La convención constitucional trabaja a contrarreloj. Las comisiones deberán revisar más de 1200 propuestas y faltan menos de cinco meses para que el órgano deba tener listo el texto. Algunas de las normas aprobadas en general por las comisiones ya han encendido el debate.

La mesa de la constituyente, consciente del inmenso desafío y de los problemas que se asoman, ha animado a los diferentes colectivos a buscar consensos y a ajustarse a los plazos, porque parece improbable que el trabajo se prolongue más allá del 4 de julio.

Ha sido un febrero tórrido para la convención. La renuncia de la encargada de comunicaciones la semana pasada fue, para muchos, una luz de alerta sobre la “falta de cohesión interna” y “el comportamiento” de algunos constituyentes, junto con la confusión reinante y el fraccionamiento. Algunos, como Bernardo Fontaine, han alertado sobre el riesgo de naufragio. Agustín Squella, en tanto, aseguró que determinadas normas lucen como disparates o bravatas.

En un momento clave del proceso constitucional, el más importante que ha llevado Chile en las últimas décadas, clave para el futuro del país, hablamos con Claudio Alvarado, director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad, IES, profesor de derecho constitucional de la Universidad Católica y autor del libro “Tensión constituyente”.