La magnitud de la crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus se traduce día a día en números de fallecidos, enfermos graves y personas fallecidas. Otros números grafican el otro efecto dramático del problema: la dura crisis económica desatada por el virus y su implacable avance en Chile. En lo que de algún modo fue la consagración del sombrío panorama que ya venía dibujándose, ayer, el Banco Central volvió a reducir su proyección, previendo una caída brusca en la economía chilena.
En la presentación de su Informe de Política Monetaria, Ipom, el Central estimó una contracción del Producto Interno Bruto de entre el 5,5% y el 7,5%. Eso marcaría el peor rendimiento en los últimos 35 años. Fue una corrección a la baja desde su proyección de marzo, cuando se asumía que el impacto de la pandemia en nuestro país sería menos duro. Hoy se proyecta una fuerte caída en la inversión y en la demanda interna, un fuerte aumento del desempleo.
Los números anticipan un panorama desolador en cuanto a aumento de la pobreza y la desigualdad.¿Qué rol le cabe a autoridades y parlamentarios frente a este panorama? ¿Qué impacto tendrá el acuerdo alcanzado por gobierno y oposición en torno al plan de emergencia para enfrentar los efectos de la crisis?