y al mismo tiempo, Nazal cuenta que hay estimaciones de que aproximadamente 3 de cada 4 persones que padecen de este tipo de condiciones no van a tratamiento. Además, la pandemia puso en evidencia que son muchas las personas que tienen que lidiar con este tipo de problemas.

“Creo que la salud mental siempre ha sido un tremendo tema y siempre ha estado presente pero por mucho tiempo fue muy tabú”, señala Sara Nazal y agrega: “Creemos que nuestro propósito de que la gente pueda acceder a salud mental es muy relevante porque tú te das cuenta de la diferencia entre una persona que vive con un determinado problema, y que por tanto no puede desarrollar su potencial al máximo, versus una persona que aprende a manejarlo a través de terapia”.

Convencidos del rol que pueden llegar a jugar en los próximos años, la empresa se dispone a abrir una nueva ronda de financiamiento que buscará levantar US$600 mil, que serán destinados en concretar la expansión a otros países y a seguir desarrollando su app.