La noche del 21 de noviembre, cuando José Antonio Kast obtuvo la primera mayoría en las presidenciales, el candidato pronunció un discurso contundente que pareció capitalizar su momento.

Rápidamente, en los días sucesivos logró aglutinar al oficialismo tras su opción. Incluso a Evópoli, los autoproclamados liberales de la derecha.

Pero al cabo de una semana, el momento parece haberse congelado, con su contendor en el balotaje, Gabriel Boric, dominando más el ciclo noticioso en su búsqueda de apoyos.

Además, tres encuestas dadas a conocer el domingo posicionaron al izquierdista en primer lugar.

Tal como su adversario, Kast ha debido identificar sus puntos débiles con miras a la conquista de los votos necesarios. Y ahí asoman como centrales las dudas sobre su posición frente a asuntos de género y las posturas extremas de algunos partidarios que él mismo ha abrazado en el pasado. En las últimas horas, su campaña hizo una apuesta poco convencional, sino derechamente riesgosa: viajar a Estados Unidos con una agenda que más parece la de un presidente electo.

Aunque el republicano partió con ventaja, Kast y Boric entienden que la elección del 19 de diciembre es en gran medida una carrera nueva por conquistar votantes que no los prefirieron antes.

¿Cómo se ha movido el candidato de la derecha y su equipo?