Hasta hace tres semanas, el gran problema del metro era que demasiada gente lo ocupaba al mismo tiempo. Tradicionalmente querido y valorado por la ciudadanía y motivo de un orgullo casi chauvinista cuando se lo comparaba con el de otras capitales, Metro de Santiago ha sido además celebrada como un ejemplo de empresa pública eficiente. Luego, a mediados de octubre, sucedió lo que todos sabemos: el alza de $30 en la tarifa de hora punta, las evasiones masivas, el descontento de muchos usuarios y, la noche del 18 de octubre, el ataque incendiario contra varias estaciones de manera simultánea. Mientras la Fiscalía aún investiga esos ataques, el Metro de Santiago ha trabajado para reabrir en parte su red. En Crónica Estéreo echamos un vistazo al estado de las cosas en el Metro hoy y a la situación de uno de los grupos de santiaguinos que han sufrido de cerca todo esto: sus trabajadores.