El sábado pasado se conoció el veredicto en un caso que conmocionó al país en el momento en que las reivindicaciones feministas y las demandas de justicia adquirían protagonismo en la agenda nacional. Antonia Barra, una joven de 20 años en Temuco, se suicidó en octubre de 2019, tras haber comentado a sus cercanos que había sido víctima de una violación en septiembre a manos de Martín Pradenas, en Pucón. Sus padres denunciaron al presunto agresor, y al conocerse el caso otras cinco mujeres sumaron sus propias denuncias contra la misma persona, cuatro por abuso sexual y una por violación. En julio del año siguiente Martín Pradenas fue formalizado por agresiones cometidas entre 2010 y 2019.

Comenzaba así una investigación seguida por todo el país, con el nombre de Antonia Barra encarnando además el grito de justicia de miles de mujeres abusadas. El pasado 6 de agosto, el Tribunal Penal en lo Penal de Temuco declaró culpable a Martín Pradenas de delitos de violación y cinco de abuso sexual contra seis víctimas, entre ellas, Antonia Barra.

La sentencia se dará a conocer el próximo 26 de agosto. La Fiscalía pide 41 años de cárcel.

En todo este tiempo, los padres de Antonia, Alejandro Barra y Marcela Parra, no sólo asumieron la lucha por reivindicar a su hija; además se transformaron en activistas por una causa mayor, asumiendo el costo emocional que todo eso implicaba. Alejandro Barra tomó un activo rol en la promoción de la llamada “Ley Antonia”, proyecto que modifica varias leyes para mejorar las garantías procesales, proteger los derechos de las víctimas de los delitos sexuales y evitar su revictimización.

¿Cómo fue para ellos este proceso? ¿Qué viene para ellos después del juicio? Hoy en El Café Diario conversamos con Marcela Parra, madre de Antonia.