Decir adiós a una empresa exitosa como Cornershop no es una decisión fácil. A pesar de eso, Daniel López y Teresita Romo tomaron el riesgo al decidir fundar “Sotos”, una startup que apunta a revolucionar el mercado de ropa usada en Chile y México.

Inspirados en populares plataformas como Depop, Grailed o incluso StockX, la iniciativa creada por el chileno y la mexicana busca entregar seguridad y confianza en un sectores que, generalmente y particularmente en los últimos años, ha operado de manera irregular o informal.

Antes de fundar Sotos, ambos cofundadores desempeñaron roles clave en Cornershop, la otrora reconocida startup de entregas a domicilio. Daniel López trabajaba como, entre otros puestos, head of brand, mientras que Teresita Romo ocupaba el puesto de country manager en Canadá. En 2019 Cornershop fue adquirida por parte de Uber; en 2023 ambos dejaron la empresa y decidieron aplicar su experiencia en el mundo del e-commerce a un nuevo mercado.

Daniel López, cofundador del proyecto, lo resume diciendo que son “un marketplace donde conectamos a los compradores con los vendedores”. Además, el CEO destaca que, así como sucede con otras plataformas, ellos no manejan nunca directamente la mercancía, sino que solo permanecer como intermediario entre las partes. “El producto no llega nunca a Sotos y queremos formalizar un mercado que es súper informal”, plantea.

El crecimiento del mercado de los artículos de segunda mano, impulsado por las cada vez más populares tendencias de consumo responsable y sostenibilidad, se abrió la oportunidad para que Romo y López aprovecharan. Considerando que generalmente estos artículos se venden principalmente en en plataformas como Instagram y el marketplace de Facebook, la informalidad trae problemas de seguridad y falta de garantías para los compradores.

En ese sentido, sugieren, Sotos se presenta como una solución. “Conectamos a alguien que quiere vender prendas con alguien que quiere comprarlas y les damos las herramientas necesarias para que esto sea seguro, bacán, buena onda, una experiencia genial”, añade López.

Desde sus primeros pasos, el equipo detrás de Sotos tuvo claro que su apuesta sería exclusiva para dispositivos móviles. De hecho, ambos aseguran que “tenemos una aplicación móvil para iOS y para Android, pero no tenemos versión web todavía, porque creemos que este mundo vive en lo mobile-first”.

Este enfoque, dicen, les permite centrarse en un público que hace la mayor parte de sus compras desde sus celulares. Esto no solo optimiza la experiencia de usuario, sino que también alinea la plataforma con las tendencias tecnológicas de hoy en día.

La aplicación, aclaran, está desarrollada en React Native, un framework que facilita el desarrollo de aplicaciones móviles para varias plataformas de forma simultánea. En cuanto al backend, la infraestructura de Sotos se apoya en Python y Django, garantizando “un sistema ágil y flexible” para manejar el eventual y creciente número de usuarios y transacciones.

”Queremos que la experiencia de compra sea tan sencilla como comprar algo nuevo en retail, pero con ropa de segunda mano”, comenta Teresita Romo, cofundadora de la startup. Y es que la complejidad de las transacciones de artículos de este tipo a menudo resulta un obstáculo para los usuarios. En Sotos quieren simplificar todo el proceso y ofrecer la seguridad que otras plataformas no pueden garantizar, así como también ahorrarse situaciones como encuentros concertados con supuestos vendedores y que estos finalmente no aparezcan.

Uno de los principales diferenciadores de Sotos es el enfoque en la seguridad de las transacciones. A diferencia de otras plataformas de compraventa, no permiten que el dinero llegue al vendedor hasta que el comprador haya confirmado la recepción y tenga conformidad con el producto. “El dinero no nos llega directamente a nosotros, sino que se mantiene retenida en Sotos hasta la confirmación”, detalla López sobre el proceso. Por lo tanto, en caso de existir algún problema con una prenda, el comprador tiene un respaldo y la transacción puede revertirse si es necesario.

Si bien los artículos no llegan nunca a Sotos, los ejecutivos aseguran que sí trabajan en una eventual futura implementación de sistema de verificación, similar al utilizado por StockX. Este servicio permitirá, por un costo adicional, que los compradores confirmen la autenticidad de prendas de alto valor.

“Si te estás comprando un polerón Comme des Garçons de una colección del año noventa que vale US$700, quizás pagues $10 mil extra para que te lo verifiquemos”, explica López. Eso sí, la herramienta podría ser añadida cuando la plataforma se haya consolidado en su base de usuarios y se haya comprobado su viabilidad.

Teresita Romo también enfatiza en la importancia del servicio al cliente como una herramienta para garantizar la satisfacción de los usuarios en caso de que haya algún problema con las prendas. “Queremos responder con muy buen servicio, en tiempos de respuesta, por ejemplo, en caso de que tengas un problema de este estilo, porque entendemos que la experiencia de compra debe ser completa”, dice Romo. Este enfoque es clave para la startup, entendiendo que quieren diferenciarse entregando no solo una aplicación segura, sino también entregándole la propia confianza a los eventuales compradores.

Lanzada en versión beta hace unas semanas, la aplicación de Sotos está en constante evolución. La iniciativa no solo se enfrenta al desafío de construir una comunidad de usuarios en Chile, sino también de perfeccionar el producto a partir del feedback de sus primeros usuarios y así asegurar su potencial.

“Esta es la peor versión que va a ver el mundo”, comenta entre risas Teresita Romo. “Sabemos que tiene que ir mejorando y, ya no más con una semana de estar con ‘beta testers’, hemos aprendido mucho y le hemos arreglado un montón de errores”, añade la cofundadora sobre el proceso de crecimiento y ajuste que atraviesa la plataforma.

Además, Romo confirma que esperan expandirse a México a finales de 2024. Si bien la operación en el país norteamericano replicará en gran medida el modelo chileno, algunas adaptaciones serán necesarias para alinearse con las particularidades de ese mercado. “Vamos a integrar envíos locales a través de un API que agrupa a todos los sistemas de envío, lo que va a facilitar la experiencia para los usuarios”, explica la ejecutiva.

Si bien reconocen que existen otras plataformas similares en el mundo digital, ambos afirman que crearon su plataforma sin pensar en la competencia ni en cómo diferenciarse de esta, sino en poder cumplir y cubrir una necesidad hacia los usuarios y que se mantiene latente.

A largo plazo, no descartan explorar nuevos mercados y mejorar sus servicios. Desde la integración de nuevas funcionalidades, como la implementación de modelos de negocio adicionales, como la consignación, la startup mantiene una mentalidad abierta orientada hacia la innovación.

“Paralelamente, vamos a trabajar en mejorar el producto, en poner más capas de seguridad, sistemas de verificación o nuevos modelos de negocio incluso: si queremos hacer consignación o poner una tienda física, ponte tú en el futuro, o sacar una línea de ropa, todo ese tipo de cosas, vamos a pensarlas cuando llegue el momento”, menciona López entre risas, dejando claro que las posibilidades son amplias.

Para Romo, este es solo el comienzo. “Aunque ya tenemos una app, esta es la versión más básica: todavía tenemos miles de features anotados de cosas que queremos hacer después”, comenta Romo, mostrando que Sotos sigue siendo una plataforma en crecimiento. A medida que se expandan a nuevos mercados y sigan innovando, Sotos promete seguir evolucionando y ofreciendo una experiencia de compra única para sus usuarios.

Para descargar la aplicación en Android y iOS, deben de acceder al sitio web de Sotos.