Ayer por la mañana, el ministro de Hacienda Mario Marcel comenzaba el día con una cifra que coronaba una sucesión de buenas noticias económicas: una variación sorpresiva de la inflación, de -0.21 % , según informó el Instituto Nacional de Estadísticas. Muy por debajo de la proyección de 0.3% que hacía la Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central y de 0.4% de la Encuesta de Expectativas Económicas.

Pero horas después, otra sorpresa le amargó el día. A él y al resto del gobierno. Pasado el mediodía, la Cámara baja votó la idea de legislar sobre un proyecto fundamental para los planes de la administración del presidente Gabriel Boric: la reforma tributaria.

Contrario a los cálculos que hacía el gobierno, que proyectaba una aprobación por estrecho margen -pero aprobación al fin y al cabo- la votación fue adversa. La abstención de tres diputadas de izquierda privó al oficialismo de la mayoría, y la idea terminó siendo rechazada.

La explicación puede estar en un hecho aparentemente no relacionado: el altercado del martes entre la diputada ecologista Viviana Delgado con el ministro de Educación -quien ayer fue criticado desde el propio gobierno-, que derivó en que la parlamentaria dejara la sala a la hora de votar, seguida de las diputadas Pamela Jiles y Mónica Arce, según explicaron, en solidaridad.

Pero más allá del cómo, lo que quedó fue el qué.

El rechazo supuso el golpe legislativo más duro para el gobierno, y para el propio Marcel.

El experimentado periodista económico Julio Nahuelhual, de Pulso de La Tercera, ha seguido con atención el devenir del proyecto de la reforma tributaria, su recepción en el sector privado y en los mercados y la gestión del propio Mario Marcel. Con él hablamos en el episodio de hoy.