EEUU: Ahora el coronavirus es un asunto político

La llaman “La Batalla por Reabrir América”. Y la batalla pertenece a una guerra que ha definido y polarizado la política estadounidense en las últimas décadas. La llamada “guerra cultural”, donde las posturas de liberales o progresistas y conservadores o libertarios se enfrentan en asuntos como el aborto, el control de armas o el derecho a portarlas y el rol que le cabe al gobierno en la sociedad y en la vida de los ciudadanos. Una guerra agria, beligerante, cuya máxima expresión de conflicto, agitación y subversión de las instituciones está instalada en la oficina principal de la casa de gobierno.

En los últimos días, manifestaciones de centenares de personas en varias ciudades de Estados Unidos dejó clara la profundidad de la división y la peligrosidad del conflicto. Lejos de restarle protagonismo, la pandemia más importante de la historia mundial reciente ahora sirve de decorado de fondo para la una nueva batalla. La Batalla por reabrir aquello que los estadounidenses llaman “América”.

En la Casa Blanca el presidente Donald Trump tuiteaba en apoyo de los manifestantes contra el gobierno estatal… y contra medidas que su propia administración ha dictado o recomendado. El fin de semana quedó claro que un Trump atribulado por la profundidad de la crisis económica y por las críticas a su errático manejo de la emergencia, ya encontró su papel en el juego. Ya resolvió cómo ser el líder del descontento y culpar a otros de sus errores.

¿Qué consecuencias puede tener la politización de la crisis del coronavirus en Estados Unidos?