Tecnología IoT: la tendencia mundial que están adoptando las empresas

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El concepto “Internet de las Cosas” comienza a repetirse en boca de todos los negocios. Una agrupación e interconexión de dispositivos y objetos a través de una red, donde todos ellos podrían ser visibles e interaccionar.


Desde hace un tiempo que los objetos inteligentes se han posicionado en el mercado. La llegada de asistentes como Google Home o Alexa, que permiten dar órdenes a una casa moderna a través de la domótica, es un ejemplo de ello. Sin embargo, estos avances no solo se pueden implementar en el hogar, también ocurre en las empresas, al interior y exterior de las oficinas, gracias al Internet de las Cosas (IoT, sigla en inglés de Internet of Things).

Según explica Nicolás Silva, director de tecnología de Asimov Consultores -empresa especializada en desarrollo de software, visualización de datos e inteligencia artificial-, el término IoT representa una red de objetos físicos, como electrodomésticos, vehículos o máquinas, que están conectados a internet y poseen sensores que les permiten entregar información o interactuar con otros dispositivos.

En Nueva York, por ejemplo, destaca la empresa BigBelly, que partió como un proyecto universitario y se fundó como una pyme en el año 2003. El objetivo de la iniciativa era transformar el rubro de la recolección de basura, optimizando sus recursos, volviéndolo más eficiente e inteligente. La compañía surgió cuando sus socios fundadores, entre ellos Brian Phillips (actual director y CEO de BigBelly), identificaron que muchas veces las empresas recolectoras desperdiciaban tiempo y recursos en ir a recoger los residuos de basureros vacíos o, por el contrario, llegaban demasiado tarde, cuando estos ya rebalsan su espacio.

Por eso crearon contenedores que visualmente son un basurero normal, como los que están en Times Square (y que se ve en la imagen principal de esta nota, de la página oficial de BigBelly), pero los diferencia que en su interior poseen sensores capaces de monitorearlos y enviar notificaciones a los trabajadores, para que estos sepan el momento preciso en que ya es necesario vaciar su contenido. Estos sensores se cargan con energía solar, por lo que siempre envían información a la nube, aun cuando el día esté nublado.

Granjas inteligentes

Nicolás Silva, director de tecnología de Asimov Consultores, explica que el IoT se explica de una forma muy sencilla: “Son dispositivos que tienen capacidad de obtener información desde internet y con ella realizan acciones programadas. Muchos electrodomésticos y máquinas, actualmente, incorporan la opción de conectarse a internet y ser ‘programables’, por lo que es probable que muchos ya tengamos este tipo de sistemas en nuestros hogares”.

Para entender, Silva pone un ejemplo: “Hoy existe iluminación inteligente en algunos hogares, esto también es IoT. En estos casos, uno puede elegir a través de la programación de sensores, que las luces se enciendan o apagan cuando amanece o anochece”.

Las herramientas IoT se han ido convirtiendo en tendencia a nivel Internacional, Incluso, BigBelly ya aterrizó en Chile.  Esto ocurre, según detalla Silva, porque los precios de los dispositivos “han disminuido y cada vez se acercan más a los bolsillos de la gente y de las empresas”.

Un dato interesante que explica por qué las empresas han migrado a sistemas IoT, es que la automatización con el uso de sensores conectados a la nube, permiten facilitar la ejecución de ciertas tareas que permiten desocupar a una persona de funciones que ahora puede hacer un sensor, optimizando su tiempo, incluso cuando este trabajo se ejecuta fuera de la conectividad propia de un espacio como la oficina: “Existen granjas inteligentes, donde las cosechas se hacen en el tiempo óptimo, gracias a los sensores que se instalan en cada una de las siembras”, puntualiza el experto.

Un ejemplo en Chile

En este contexto, una empresa chilena ya se inició en el uso de IoT y se extendió hasta Perú gracias a eso. Se trata de BeeWaze, una startup dedicada a la apicultura sostenible. Su cofundadora, Mónica Herrara, dice que la muerte de las abejas es un problema mundial, pero en Chile -especialmente- afecta porque “el 80% de la fruta que exportamos depende de la polinización de las abejas y, ante ese problema, junto a un equipo de trabajo, comenzamos a implementar sensores en los panales para cuidar mejor nuestra apicultura”.

Dichos sensores avisan a los apicultores las condiciones climáticas para que puedan prepararse ante las variaciones en la temperatura ambiente, los fuertes vientos u otros fenómenos asociados a las consecuencias del cambio climático. Asimismo, notifican en sus celulares panales están cargados de miel, para hacer más fácil la recolección del producto ahorrando el paso de ir a revisar diariamente el estado de las colmenas.

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