En el primer semestre, la gestión del gobierno de la canciller alemana Angela Merkel en la pandemia fue celebrada y reconocida como un éxito y un ejemplo para todo el mundo. Pero ante el recrudecimiento de una segunda ola que ya ha probado ser peor que la anterior, las autoridades tienen más problemas para decretar medidas drásticas. El duro golpe a la economía, el temor a la recesión, el cansancio de la ciudadanía y la sensación de que el final está a la vuelta de la esquina, gracias a las vacunas, conspiran contra ello. Alemania, la economía más grande de Europa, registró ayer jueves un récord de contagios diarios, con 23 mil 679 casos. Ahora las autoridades urgen a la población a limitar sus viajes y reuniones para Navidad, cuando, como todo el mundo, se espera la ocurrencia de múltiples situaciones de riesgo de contagio. El director del instituto a cargo de las cifras oficiales dijo que los contactos personales debían bajar en un 60 por ciento para poder disminuir considerablemente la cifra de casos. El miércoles, la canciller Merkel hizo un emotivo llamado público para adoptar en un confinamiento más efectivo, apuntando a que las vacunas no tendrán impacto en la primera parte del año. ¿Cómo enfrenta Alemania esta segunda ola en comparación con la primera?