Hoy miramos a Argentina como ejemplo de un país polarizado y dividido por una brecha que se ha dado en llamar “la grieta”. Pero ese mismo país se erigió en un momento como un ejemplo de todo lo contrario: usar los mecanismos formales de la democracia y la justicia para llegar a un gran consenso en torno a un tema delicado, como fue juzgar a los comandantes de las juntas de gobierno que administraron una dictadura que había terminado hacía apenas dos años. En 1985, el Juicio a las Juntas Militares sentó en el puesto de los acusados a los jerarcas de la dictadura argentina que se extendió desde 1976 a 1983.
Impulsado por el presidente Raúl Alfonsín, el proceso estaba basado en el contundente informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, CONADEP, creada por iniciativa del propio Alfonsín en 1983 y encabezada por el escritor Ernesto Sábato. Se trató de un juicio oral y público seguido por todo el país, que fijó en la memoria de los argentinos la historia de lo sucedido en los años de la represión. Los comandantes Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera, del Ejército y de la Armada, respectivamente, fueron condenados a prisión perpetua, mientras que otros líderes recibieron condenas menores y otros, como Leopoldo Galtieri, fueron absueltos.
Se trata de una historia que los argentinos estarán revisitando dentro de pocos días, cuando se estrene la película “Argentina 1985″, una producción de Amazon dirigida por el cineasta Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín en el rol del fiscal del juicio, Julio César Strassera. Es una historia que llena de orgullo a los argentinos por su capacidad de buscar verdad y justicia apenas recuperada su democracia. Y aunque después el propio Alfonsín, presionado por levantamientos militares, terminó dictando las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que limitaron fuertemente los procesos judiciales en casos de la dictadura, el Juicio a las Juntas sigue alzándose como su hito más significativo.
El fiscal adjunto en ese proceso, Luis Moreno Ocampo -quien en la película es encarnado por el actor Peter Lanzani-, tenía sólo 32 años por ese entonces. Luego continuaría con una carrera que lo llevaría a convertirse en el primer Fiscal de la Corte Penal Internacional. Desde Buenos Aires, Moreno Ocampo reflexiona hoy con El Café Diario sobre la trascendencia del juicio y cómo se ve todo eso desde la Argentina de hoy.