El mandatario brasilero hizo noticia a principios de la crisis por negar la gravedad de la pandemia, con declaraciones que iban de lo excéntrico a lo derechamente irresponsable. En estos meses, dos ministros de salud han renunciado. En su reemplazo, interinamente, Bolsonaro optó por nombrar a un general del ejército en servicio activo.
El enorme costo humano de la pandemia en ese país, y la crisis económica que le sigue, se suman a otra crisis para Bolsonaro: las investigaciones judiciales que se siguen contra él y contra algunos de sus cercanos y que, eventualmente, podrían derivar en un juicio político.
En medio de todo, Bolsonaro insiste en sus posturas negacionistas y presiona a gobernadores y alcaldes para que reactiven las actividades económicas aún cuando las cifras de contagio y muerte siguen en las nubes.