El expresidente Ricardo Lagos dio vuelta el tablero político esta semana. Solo algunas horas después de que la Convención constitucional entregara el texto definitivo al país, el socialista manifestó en una declaración pública que el proceso constituyente no terminará con el plebiscito del 4 de septiembre y que ninguna de las opciones que hay sobre la mesa –la nueva propuesta o la actual Constitución, que lleva su firma– suscita consenso.
Lagos no anunció su voto ni por el “Apruebo” ni por el “Rechazo” y, probablemente, no lo hará de aquí al referéndum. Lo que hizo el socialista fue proponer un camino de salida para el día después del plebiscito, en un escenario que vislumbra complejo. Es un salvavidas para el Gobierno, que ha atado su destino al de la nueva Constitución, pero a la vez el exmandatario con su declaración le baja el costo a votar “Rechazo”. La gran pregunta que queda en la escena política tras su carta es si Lagos cree que es más fácil hacer las modificaciones si ganara el “Apruebo” o el “Rechazo”.
Las palabras del ex mandatario han removido y tensionado a su propio sector, la centroizquierda, y a su partido, el socialista, que forma parte de la coalición de Gobierno. Y para hablar de ello, analizar su papel político actual y descifrar a fondo su mensaje, hoy, en El café diario, hablamos con el periodista y escritor, Ascanio Cavallo, uno de los autores de “La historia oculta del régimen militar” y autor de “La historia oculta de la transición”, además de columnista de La Tercera.