Han sido semanas convulsionadas en Irán. El 16 de septiembre pasado, Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida por la policía de la moral por no usar correctamente su hijab y días después apareció muerta. Las protestas se han propagado por todo el territorio y las mujeres y las jóvenes han sido la punta de lanza. En forma inédita, los hombres han secundado estas manifestaciones que, según cálculos de diversas ONG, ya han dejado 185 personas muertas (19 de ellas, menores de edad) y al menos 1500 detenidos.

Estas protestas han sido las más importantes desde 2019 y las más masivas con reivindicaciones políticas desde 2009. El régimen iraní, que gobierna desde la revolución islámica hace 43 años, está siendo presionado desde diferentes frentes. A nivel interno, las secundarias se han unido a la ola de manifestaciones en las principales ciudades del país, que no disminuyen con el paso de los días. Desde fuera del territorio, la comunidad internacional ejerce presión para que la represión cese. Con todo, se trata de un régimen acostumbrado a las sanciones y no parece evidente que produzca algún efecto.

Para conversar sobre los alcances de estas protestas históricas y si estas manifestaciones pueden representar un cambio en el país islámico, hablamos hoy, en El Café Diario, con Trinidad Deiros, periodista de la sección Internacional del diario El País, que nos habla desde Madrid.