Más de 50.000 niños y jóvenes en Chile desertaron del sistema escolar entre 2021 y 2022. Se trata de cifras alarmantes que llevaron incluso al presidente Gabriel Boric a decidir que la “recuperación educativa” será unas de las prioridades de su mandato. En los recientes números han influido factores locales como el estallido social y fenómenos mundiales, como la pandemia, que han alentado la deserción en un país como Chile que ya hace muchos años presentaba un ausentismo crónico de un 10%.

Según cifras del Ministerio de Educación, el curso que concentra la mayor cantidad de desescolarizados es primero medio, aunque el 54,8% corresponde a todos los niveles de la enseñanza básica. Las razones son múltiples de acuerdo a los especialistas, que claman por políticas públicas eficaces desde el Gobierno y el Estado en general para detener y revertir un fenómeno que tendrá secuelas irreparables para las futuras generaciones. Mientras, las escuelas hoy no tienen las herramientas suficientes para volver a atraer a sus estudiantes a las salas de clases.

Para hablar sobre el ausentismo escolar en Chile, hoy, en el Café Diario, conversamos con Rebeca Molina, cofundadora y directora ejecutiva de la Fundación Presente, que trabaja para que la asistencia sea una prioridad pedagógica en nuestro país.