Era el plazo fatal que apuraba a los equipos negociadores buscando un acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido antes del 31 de diciembre. Si ambas partes llegaban a 2021 sin un trato, se advertía, las consecuencias serían durísimas. Al fin, hace unos días, se anunció que, al fin, se había llegado a un entendimiento. El gobierno de Boris Johnson celebró el éxito y para los británicos el Año Nuevo llegaría con abrazos de alivio. Salvo por un par de “detalles”. Las omisiones y algunos importantes asuntos que quedaron pendientes garantizan que, en esta larga teleserie llamada Brexit, el capítulo de estos días está lejos de ser el final.