El domingo se celebraron las elecciones en Francia en una primera vuelta donde el actual presidente, Emmanuel Macron, quedó primero con el 27,8% de los votos, seguido por la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, que obtuvo un 23,1%. Ambos se medirán en un balotaje el 24 de abril próximo, donde el mandatario no tiene una victoria asegurada, aunque en estos comicios logró una mayor diferencia con su contendora que hace cuatro años.

Macron, un político inclasificable de centro, que ha conquistado tanto a derechistas como a izquierdistas –sobre todo del Partido Socialista– aspira a un nuevo período en el Palacio del Elíseo y, para ello, se ha volcado a los sectores populares de Francia que le son adversos. Reticente a realizar una campaña en el barro para primera vuelta, ahora se ve obligado a cambiar su estrategia ante el nuevo mapa político que se ha configurado tras las elecciones del domingo y, que entre otros asuntos, ha dejado en el suelo a los partidos tradicionales de la derecha y la izquierda.

De esta nueva bipolaridad francesa entre el centro y la derecha extrema –como lo han descrito los analistas franceses–, hablamos hoy en El Café Diario con el sociólogo Ernesto Ottone, catedrático del Colegio de París.